El Regreso. El ejército de los muertos . Joe Dante








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Ficha técnica:

Título original: Homecoming (Masters of Horror.  Series TV)
País: Estados Unidos
Año: 2005
Duración: 59 minutos

Dirección: Joe Dante
Guión: Sam Hamm, basado en el relato corto "Death & Suffrage" de Dale  Bailey
Casting: Nancy Nayor Battino, Kelly Martin Wagner y Aikins/Cossey Casting
Director de Fotografía: Attila Szalay, c.c.c.,h.s.c.
Música. Score: Hummie Mann; supervisores: Jennifer Ross, LisaBrown, Happy Walters
Editor: Marshall Harvey
Supervisor efectos visuales: Lee Wilson
Coordinador de especialistas: Jim Dunn
Director artístico: Teresa Weston
Decorador del set: Ide Foyle

Diseño de Vestuario: Lyn Kelly
Maquillaje de efectos especiales: Gregory Nicotero y Howard Berger
Responsable de maquillaje: Margaret Solomon
Responsable de Peluquería: Adina Shore.

Productor consultor: Grant Rosenberg
Co-Productores: Pascal Verschooris, Ben Browning y Adam Goldworm
Diseño de producción: David Fischer
Serie Masters by Horrors, creada por Mick Garris
IDT Entertainment, Nice Guy Productions, Industry Entertainment, Homecoming

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Intérpretes:

Jon Tenney: David Murch
Thea Gill: Jane Cleaver
Beverly Breuer: Mrs. Hofstadter
Wanda Cannon: Kathy Hobart
Terry David Mulligan: Marty Clark
Robert Picardo: Kurt Rand
Dexter Bell: Marine 1

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Sinopsis:

Joe Dante aprovecha la oportunidad que se le da en la serie creada por Mick Garris para arremeter contra la guerra desatada en Irak por George Bush, y declarada unilateralmente en el archipiélago de 'Las Azores'  y exigirle cuentas por las muertes de tantos jóvenes, a los que se unirán, solidariamente todos los  fallecidos en los conflictos imperialistas en los que han participado los ejércitos de Estados Unidos, incluidos los enterrados en el reverenciado cementerio de Arlington.

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Premios

2006, Premio  del Festival de Sitges al mejor guión, y Premio especial del Jurado.

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Comentario.

Los ciudadanos de Estados Unidos son conscientes del antiamericanismo que comenzó a irradiarse por todo el globo, como consecuencia de las guerras imperialistas en las que participó su país a lo largo del siglo XX, muy contestadas dentro de sus fronteras, especialmente desde la participación en el cruel conflicto que azotó a Vietnam y Corea, y  que dejó una huella indeleble en  las heridas no sólo físicas, sino psicológicas, que quebrantaron a sus soldados e hicieron muy difícil su reinserción social en un mundo en paz. Pero seríamos injustos con ellos si no destacáramos al mismo tiempo la capacidad autocrítica de  los sectores más progresistas de la sociedad  a los que  da amparo la primera enmienda de la Constitución.

Joe Dante, un cineasta que hizo felices a tantos niños de la década de los 80 y los 90 con películas como Gremlins (1984 y su secuela en 1990) o Exploradores (1985, aprovechó la oportunidad que le proporcionó Mick Garris, en una serie que reunió a los Maestros del Terror, en la que colaboraron Don Coscarelli, Tobe Hooper, John Carpenter o John Landis, entre otros, para realizar una metáfora que constituía una dura crítica de la guerra ilegal  que se declaró unilateralmente por varios presidentes de estados occidentales, basándose en mentiras. Y eso es lo que quiere Dante que quede bien claro.

Hasta que no llegó Obama al poder no se mostraron los féretros de los jóvenes soldados que regresaban a sus hogares encerrados en esas frías cajas cubiertas con la bandera de Estados Unidos, y es en este punto macabro en el que va a jugar sus bazas el creador de los Gremlins. Al anochecer, mientras dos soldados desprevenidos hacen su guardia y custodian los  cuerpos de sus compañeros, éstos resucitan, toman vida, con la misma caracterización del zombie icónico , el aspecto de una persona que ya ha iniciado el proceso de descomposición que se refleja en la coloración desigual de su piel,  tantas veces representado en la gran pantalla, pero con unas formas de comportamiento absolutamente diferentes, ya  que se levantan de sus tumbas  con un único objetivo: votar en  las elecciones que se celebran en ese momento para tirar del poder al presidente que los ha sacrificado con sus mentiras en una guerra ilegal; pero ni siquiera los ya muertos pueden ganar la batalla de manipulación de los resultados electorales, que llenan el mapa de los estados unidos del color rojo de los republicanos. Su reacción consiste en pedir refuerzos a los compañeros muertos en todas las guerras en las que ha participado su país, para combatir con quien no respeta la nación por la que han muerto. No escapa de su ojo crítico, cáustico y corrosivo el papel de la Iglesia norteamericana, que justificó todas estas aberraciones, en una defensa teórica de los valores tradicionales de las familias norteamericanas, para las que perder a sus hijos en guerras injustificadas debía  ser motivo de gran orgullo.

El problema es que las madres no lo ven del mismo modo y en un programa televisivo, expresan su el deseo intenso de que sus hijos regresen a casa. Y lo consiguen, con la colaboración involuntaria de uno de los artífices del engaño. No es este el primer  film que critica esta guerra concreta, que se ha denunciado por los cineastas norteamericanos desde todas las perspectivas posibles: el relato que se acerca mucho al  mockumentary de Kathryn Bigelow, la película bélica de Paul  Greengrass o el género de terror de Dante, por citar sólo algunos ejemplos.¿ Qué se ha hecho parecido en Europa?


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