The master. Paul Thomas Anderson. DVD.Bllu-ray











Ficha técnica:

Título original: The master,
País :Estados Unidos.
Año: 2012.
Duración: 137 minutos.
Guión y Dirección: Paul Thomas Anderson.
Casting: Cassandra Kulukundis.
Música: Jonny Greenwood.
Dirección de Fotografía: Mihai Malaimare Jr.
Edición: Leslie Jones, A.C.E, y  Peter McNulty,
Producción: Paul Thomas Anderson, Megan Ellison, Daniel Lupi y Joanne Sellar.
Productores ejecutivos: Adam Somner, Ted Schipper.
Co-productores: Albert Chi, Will Weiske.
Diseñadores  de producción: Jack Fisk y David Crank.
Diseño de Vestuario: Mark Bridges.
The Weinstein Company, Joanne Sellar/ Annapurna Pictures Production/ Ghoulardi Films Company.
Estreno en Estados Unidos, 12 de octubre de 2012.


 Intérpretes:

 Joaquim Phoenix: Freddie Quell,                                           Fotografías de Barfutura.com.es
 Philip Seymur Hoffman: Lancaster Dodd
 Amy Adams: Mary Sue Dodd,
 Price Carson: Doctor.
 Laura Dern: Helen.
 Ambir Childers: Elizabeth Dodd,
 Rami Malek: Clark,
 Jesse Plemons: Vak Dodd,
 Kevin J.O'Connor : Will William,
 Christopher Evan Welch: John More,
 ...

Sinopsis:

 El film relata la historia de Lancaster Dodd, un carismático escritor, que tras   la segunda guerra mundial  funda una organización religiosa, un culto con el fin de recoger almas perdidas. Uno de los primeros ‘cautivados' es Freddie Quell, una especie de vagabundo, que vuelve de la segunda guerra mundial desorientado, desequilibrado y obsesionado con el sexo, y  que, poco a poco, se convierte en su mano derecha. Con el tiempo y a medida que la secta va ganando seguidores, el joven empieza a hacerse preguntas acerca de esa fe y de su mentor. The Cause es el nombre de la secta en la ficción, en la que hay muchas similitudes con la historia real de la Cienciología, cuyo fundador, Hubbard, fue un escritor de ciencia-ficción y novelas pulp de los años  cincuenta, que participó en la gran guerra. En 1951, el mismo año que en el guión, fundó un culto religioso. Se casó con Mary Sue, nombre que se conserva en el filme para el papel de la mujer de Dodd... y las coincidencias siguen. (Paul Thomas Anderson mete el dedo en el ojo de la Iglesia de la Cienciología. Begoña Piña, Diario Público, 15 de agosto de 2012)





Comentario.

El tema central del film y las suspicacias que era seguro que iba a levantar fueron determinantes  a la hora de conformar el elenco de actores dispuestos a cuestionar una religión que postula que sólo los upstat (personas exitosas),  con el dinero suficiente,  pueden acceder a los cursos de ayuda de la organización. La trama gira en torno a dos personajes:  Freddie, un desorientado soldado que regresa de la guerra y Lancaster, el poderoso líder de la secta, mucho más oscuro y tortuoso, al que la cámara de Anderson convierte en un nuevo 'Ciudadano Kane'; la relación que se establece entre ellos es oscura, tanto como el propio film, que muchos han querido ver como un continuum de la obra de  un director, interesado en el amor paterno-filial,  y que es, ante todo,  difícil de interpretar. Hasta la última línea de diálogo Lancaster mantiene el ultimatum, en forma de disyuntiva, al otro hombre: o conmigo o contra mí, que sobrepasa la línea del amor entre un padre y su hijo. Pero hay otras cuestiones importantes de índole económica y religiosa; la  organización, en base a sus presupuestos generales, precisa los fondos de las clases altas y no puede permitirse escándalos que obstaculicen este proyecto, como tener en sus filas a un borracho y un drogadicto que comparte experiencias lisérgicas con su líder. Trasladado a Inglaterra, un terreno sin abonar,  el líder de 'La Causa' se instala en un despacho, de arquitectura imponente,  diseñado por Jack Fisk de concepción estética fascista, directorio de un colegio religioso de élite donde puede adiestrar a los jóvenes en la obediencia ciega.

Un realizador como  Paul Thomas Anderson,  poco prolífico, vanguardista, y  muy mimado por la prensa, mereció toda la atención de los críticos de 'buen gusto', pero, a pesar de las expectativas levantadas por su nueva película, - la última, Pozos de ambición, es de 2007-,  ha defraudado por la dificultad de su lectura para un público medio; las connotaciones con la secta de los cineastas ricos de Estados Unidos, son tan débiles, que carecen de toda emoción y  da la sensación de que ha intentado no molestar demasiado.  Todo el interés  se ha confiado a la capacidad interpretativa de Joaquin Phoenix, que de hecho da la talla, aunque  no consiguió alzarse con la codiciada estatuilla de oro. Pocos  han conseguido intimidar al espectador con su pobre psicomotricidad,  su torpeza gestual y su expresión de violencia,  apenas contenida; un soldado que vuelve del frente de Normandia, como muchos otros, con graves afecciones psíquicas, y algunos episodios de enuresis, trastornos que no es capaz de determinar el test de Rorschach, y a los que dará respuesta 'La Causa', a cuyo frente está  Lancaster con su  receta para   recordar el pasado, primero e imaginarlo después, en un giro teórico de vital importancia, que debe ser asumido por sus leales seguidores sin reservas.

