Lars Von Trier. Melancolía.
Ficha técnica.
Título original: Melancholia.
País: Co.producción Dinamarca, Suecia, Francia y Alemania.
Año: 2011.
Duración: 138 minutos.
Año : 2011.
Dirección: Lars Von Trier.
Guión: Lars Von Trier.
Fotografía: Manuel Alberto Claro.
Dirección artística: Jette Lehman.
Edición: Molly Marlene Stensgaard y Morten Hojbjerg.
Productores: Louise Vesth y Meta Louise Foldager.
Producción: Zentropa Entertainments, Menfis Film, Slot Machine, Liberator Productions, Zentropa Köln.
Intérpretes:
Kristen Dunst: Justine.
Charlotte Gainsboug: Claire.
Kiefer Sutherland: John.
Charlotte Rampling: Gaby.
John Hurt: Dexter.
Alexander Skarsgard: Michael.
Stellan Skarsgaard: Jack.
Brady Corbet: Tim.
Udo Kler: organizador de bodas.
Cameron Spur: Leo.
Sinopsis.
Antonio José Navarro resume el sentido del filme de Lars Von Trier: " Una minimalista visión del Fin del mundo a través del choque de personalidades de dos hermanas muy distintas: Justine,
víctima de una profunda depresión que le impide ser feliz - cuando
tiene todo lo necesario para serlo desde una óptica material-, acepta su
destino con serenidad, convencida de que es lo mejor que le puede
ocurrir a la Tierra, 'mala por naturaleza'. Sumida en una dolorosa y
metafísica melancolía, aletargada, pensativa y grave, intuye que estamos
solos en el Universo y que el día que desaparezca nadie nos echará en
falta...Claire, por el contrario, vive la colisión con el planeta Melancolia
con horror, pues sabe que no hay escapatoria ni futuro posible. Su
controlada y vulgar cotidianeidad burguesa le han hecho vivir en una
constante fantasía de seguridad, de estabilidad, que pronto llegará a su
fin..."( Dirigido por...Noviembre 2011) .
Comentario.
En tiempos de turbulencia en que los hombres pierden la razón y andan desorientados, Lars Von Trier,
cineasta arrogante, banal y provocativo se decanta por un filme
nihilista y romántico, buscando en las raíces en la cultura europea
elementos de distanciamiento de las películas de desastres comerciales
norteamericanas y de la espectacularidad de su discurso visual,
buceando más en el drama humano que en la acción, mostrando de esta
forma su sentimiento de culpa . Todas las disciplinas se armonizan a
través de la puesta en escena, el montaje y los movimientos de cámara:
la música de Wagner, la Melancolia de Durero, que inspira el personaje de Justine, o el idealismo alemán de Visconti y
la nostalgia de Tarkovski, todo ello puesto al servicio de un mensaje
apocalíptico que anuncia la destrucción de un planeta que no hemos
sabido conservar, lo que nos condena a pagar por ello, sin posible
absolución. La tierra es cruel, dice Justine, y nadie la echará de menos. No hay nada más, estamos solos.
Para la puesta en escena de este subtexto elige un acontecimiento social por excelencia: una boda, en la que se harán evidentes dos posiciones encontradas, la de Justine una publicista de éxito que se deprime y desea que el mundo se extinga, y la de su hermana Claire,
que goza de una confortable posición económica y como consecuencia le cuesta aceptar
que se derrumbe la fortaleza de seguridad en que creía hallarse, Un
mundo de símbolismo burgués producido por un cineasta incapaz de tomarse
en serio a sí mismo, un nihilista provocador que intenta vender la
idea de que la vida es absurda y de que la única solución es su
destrucción definitiva mediante un choque de planetas que nadie ni
nada puede evitar; el pensamiento racional y científico ha fracasado.
La actitud de la mujer el día de su boda es de una inquietud alarmante y sus ausencias reiteradas del salón en que se celebra su matrimonio evocan el banquete catártico de Celebración de Vinterberg, en el que suena la única melodía del filme no wagneriana: Extraños en la noche de Frank Sinatra. En su Celebración Justine se desnuda emocionalmente ante sus invitados, y saltándose las convenciones burguesas y los reproches de su cuñado y hermana, confiesa que no quiere a su marido y odia su trabajo en una empresa de publicidad. Lars Von Trier extrema la incomodidad de la situación que crea Justine, buscando un hombre cualquiera entre los invitados para cumplir con él el ritual de la noche de bodas en medio del jardín surrealista.
Una boda extraña, finalista, el último rito que se celebra antes del fin del mundo concebido de la forma más catastrófica, a causa del choque de dos planetas, cuya coexistencia pacífica es imposible. Ambas hermanas se quedan solas, por diferentes motivos, antes de la explosión final. El film adopta la forma más convencional y menos poética cada vez que abandona la reflexión filosófica sobre el fin del mundo y se centra en la celebración, desde la llegada al caserón con una gran limusina, hasta el abandono de la fiesta del novio desairado. Lars Von Trier concibe la imposibilidad trascendida de la pareja como una auténtica catástrofe.
La actitud de la mujer el día de su boda es de una inquietud alarmante y sus ausencias reiteradas del salón en que se celebra su matrimonio evocan el banquete catártico de Celebración de Vinterberg, en el que suena la única melodía del filme no wagneriana: Extraños en la noche de Frank Sinatra. En su Celebración Justine se desnuda emocionalmente ante sus invitados, y saltándose las convenciones burguesas y los reproches de su cuñado y hermana, confiesa que no quiere a su marido y odia su trabajo en una empresa de publicidad. Lars Von Trier extrema la incomodidad de la situación que crea Justine, buscando un hombre cualquiera entre los invitados para cumplir con él el ritual de la noche de bodas en medio del jardín surrealista.
Una boda extraña, finalista, el último rito que se celebra antes del fin del mundo concebido de la forma más catastrófica, a causa del choque de dos planetas, cuya coexistencia pacífica es imposible. Ambas hermanas se quedan solas, por diferentes motivos, antes de la explosión final. El film adopta la forma más convencional y menos poética cada vez que abandona la reflexión filosófica sobre el fin del mundo y se centra en la celebración, desde la llegada al caserón con una gran limusina, hasta el abandono de la fiesta del novio desairado. Lars Von Trier concibe la imposibilidad trascendida de la pareja como una auténtica catástrofe.
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