Déjame entrar. Tomas Alfredson.





Ficha técnica:

Tñitulo original: Lat den rätte komma in.
País: Suecia.
Año:2008.
Duración: 114 minutos.
Dirección: Tomas Alfredson.
Guión:John Ajvide Lindqvist.
Dirección de Fotografía: Hoyte Van Hoytema.
Música: Johan Söderqvist.
Diseño de producción: Eva Norén.
Diseño de Vestuario: Maria Strid.
Productores: John Nordling, Carl Molinder. 
Productor durante el rodaje: Frida Asp.
Producción: Per-Erik Svensson, Gunnar Carlsson; Lena Rehnberg, Ricard Constantinou.
EFTI, Samproduktion Med , Sveriges Televisión (SVT), Filmpool Nord, Sandrew Metronome, Wag, Fido Film, The Chimney Pot,  Liudligan, Med Produktionsstöd Fran, Svenska Filminstitutet, Filmkonsulent Piodor Gustaffson, Nordisk  Film & TV Fond, Svend Abrahamsen.

Intérpretes:

Kare Hedebrant: Oskar,
Lina Leanderson: Eli,
Per  Ragnar:  Hakan,
Ika Nord:  Virginia,
Peter Carlberg: Lacke,
Henrik Sahl: Erik,
Karin Bergquist: Yvonne


Premios (Filmaffinity): 

2009: Premios BAFTA: Nominada a mejor película en habla no inglesa 2009: Premios Goya: Nominada a la mejor película europea 2009: Premios del cine europeo: 3 nominaciones: película, música, premio del público 2008: Festival de Sitges: Gran Premio. Nominada a la mejor película 2008: Festival de Tribeca: Mejor película 2008: Festival de Göteborg: Mejor película, mejor fotografía 2008: Premios Guldbagge (Suecia): Mejor director, guión, fotografía, logro - mención 2009: Premios Saturn: Mejor película internacional. 3 nominaciones 2009: Premios Gaudí: Mejor película europea.

Sinopsis:

Oskar es un niño de 12 años que sufre constantemente el acoso de sus compañeros de clase más fuertes. Su deseo de tener un amigo parece hacerse realidad cuando conoce a Eli, una niña de su misma edad que acaba de mudarse a la casa de al lado.Pero Eli es una niña muy misteriosa, muy seria, muy pálida, que sólo sale pòr las noches y aparentemente no  le afectan las temperaturas heladas. Una serie de desaapariciones y asesinatos inexplicables coinciden son su llegada.

Comentario:

Guillermo del Toro promociona un nuevo fim de Muschietti, Mamá, que nos ha empujado a volver la vista atrás y evocar "un cuento de hadas glacial, tan delicado, atormentado y poético como nunca lo has visto "(G.del Toro); una pequeña pieza  de orfebrería...(El País); una de esas maravillas que logrará pasar el umbral del tiempo (El periódico de Cataluña). Una historia de 'adolescencia, amistad, rechazo y lealtad, perturbadora y muy, muy oscura, aunque a la vez poética y tierna: Déjame entrar.

Es  una obra basada en la novela "Lat den rätte komma in" del escritor John Ajvide Lindquist que realizó la adaptación para la película. El libro trata temas como el bulling, las drogras, el asesinato, la pedofilia, aunque algunos de ellos no han sido desarrollados en la película o se ha hecho de forma tan sutil que   quedan un tanto confusos en la misma. Ha recibido muchos galardones: Premio a la mejor película de Sitges, Premio de Público a la mejor película de la Semana de Cine Fantástico de San Sebastián (2008), Premio a la mejor película de Tribeca-film Festival (2008), Premio Fancine 2008 al mejor largometraje del festival de Cine Fantástico de Málaga... y ha sido muy bien acogida por toda la prensa, especializada o no Rogert Ebert del Chicago Sun-Times lleva sus halagos al extremo de decir que "Se toma a los vampiros tan en serio como lo haría Murnau o Herzog en las versiones de Nosferatu, y eso es tomárselo muy en serio".

