Bar Coyote. David McNally








Ficha técnica:

Título original: Coyote Ugly.
País: Estados Unidos.
Año: 2000.
Duración: 94 minutos aprox.
Dirección: David McNally
Guión: Gina Wendkos.
Casting: Bonnie Timmermann.
Dirección de Fotografía: Amir Mokri.
Música: Trevor Horn; supervisores: Kathy Nelson y Bob Badami.
Edición: William oldenberg, A.C.A.
Diseño de Producción: John Hutman.
Productores: Jerry Bruckheimer y Chad Oman.
Diseño de Vestuario: Marlene Stewart.
Maquillaje: KKris Evans.
Peluquería: Voni Hinkle.
Productores ejecutivos: Mike Stenson y Scott Gardenhour.
Touchstone  Pictures, Jerry Bruckheimer Films


Intérpretes:

Piper  Perabo: Violet Sanford,
Adam García:  Kevin O'Donnell,
Maria Bello: Lil,
Melanie Linskey: Gloria,
Izabella Miko: Cammie,
Bridget Moynahan
Tyra Banks: Zoe,
Bridet Moynahan: Rachel,
Del Pentecost:  Lou
Michel Weston: Danny,
John Goodman: Bill, padre de Violet.
...

Sinopsis:

 Violet Sanford (Piper Perabo), una joven de 21 años,  llega a Nueva York con la esperanza de convertirse en  compositora de música pop. Pero sus sueños quedan aparcados momentáneamente por el éxito que alcanza trabajando como camarera en el bar Coyote, un  club nocturno y el punto más caliente de la ciudad. Cuenta con un ambicioso plantel de chicas, todas jóvenes y muy atractivas. Lil (Maria Bello) es el cerebro y la estricta propietaria del local, que reina con autoridad sobre sus chicas. Entre ellas están la coqueta Cammie, la cabezota y variable Rachel y Zoe, la que más propinas consigue. Las "chicas Coyote", como las llaman cariñosamente, provocan a los clientes y a los medios de comunicación con sus atrevidos atuendos, y convierten el  local en el punto de atracción de los clientes que merodean por la zona.

Comentario:

Pablo Kurt (Filmaffinity)  decidió dedicarle un breve comentario a este fil: "A la estela de "Cocktail", un bar de camareras con mucho ritmo es el destino de una chica de campo con la ilusión de ser cantante. Con sus dosis de romanticismo, chicas sexys, chico mono y muchos bailes a ritmo de videoclip, fue número 1 de taquilla en USA, avalado por una banda sonora de éxito y estrenada en una época de arrasador dominio del cine juvenil. Tan previsible como entretenidilla."

Han pasado casi trece años desde que  se estrenara este film de David McNally, una película con pretensiones de  rompedora, dura y terrible, cuando en realidad es un comedia para adolescentes con ganas de provocación. Aunque muchos lo intuían, otros vivían en el sueño americano sostenible, de desarrollo ininterrumpido, un mundo hecho a la medida de gente guapa, joven y con buen cuerpo, aunque la última imagen quiere rendir culto al ciudadano medio americano el de la XXXXXL, y suben a John Goodman a la barra del bar a montar el numerito del aldeano despreocupado y feliz, que  a su modo, aunque sea vicariamente, disfruta del triunfo de los demás. Él también cuenta.

Vista en perspectiva se comprende mejor la frustración que deben  sentir las masas que fiaban todo su futuro a algo tan transitorio como es la juventud y la belleza, que disfrutaban de fines de semana enloquecidos consumiendo alcohol a granel y dejándose seducir por unas cuantas chicas, muy sugerentes, desmadrándose encima de la barra del bar. A este local llega nuestra joven, una compositora de canciones 'moñas', muy adaptadas al perfil de macro-concursos televisivos,tipo Operación Triunfo, que combinaban un poco de soul, otro de pop y, por qué no, algo de rap, que le da un toquecillo rebelde; pero la chica tienen pánico escénico, cultivado por un padre que quiere apartarla de los escenarios, para que no repita la hazaña de la madre.

A pesar de llegar a ser una 'Coyote' es una buena chica, una demócrata que lleva camisetas con la bandera de los Estados Unidos, como la que ondea en la casa paterna, algo puramente americano, nada promiscua sexualmente que encontrará en la gran metrópoli al buen chico, el chico guapo. La secuencia de sexo es claramente virginal: ella se va quitando capas de ropa hasta llegar a la más íntima, todas ellas de un color violeta claro. Los cueros, los negros y las rajas, quedan para sus compañeras de trabajo, mucho más experimentadas que ella. Pero todos los prejuicios quedan superados, y padre, hija, novio, 'Coyotes', clientes camorristas, descubren que todo el mundo es bueno y que se puede confraternizar superando todos los prejuicios. El problema se presenta cuando la crisis se lleva todo este glamour por delante, y no se puede garantizar a estas masas que se vaya a volver a su antiguo nivel de consumo (ropita, copas,coches para desplazarse), o al menos no les está llegando ese mensaje, lo que las aliena de la política.

Cuando se hizo la película se optó por transmitir el mensaje de forma clara, sin interferencias que lo emborronaran, es decir por un modo de representación institucional, de acuerdo con la terminología de Noël Burch,  muy convencional, con algún que otro detalle para satisfacer el voyeurismo del espectador, como esas piernas coquetamente calzadas con botas vaqueras adornadas con  remaches y dibujos, moviéndose encima de la barra del bar, que objetivan y cosifican a la mujer, a la que, para aumentar el erotismo, se le echan pozales de agua con el objetivo de que la ropa se quede pegada al cuerpo. Son técnicas muy manidas, nada originales, por lo que el atractivo reside fundamentalmente en la elección de las mujeres que van a representar este espectáculo de carácter erótico.










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