El gato de las nueve colas.Dario Argento








Ficha técnica:

Título original: The cat o'nine tails.
País: co-producción italo-francesa-alemana: Seda Sepettacoli Spa, Roma; Terra Filmkunst, Berlín; Labrador Film, París,
Año: 1971
Duración:  114 minutos.
Dirección: Dario Argento.
Ayudante del director: Roberto Pariante.
Guión: Dario Argento,  basado en una historia de Dario Argento, Luigi Collo y Dardano Sacchetti.
Director de Fotografía: Erico Menczer.
Score musical: Ennio Morricone; director de orquesta: Bruno Nicolai.
Editor: Franco Fraticelli.
Director artístico y diseñador de   vestuario: Carlo Leva.
Productor: Salvatore Argento.
Productor manager: Angelo Iacono.



Intérpretes:

James Franciscus: Carlo Giordani,
Karl Manden: Franco Arnò,
Cinzia De Carolis: Lori,
Carlo Alighiero: Doctor Calabresi,
Catherine Spaak: Anna Terzi,
Pier Paolo Capponi: Detective Spimi,

Rada Rassimov: Bianca Merusi
Horst Frank: Doctor Braun,
Emilio Marchesini: Doctor Mombelli,
Aldo Reggiani: Doctor Casoni,
Tino Carraro: Profesor Terzi,





Sinopsis:

Una oscura noche el invidente Franco Amo (Karl Malden), acompaña a  su ahijada de ocho años, Lori (Cinzia De Carolis)  al apartamento donde viven juntos, cuando escuchan  una turbia conversación entre un ladrón y un chantajista, que se encuentran dentro de un coche aparcado. Al día siguiente Franco descubre a través del periodista Carlo Giordani (James Franciscus) que se ha cometido un robo en unos importantes laboratorios genéticos de las proximidades. Adicto a la resolución de enigmas, Franco ofrecerá su ayuda a Carlo para resolver el caso a instancias de la policía, pero poco a poco se irán sucediendo una serie de misteriosos asesinatos cuyas víctimas parecían tener algo que ver  con el robo...


Comentario:

Es la segunda película de la Trilogía de los Animales de Dario Argento, precedida de   "El pájaro de las plumas de cristal" (L'uccello delle piume di cristallo, 1970), y seguida de "4 Moscas sobre terciopelo gris" ( 4 mosche di velluto grigio, 1971), películas que utilizan el mismo recurso narrativo. la clave del misterio sobre la identidad del asesino reside en el subconsciente del protagonista y se resuelve al final, de la forma más violenta, delirante e incluso tramposa.  El cineasta es uno de los representantes más destacados  del subgénero cinematográfico italiano, creado a mediados del siglo pasado, al que se denominó 'Giallo' , amarillo, por el color de las tapas de  colecciones  de novelas baratas, en las que se basaban  sus relatos. El género fue iniciado por Mario Bava con la película La muchacha que sabía demasiado (1963).En las décadas 70 y 80 las pantallas se llenaron de títulos enigmáticos y cintas pobladas por psicópatas enmascarados, con guantes de cuero y bellas mujeres que se movían  en círculos peligrosos, fiel reflejo de algunos ambientes italianos.El género se nutre de sí mismo y se reinventa constantemente.

La excusa argumental no es muy brillante, y el propio título esconde una motivación inexplicablemente simplista: cinco investigadores, dos mujeres, un laboratorio, una investigación. Ni siquiera hay mucha sangre ni se alimenta el morbo de los amantes del género  en demasía. Sin embargo Dario Argento nos mantiene atentos a lo que ocurre en la pantalla gracias a su capacidad para contar historias y  dotarlas de cierto halo especial. La investigación corre a cargo de periodistas, uno joven e inquieto, sin temor al riesgo, al que le mueve algo más que el deseo de conseguir una primicia;  el  otro viejo y ciego, que como consecuencia de su discapacidad ha desarrollado otros sentidos, como el oído, y  la capacidad de reflexión y aprehensión de la realidad. Entre ambos forman un buen periodista, un escritor, en definitva  el artista con sensibilidad suficiente para detectar a un psicópata, del que en ocasiones es  un  amigo, ( Profondo rosso, 1975) , por el que siente un gran cariño a causa de su debilidad psicológica.