El público joven, que va asiduamente al cine  sabe apreciar un buen producto si se lo ofrecen y que se siente muy interesado por todo lo gótico, ha mantenido el mismo tono de crítica y a la vez ha podido contactar con una cultura nórdica (Suecia), fría (muy bien emblematizada en paisajes, colegios y habitáculos de todo tipo) y muy diferente de la suya, lo que le permite un análisis introspectivo de su conducta. Es la mejor ambientación para un mundo de vampiros trasladado a la vida cotidiana de un pueblo sueco del siglo XXI, conservando algunos iconos de la leyenda. A nosotros nos ha interesado como trata el bulling y la relación de Oskar (Käre Hedebrant) con la niña, Eli (Lina Leandersson), de apariencia sureña en un mundo de rubios casi albinos; sus encuentros se suelen producir en un patio de un suburbio helado, la niña va siempre sucia, descalza en medio de la nieve y mal vestida, pero despierta la ternura de nuestro personaje. Nos preguntamos por qué ha elegido el director un ser tan diferente a los demás, aunque el desarrollo de la trama va iluminando las zonas de oscuridad: ella mata por hambre, él desearía hacerlo por odio. Oskar  es hijo de unos padres separados, una familia que unos llaman disfuncional y otros desestructurada.

 De la manera más elegante y delicada Alfredson nos sugiere que el padre ha abandonado a su mujer para entablar relaciones con otro hombre, y la señal de peligro para la estabilidad del chaval la indica  el color rojo de su jersey y de otros objetos en el comedor de la casa paterna, que produce un fuerte contraste  con los tonos fríos de la estancia ¿Desearía matar en ese momento a alguien ? Está claro que el niño no acepta esta relación, que se interfiere entre los dos , a pesar de los esfuerzos por ganar su cariño que realiza el amigo de su padre, se enciende esta señal  roja que  señala a víctimas y agresores. La convivencia con la madre es triste. Vive asustada al tener que educar, como muchas mujeres actuales, a su hijo en solitario, le agobian las noticias de accidentes y muertes y los conflictos escolares de su hijo y no puede contar con la ayuda de su marido. Al contrario que con su progenitor, Oskar no comparte jamás estancia con ella y en algunos diálogos sólo vemos la imagen que de él devuelve el espejo. La hace responsable de su situación y que existe una barrera importante entre ellos. 

 El uso redundante de espejos o cristales en los que se freflejan Oskar y Eli,  expresa la existencia de una doble naturaleza en ambos que sólo el espectador conoce: Oskar esconde bajo esa apariencia tierna y angelical, falsa y engañosa, un ser vengativo, que acaricia constantemente una navaja, con la que agrede a los árboles del patio a la vez que grita ¡chilla, chilla!, que es lo que le dicen a él constantemente; Eli necesita la sangre de los demás para vivir. Alfredson conoce muy bien el acoso escolar porque lo sufrió siendo un niño. Otro hecho inquietante es la ambigüedad sexual de Eli, que frecuentemente le hace una pregunta al niño: "¿Y si no fuera una niña?". Esta ambigüedad no sólo tienen que ver con su condición vampírica sino que la suscita una imagen en la que el autor nos la muestra, al salir de la ducha desnuda, con una cicatriz en el lugar del sexo masculino. En la novela Eli es un niño castrado.

 La relación entre ambos se produce en un clima de pre-adolescencia y pre-sexo, donde importa sobre todo la amistad, a la que el niño subordina al miedo o al asco que le producen determinadas situaciones, como besarla en la boca llena de sangre. Por otra parte, el contexo actual en que se desarrolla la historia no permite, frente a los viejos vampiros, ir por ahí matando a la gente, por lo que la niña necesita un cooperador para que le ayude a obtener sangre, su alimento,  a cometer asesinatos, y  que le permita pasar desapercibida ante los vecinos y escapar continuamente, cuando se descubren los crímenes. Es lógico colegir que, al morir el hombre que hacía este papel y que envejecía mientras ella siempre tenía la apariencia de 12 años, será Oskar el sustituto. El vampirismo con todos los matices posibles. "El cineasta sueco Tomas Alfredson narra una historia de adolescencia, de amistad, rechazo y lealtad, por un lado perturbadora y oscura pero también poética e inesperadamente tierna" (texto que aparece en la presentación de DVD).



 

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