Mi hermosa lavandería: Stephen Frears

 

Ficha técnica:

Título original: My Beautiful Laundrette.

País: Reino Unido.

Año: 1985 

Duración 95 minutos

Dirección: Stephen Frears.

Guión: Hani Kureishi.

Casting: Debbie McWilliams.

Dirección de Fotografía: Oliver Stapleton.

Música: Ludus Tonalis.

Edición: Mick Audsley.

Producción: Sarah Radclyffe y Tim Bevan.

Diseño de producción: Hugo Luczyc Wyhowski .

Sonido: Albert Bailey.

Vestuario: Lindy Hemming,

Maquillaje: Elaine Carew.

Peluquería: Wendy Rawson.

Saf Productions. Production for Channel 4

Intérpretes:

Daniel Day Lewis: Johnny,

Richard Graham: Genghis,

Winston Graham: Jamaicano 1,

Dudley Thomas: Jamaicano2,

Derrick Branche: Salim,

Garry Cooper: Squatter,

Gordon Warnecke : Omar,

Roshan Seth: Padre,

Saeed Jaffrey: NNasser,

Shirley Anne Field: Rachel,

Tania: Rita Wolf,

...

 Sinopsis:

Omar, un joven paquistaní que vive en Londres, comienza a dirigir la lavandería de su tío con un antiguo compañero de clase, Jhonny, ahora convertido en hooligan, nazi y delincuente. Su relación aierta los convertirá en amantes tan profundamente enamorados que escandalizarán a las familias implicadas.

Comentario:

Han transcurrido dieciocho años desde que  Sephen Frears  llevara a la cartelera su película Mi hermosa lavandería (My beautiful laundrette), y cuando nadie creía que había que mirar por el retrovisor para contemplar la ruina  en que el que el thatcherismo convirtió a la Gran Bretaña, cobra plena actualidad la reflexión del cineasta británico. Paro juvenil, desahucios, xenofobia o racismo  son conceptos que hoy se han convertido en tan cotidianos que están perdiendo su fuerza, y al acostumbrarnos a sublimar nuestra impotencia, contribuimos a expandir la miseria.

Frears  procura no simplificar lo que es complejo, y sin palabras, con su cámara indiscreta objetiva, realiza una película de bajo presupuesto, con estética de cine independiente de autor, tosca, con abundante grano, tratamiento primario del color y gran magistralidad. A través de una puerta atrancada con muebles viejos y reventada desde el exterior nos introduce en un mundo distópico y sórdido, de graffitis en las paredes, internas y externas de los edificios y residuos urbanos de objetos de plástico que producen, esparcidos, un terrible impacto ambiental en los habitats y su entorno. La irrupción es violenta: un desahucio express, realizado al uso de las sociedades en crisis, al margen de la ley y utilizando matones facilmente reclutables entre los ejércitos de parias sin empleo que pululaban por la ciudad, y que estaban dispuestos a cualquier tipo de acción violenta por unos peniques. Curiosamente estos jóvenes desocupados eran racistas y  de ideología nazi, pero se ponían al servicio de las mafias extranjeras para la realización de estos trabajos y otros relacionados con el tráfico de sustancias  ilegales y vídeos de pornografía ilegal, que proporcionaban pingües beneficios.

Uno se puede preguntar cómo es posible que estos colectivos de emigrantes, como el paquistaní,  disfrutaran de una mejor condición económica y social que la de los nativos ingleses; el director británico no deja tampoco una laguna en esta cuestión: familias enteras que huían del fundamentalismo religioso del medio y extremo oriente, pero que gozaban de una buena posición en su país huyeron  y se refugiaron en Inglaterra, donde aprendieron pronto cómo obtener dinero del sistema; el padre de Omar era un periodista socialista desengañado que cayó en el alcohol y las drogas, convirtiéndose en una carga para su hijo al que chantajeaba constantemente con el suicidio. Su hermano Nasser se introdujo en los negocios, entre otros el  de las lavanderías, (hoy, como todo el mundo sabe, controlan gran parte de las fruterías), en el que  acogió al joven, alejándolo cada vez más de la Universidad, destino que el padre deseaba para él y  dándole la oportunidad de acomodarse en el de los negocios, en el que contó con el apoyo de Johnny (Daniel  Day-Lewis), que aportaba su experiencia en el universo de la delincuencia juvenil, y un bello cuerpo del que pronto se enamoró Omar, estableciendose entre ellos una  valiente relación homosexual en un mundo de hombres duros y de mujeres sumisas, del que intentará librarse su prima Tania de la única manera posible: huir del hogar.

En el background el drama de hombres maduros que peinan canas y ven cómo se derrumban sus ilusiones  de alcanzar la modernidad en occidente, atrapados entre la miseria que les rodea y sus tradiciones, defraudadas también las ilusiones de conseguir para sus hijos un mundo mejor. Pero éstos, en vez de seguir estudiando y luchar por elevar su estatus en el nuevo mundo, optan por conseguir dinero fácil a cualquier precio, como Salim, traficante y mafioso, u Omar regente de una lavandería y  homosexual. Frente a ellos un lumpen generado por las políticas económicas y sociales de Margareth Thatcher, resentidos contra unos emigrantes para los que se veían obligados a trabajar; el propio Johnny  salió de este medio, abandonó a los suyos, pobres  e ignorantes y manipulados por el sistema, para mejorar su situación y salir de la miseria.

No viene mal en este caso volver la vista atrás y ver cómo los ingleses se fueron deslizando hacia la miseria, sin apenas percatarse de ello, pagando una factura demasiado elevada por su escaso interés y formación para la cosa pública. Los leones hicieron el resto.