Paseando a Miss Daisy. Bruce Beresford


Ficha técnica:

Título original: Driving Miss Daisy
País: USA
Año: 1989
Duración: 95 minutos

Dirección: Bruce Beresford
Guión: Alfred Uhry, basado en su obra homónima, distinguida con el premio Pulitzer
Dirección de Fotografía: Peter James, A.C.S.
Música: Hans Zimmer
Edición: Mark Warner
Director artístico: Victor Kempster
Decorador del set: Crispian Sallis
 
Diseño de Vestuario: Elizabeth McBride; Modistos: Susan E.Mickey y Kristine Kearney
Supervisor de maquillaje: Manlio Rochetti
Estilistas de peluquería: Phil Leto, Phillip Ivey

Productores: Richard Zanuck y Lili Fini Zanuck
Productores asociados: Robert Doudell y Alfred Uhry 
Productor ejecutivo: David Brown
Diseño de producción: Bruno Rubeo
Warner Bros. Pictures, Zanuck Company Production; distribución:  BrManga Films

Intérpretes:

Morgan Freeman: Hoke Colbum
Jessica Tandy: Daisy Werthan
Dan Aykroyd: Boolie Werthan
Patty Lupone: Florine Werthan
Esther Rolle: Idella
...

Premios: 

1989: 4 Oscars: Mejor película, actriz (Tandy), guión adaptado, maquillaje. 9 nominaciones 
1989: Globos de Oro: Mejor película Comedia o Musical, actor (Freeman) y actriz (Tandy)
1989: National Board of Review: Mejor película 1990: Festival de Berlín: Oso de Plata - Mejor actuación conjunta
1990: Premios BAFTA: Mejor actriz (Tandy). 4 nominaciones, incluyendo mejor película
1989: Premios David di Donatello: Mejor actriz extranjera (Jessica Tandy)
1989: Círculo de Críticos de Nueva York: 3 Nominaciones (Filmaffinity).

Sinopsis:

Miss Daisy (Jessica Tandy), una profesora jubilada y adinerada, empotra su coche en el jardín del vecino, y el hijo, temiendo un accidente más grave contrata a Hoke (Morgan Freeman), un chófer negro que, poco a poco, se convertirá en el mejor amigo de la dama. Juntos descubren que, aun siendo dos personas muy diferentes, tienen mucho en común.

Comentario:


Rodolfo Sánchez (Sensacine) realiza un perfil de Bruce Berenson, que compartimos plenamente: "A pesar de un comienzos de carrera durante mediados los setenta interesante y algunos títulos meritorios durante los ochenta, la carrera de Bruce Beresford nunca ha sobresalido demasiado. Un buen artesano, siempre correcto, con una imaginación visual algo limitada pero sin resultar aburrido. Es decir, convencional pero sin llegar a ser, grosso modo, plano del todo. Sin embargo, con Paseando a Miss Daisy se encontró con una obra ganadora del Pulitzer para no tener más que seguir un guion sólido ..." El director localiza el film en Menphis, en la época en que los fanáticos  segregacionistas ponían bombas en las iglesias en las que Martin Luther King se dirigía a sus seguidores hasta que finalmente lo asesinaron en el motel  Lorrain , conocido como conocido como el "King-Abernathy suite"

En un contexto como el actual en el que actores y directores que se acercan a la edad de Miss Daisy y comienzan a plantearse el hacer frente a la senectud planificándola,  cuando todavía tienen recursos físicos e intelectuales para ello, ya sea  concentrándose en una casa amplia, desplazándose a hoteles de países en vías de desarrollo, como la India (El exótico Hotel Marigold de Johnn Madden,  2011), o formando pequeñas orquestas de cámara, (El cuarteto, Dustin Hoffman, , 2012), rescatamos del olvido un film de Bruce Beresford , que supone a la vez  una mirada atenta al progresivo deterioro que sufren una mujer y su chófer a medida que avanza su edad, y una denuncia de la discriminación que practican sus descendientes, el edadismo que sufren los mayores, y la forma que tienen los hijos  de lavar sus conciencias depositando a los ancianos en residencias de las que los padres salen en caja de pino. En cierta ocasión una anciana me confesó que la diferencia que existe entre estas instituciones y un hospital, es que en el segundo se tiene la esperanza de salir y regresar al hogar.

La cámara de Beresford, de forma discreta y elegante, nos muestra dos mujeres  bien diferentes: Miss Daisy, una antigua profesora, culta, con una casa , como todas, fiel reflejo de su personalidad, llena de libros e instrumentos de música, incluido un enorme trombón que no importa quién tocaba. Frente a ella, su nuera Florine, militante activa del Partido Republiano, episcopaliana,  que tiene menos contacto con Daisy que su cocinera negra, Idella;   habita con su marido un gran palacio caracterizado por la bizarría y el mal gusto , y no está dispuesta a ceder una habitación de su enorme mansión a la madre de su hijo. No extraña, pues, que, vieja e incapacitada Daisy, muerta la cocinera y retirado del servicio Hoke, acabe sus días en una residencia, en la que prefiera la compañía de su chófer a la de su hijo. Triste.

Si alguien muestra su rabia por este hecho incontestable y está dispuesto a morir de pie es Clint Eastwood, que dio una gran lección en  Gran Torino; quien haya visto este film recuerda su reacción primero, cuando le llevan aquel teléfono con enormes números como regalo de cumpleaños, y su venganza definitiva en la redacción del testamento. Sabe que no puede confiar en nadie, excepto en los que viven cerca de él en estos últimos momentos de su vida. Beresford, un realizador que hoy tiene 73 años, hizo este film cuando tan sólo tenía 59, pero supo darse cuenta de que el hombre no es inmortal, aunque vive como si lo fuera (Tierno Galván), y realizó este film que aporta un punto de vista más a la comprensión de la esencia del ser humano.

Cuando Daisy acude a una cena en la que Martin Luther King da una conferencia en la que afirma que "en el sur blanco hay personas de buena voluntad, cuya voz no se oye, cuyo paso es aún indeciso, cuyo coraje aún no se ha visto. Pedimos a esos millones de personas que tengan el valor de hablar en voz alta, que ofrezcan el liderazgo que se necesita. La historia tendrá que constatar que la mayor tragedia de este periodo de transición social no fueron las palabras envenenadas ni las acciones violentas de esa mala gente, sino el tremendo silencio, la indiferencia de la buena gente. Nuestra generación se arrepentirá no sólo de los actos de los hijos de la oscuridad, sino de los miedos y la apatía de los hijos de la luz". Daisy estuvo presente en la cena en la que se pronunción este discuro, su nuera Florine y su hijo no. Poco después el líder negro fue asesinado.


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