La noche y la ciudad. Irwin Winkler.
Ficha técnica:
Título original: Night and the City.
País: USA.
Año: 1992.
Duración: 104 minutos aprox.
Dirección: Irvin Winkler. (De Lo-vely, 2004)
Guión: Richard Price.
Casting: Todd Thaler.
Dirección de Fotografía: Tak Fujimoto.
Música: James Newton Howard.
Edición: David Brenner.
Co-productor: Rob Cowan.
Productores: Jane Rosenthal e Irwin Winkler.
Productores ejecutivos: Harry J.Ufland, Mary Jane Ufland.
Director de Fotografía: Tak Fujimoto
Diseño de producción: Peter Larkin.
Vestuario: Richard Bruno
Twentieth Century Fox, asociada con Penta Entertainment, Tribeca Production.
Intérpretes:
Robert De Niro: Harry Fabian,
Jessica Lange: Helen,
Cliff Gorman.: Phil,
Jack Wardem: Al Grossman.
Eli Wallach: Peck,
Barry Primus: Tommy Tessler
Gene Kirkwood: Resnick
Alan King: Bom Bom,
Pedro Sánchez: Cuda Sánchez.
Sinopsis:
Harry Fabian (Robert De Niro) es un abogado de poca monta dispuesto a sacar dinero debajo de las piedras. La oportunidad se presenta cuando el boxeador Cuda Sábchez golpea a un individuo y Harry, aprovechándose de la situación, logra convencer a la víctima de que denuncie a Sánchez. Boom Boom Grossman le devuelve el golpe, humillándolo públicamente, decide vengarse promoviendo una velada de boxeo. Sin embargo la venganza no será fácil y no tiene ni idea de cómo se organiza un combate...
Comentario:
Considerada como un fallido remake de Noche en la ciudad de Jules Dasin, emigrado de Estados Unidos como consecuencia de la Caza de Brujas, llevada a cabo por el Comité de Actividades Antiamericanas, a quien se dedica el film, la película, nada complaciente con el espectador ,y con una memorable actuación de Robert De Niro, representa a un mediocre abogado, un canalla suicida, amoral e irreflexivo, en un ambiente sórdido y distópico, en el que el boxeo aparece como lo que en realidad es, una oportunidad para los pobres de salir de su miseria. La película merece un juicio menos severo que el que ha recibido, aunque sólo sea por combatir uno de los más grandes mitos de la tierra prometida de las oportunidades..
Lo que parece bastante claro es que en el momento en que se inscribe la historia, la formación de un abogado, sin antecedentes ilustres, no era el camino idóneo para alcanzar el sueño americano. Reducido a la práctica del derecho penal, defendiendo a pobres muertos de hambre, intenta salir de su propia mediocridad a través de una actividad en la que los miserables buscan la fama a cambio de destrozarse el cuerpo y acortar, generalmente, su vida; fracasado en el intento de obtener alguna rentabuilidad en esta actividad cuya financiación depende de gángsters de poca monta y pequeños empresarios, y tras sufrir un fuerte descalabro, comienza a fabular con lanzar algún tipo de comida basura para hacer fortuna, camino del hospital.
En tiempos de vacas gordas, médicos y abogados defienden el ejercicio libre de unas profesiones, que el propio cine vende como la plataforma ideal para alcanzar un buen estatus económico y social por parte de los profesionales liberales salidos de las Universidades; cuando llegan las flacas todos buscan un sueldo del estado. Harry Fabian no consigue nunca una cosa ni la otra. Este abogado tan atípico, tan poco visible en las pantallas y en las películas de espectaculares puestas en escena de grandes juicios, con peluca y toga incluida, y la magnífica actuación de Robert De Niro, son los mayores activos de un film de serie B, realizado con escasos recursos y con unas texturas muy acordes a la historia que se representa en la pantalla.
Comentario:
Considerada como un fallido remake de Noche en la ciudad de Jules Dasin, emigrado de Estados Unidos como consecuencia de la Caza de Brujas, llevada a cabo por el Comité de Actividades Antiamericanas, a quien se dedica el film, la película, nada complaciente con el espectador ,y con una memorable actuación de Robert De Niro, representa a un mediocre abogado, un canalla suicida, amoral e irreflexivo, en un ambiente sórdido y distópico, en el que el boxeo aparece como lo que en realidad es, una oportunidad para los pobres de salir de su miseria. La película merece un juicio menos severo que el que ha recibido, aunque sólo sea por combatir uno de los más grandes mitos de la tierra prometida de las oportunidades..
Lo que parece bastante claro es que en el momento en que se inscribe la historia, la formación de un abogado, sin antecedentes ilustres, no era el camino idóneo para alcanzar el sueño americano. Reducido a la práctica del derecho penal, defendiendo a pobres muertos de hambre, intenta salir de su propia mediocridad a través de una actividad en la que los miserables buscan la fama a cambio de destrozarse el cuerpo y acortar, generalmente, su vida; fracasado en el intento de obtener alguna rentabuilidad en esta actividad cuya financiación depende de gángsters de poca monta y pequeños empresarios, y tras sufrir un fuerte descalabro, comienza a fabular con lanzar algún tipo de comida basura para hacer fortuna, camino del hospital.
En tiempos de vacas gordas, médicos y abogados defienden el ejercicio libre de unas profesiones, que el propio cine vende como la plataforma ideal para alcanzar un buen estatus económico y social por parte de los profesionales liberales salidos de las Universidades; cuando llegan las flacas todos buscan un sueldo del estado. Harry Fabian no consigue nunca una cosa ni la otra. Este abogado tan atípico, tan poco visible en las pantallas y en las películas de espectaculares puestas en escena de grandes juicios, con peluca y toga incluida, y la magnífica actuación de Robert De Niro, son los mayores activos de un film de serie B, realizado con escasos recursos y con unas texturas muy acordes a la historia que se representa en la pantalla.
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