Madam Satán. Cecil B. de Mille.
Ficha técnica:
Título original: Madam Satan.
País: USA.
Año: 1930.
Duración: 116 minutos.
Director y Producor: Cecil B. de Mille.
Guión: Jeanie McPherson, Gladys Unger y Elsie Janis.
Música: Glifford Grey, Elsie Janis y Herbert Stothart.
Dirección de Fotografía: Harold Rosson.
Directores aertísticos: Cedric Gibbons y Mitchel Leisen.
Director de Danza: Le Roy Prinz.
Edición: Anne Bauchens.
MGM (Metro Goldwyn Mayer)
Intérpretes:
Kay Johnson: Angela Brooks,
Reginald Denny: Bob Brooks,
Lillian RRoth: Trixie,
Roland Young: Jimmy Wade.
Sinopsis:
Angela, (Kay Johnson), y Bob Brooks, (Reginald Denny), son una pareja de clase alta, pero el marido, es infiel y su esposa y tiene una amante, Trixie (Lillian Roth), que le sorbe los sesos Angela, tiene un plan para recuperar su afecto. En un baile de máscaras que se realiza a bordo de un dirigible, la esposa asiste y se disfraza de diablesa y escondida tras su máscara y envuelta en un atrevido vestido tratará de seducir a su marido para darle una lección.Bob, cautivo y desarmado volverá al redil.
Comentario.
Cecil B. de Mille demostró en este film pre-code que se puede ser un gran conservador, carcamal en el aspecto político y liberal en la vida cotidiana, especialmente si se trata de la práctica de un buen sexo; en 'Madame Satán hace trampas con el guión. De naturaleza hipócrita "echa mano de un recurso ya viejo en tiempos de Aristófanes: presentar situaciones pecaminosas con todo detalle para, a renglón seguido, promover el triunfo de la más rancia moral" (Dirigido por...Diciembre 2012).
La colaboración entre el director y guionista de esta historia banal con los censores consistió, no tanto en una rectificación de un argumento ya de por sí inocente y fortalecedor de la sagrada institución del matrimonio, sino en la posibilidad de atenuar un tanto el vestuario descocado y la supresión de la escena en la que Trixie exhibe su arma secreta: un camisón transparente; vista desde la perspectiva actual, la trampa es más que evidente, la mujer debe reinventarse cada día para que su marido no busque en otra parte lo que ella no le ofrece. Esta es su obligación, y la protagonista la cumple a la perfección: el marido no solo vuelve a casa, sino que lo hace atraido por el deseo de gozar de la mujer que acaba de descubrir, que es suya y solo suya.
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