El voyeurismo es una constante en su cine, implicando al espectador, haciéndole mirar a través del ojo de la cámara y convirtiéndolo en cómplice del asesino, con el que espía a sus víctimas, recorre los pasillos, atraviesa puertas y espera agazapado su momento. La paradoja del psicópata es que es el alma mater de  un  estudio biólogico, investigador del mapa genético de los violentos, que tras haber llegado a  resultados  concluyentes,  descubre horrorizado, al realizar un análisis a los miembros del laboratorio qué esta genéticamente marcado, y mata para evitar que los demás lo  descubran y tiren  su carrera por la borda. ¿Puede ser la naturaleza tan determinante? ¿No puede hacer nada la educación y la cultura para controlar los instintos violentos?  Abre muchos los planos, generales, medios o  primerísimos, para emblematizar a sus personajes; la decoración de la habitación de Franco Arnò,  (Karl Manden), anuncia su presencia, antes incluso de que aparezca en pantalla; Giordano, mucho más nervioso y dinámico cambia muy a menudo de 'paisaje' y es muy difícil percibirlo como periodista, ya que de los 114 minutos que dura el film, apenas lo vemos tres o cuatro ejerciendo su función en el rotativo y esperando la salida de la primera edición con una noticia en la que está implicado de una forma u otra.

No será la última vez que Dario Argento  rinda un homenaje a Michelangelo Antonioni y su película Blowup,  un  verdadero ensayo sobre el voyeur, un fotógrafo  que capta con su cámara lo que parece  el cuerpo de un  hombre, pero , perdidas las imágenes e un sabotaje  pierde también la evidencia, la prueba de lo que ha visto, e incluso la conciencia y la posibilidad de discernir entre la ficción y la realidad ; en 'El gato de las nueve colas' el fotógrafo obtiene también, sin pretenderlo, la evidencia de un asesinato, pero será el criminal el encargado de segar toda posibilidad de satisfacer su curiosidad  y aportar una prueba evidente revelando un negativo  sin recortar los márgenes para adaptarlo a la maquetación del periódico. Aunque el momento del crimen es captado por las cámaras omniscientes, abandonando el punto de vista del ejecutor, con barridos muy evidentes que van del asesino a la víctima, realizando varios recorridos en ambas direcciones,  sólo  permite observar que viste de oscuro, pero no descubrirlo hasta que al final , cuando  le enfocan la cara y revelan al público su identidad.

En este contexto malicioso, en el que pocos tienen un pasado limpio, sin tacha, una niña pequeñas, Lori, juega el papel de cicerone, prestando sus ojos al viejo Arnò, y describiendo lo que ve con la pureza impoluta de  la infancia. Fuera de juego la pequeña, la relación entre Giordano y Arnò es menos sincera y está afectada por la desconfianza . La presencia del asesino no sólo se hace patente con las cámaras subjetivas, sino con planos insertos de unas pupilas de reflejo cobrizos, que hacen dudar del joven periodista, al que el investigador Braum, de orientación homosexual, alaba el color de sus ojos azules con  reflejos rojizos, un indicio falso que mantiene en vilo al espectador un buen rato.  La secuencia más inquietante y en la que impera la duda, a un lado y otro de la pantalla, es la del cementerio, localizada en el panteón en el que descansan los restos  de Bianca Merusi (Rada Raisimov).

Si Antonioni captó con su cámara el ambiente cultural pop  londinense de  a década de los sesenta, con jóvenes maquilladas, de largas pestañas postizas, extremaas minifaldas y escaso recato, y las actitudes un tanto sexistas de los hombres que no se percataban del todo de la revolución que estaba en marcha, Dario Argento hizo lo propio con la representación de la cultura urbana italiana y la  posición de las mujeres italianas en las élites económicas, adornadas con estrafalarias pelucas y grandes tajos en sus largos trajes; especialmente atrevida es Anna Terzi, que se mueve con soltura en un mundo dominado por los hombres en su condición de florero. Aunque Argento no hace de estas cuestiones un casus belli,  sino que  las utiliza para contextualizar la historia en una Italia tolerante y liberal  en  lo que a las relaciones  personales se refiere. 

Comentarios

Entradas populares