Las  travesías vitales de Freddy, ( Europa, Sanghai, Londres...),  se realizan siempre en la base inestable de un barco, medio adecuado para un hombre que no admite amo y que carece de raíces,  y la estela que deja la embarcación de turno funciona como elemento de cohesión entre los pedazos fragmentados de una vida rota por la guerra y  la consecuente  inadaptación a un trabajo fijo (fotógrafo primero, temporero en el campo después y más tarde engrasador en un buque) . ¿Eres marinero? pregunta el líder, cuestión retórica a la que él mismo se responde:" eres un desviado". Hacerse el loco es la mejor forma de subsistir, como saben muy bien los españoles y han reflejado con frecuencia  en su literatura. Freddy es el hombre que toda religión necesita, con su fe ciega, capaz de matar y morir por su líder, al que además ama,  y sus creencias, sin planteárselas jamás, pero a la vez es una metáfora, alguien que da miedo al espectador con sólo mirar su expresión, pero que en la ficción atrae a las mujeres más espectaculares. Su propia debilidad psíquica le hace manipulable, el mejor adicto para 'La Causa', libre de  gobernantes  ocultos, como el comunismo o  fuerzas invasoras de este planeta, (aunque puede parecer  mentira es algo en lo que cree la Iglesia de la Cienciología).

¿Qué significa la imagen con la que el realizador abre y cierra el film?  ¿Ha sido todo un sueño? ¿algo imaginado? ¿un recuerdo?; vemos a Phoenix abrazado a un montón de arena. Cuando la cámara se aleja ese montón toma la forma de una enorme mujer desnuda, su obsesión  cuando estaba en las playas de Francia, lejos del sexo femenino y sus camaradas le empujaban a  hacer el amor con esta quimera. En el cuerpo del relato, sin embargo, lo  hemos visto triunfando, enfundado constantemente  en unos pantalones dos o tres tallas mayor que la suya  y drogándose con un combinado de alcohol, pintura, y pastillas, que comparte con  Lancaster y que acabó con la vida de un antiguo compañero cuando era recolector temporero; todos se drogan y fuman a sabiendas de que unos y otros productos contienen dosis más o menos importantes de veneno, algo que necesitan para seguir fabulando e incluso para seguir existiendo. Lancaster y Freddy, su alter ego, son libres a su manera; el primero gracias al poder que le otorga su carisma, el segundo gracias a una locura más o menos consentida, cualidades que se exigen mutuamente. Es difícil determinar de qué habla Anderson en esta buddy movies, si de un 'padre' intelectual  y su 'hijo', de dos hombres que se atraen o de  las dos caras de la misma persona. La mujer, interpretada  por Amy Adams, ejerce el papel de guardián de las virtudes del marido, masturbándolo para evitar que se deje arrastrar por las pasiones, e intentando apartarlo del enloquecido y drogadicto joven que le ha robado una gran parte de su cariño.

Cámaras bastante tranquilas  y edición convencional, con algún que otro ojo de buey, que evoca un sueño, una fantasía o un recuerdo, según la fase teórica de la filosofía de Lancaster en que nos hallemos, o el estadio del  proceso de deshipnotización, en el que el hombre   dormido  se despierta de su duermevela  y actúa en consecuencia. Paul Thomas Anderson juega con su público y le obliga a cambiar el chip  cuando cambia la visión  merced a la voluntad de un solo  hombre: "estoy enamorado, dice Lancaster, y en esta situación el hombre experimenta placer y mucho sufrimiento" . Donde se habla de amor, Jeffrey sólo entiende sexo, lo que se explicita en la secuencia en la que su pastor  canta y todas las mujeres están desnudas. Pero lo que da   miedo de verdad es  Joaquin Phoenix, ese 'muerto viviente' en medio de paisajes inquietantes y minimalistas, impregnados de cierto panteísmo, que en algún momento  recuerdan el cine de Terrence Malik (huida a través de malas tierras, corriendo a pie o en motocicleta) ; la música ,producto de la mezcla de Jonny Greenwood,  será el vehículo que le lleve a su pasado en busca de una chica de la que se enamoró, o necesitó enamorarse,  gracias a unas cartas que ella le envió  durante la guerra. (Homenaje a Doris Day, y al film de animación, Casper, de 1950).

 Adictos  incondicionales como Jeffrey sirven para acabar con cualquier disidencia; en las guerras, entre otras cosas, se aprende a matar. La adicción del jefe es la adicción a la droga, que necesita para sentir y  soñar y sólo un loco como  el ex-combatiente se la puede proporcionar. El proceso, lento y difícil,  de  conversión de Phoenix en un siervo es insoportable,  consistente  en fomentar la humildad a costa de arrasar con lo poco que puede quedarle a un hombre de dignidad. Muchos dirán que Phoenix sobreactúa, aunque éste es el pecado capital de Daniel Day-Lewis, muy controlado por Spielberg, por cierto, pero pocas veces el público ha sentido tan de cerca la locura, la pérdida de la razón y la cordura, que convierten al individuo en un manso cordero a merced del líder, que primero lo hipnotiza, en un proceso al que denomina precisamente  deshipnotización (los que hipnotizan son otros) para que recuerde y luego para que imagine, de acuerdo con unas sagradas escrituras que había enterrado, según el hace tiempo, y que  se traducen en un nuevo  libro, el II,  de título muy significativo: 'El sable escindido', que acaba para siempre con los secretos, como el Nuevo Testamento acabó con los milagros: "La fuente de todo es uno mismo"; ha cambiado la pregunta   del  tratamiento y ya  se permite imaginar a los seguidores de la secta. La obediencia debe ser otra vez ciega, como comprueba el personaje interpretado por Laura Dern.


Una cuestión queda en el aire: "Si alguien encuentra la forma de vivir sin obedecer a ningún amo, que se la cuente a los demás." Hoy ha salido a la venta el DVD/Blu-ray, y hemos  entendido que debíamos volver sobre este film, de otra manera.

Comentarios

Entradas populares