Un final made in Hollywood









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Ficha técnica:

Título original: Hollywood Ending
País: Estados Unidos
Año: 2002
Dirección: 110 minutos

Guión y Dirección: Woosy Allen
Casting: Juliet Taylor y Laura Rosenthal
Dirección de Fotografía: Wedigo von Schultzendorff, B.K.V,
Música: Varios. Clásicos de jazz
Edición: Alisa Lepselter
Director artístico: Tom Warren
Decorador del set: Regina Graves

Diseño de Vestuario: Melissa Toth
Responsable de maquillaje: Lori Hicks
Responsable de peluquería: Robert Fama

Productor: Letty Aronson
Productor ejecutivo: Stephen Tenenbaum
Co-Productor: Helen Robin
Co-productores ejecutivos: Jack Rollins, Charles H.Joffer
Diseño de producción: Santo Loquasto
DreamWorks Pictures asociado con Gravier Productions, Perdido Production

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Intérpretes:

Woody Allen: Val
George Hamilton: Ed
Téa Leoni: Ellie
Debra Messing: Lori
Treat Williams: Hal
Peter Gerety: Siquiatra
Erica Lehersen: Actriz
Jodie Markell: Andrea Ford
Isaac Mizrahi: Elio Sebastian
Marian Seldes: Alexandra
Aaron Stanford: Actor
Tiffani Thiessen: Sharon Bates
Mark Webber: Tony Waxman

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Sinopsis:

Val Waxman (Allen) es un neurótico director de cine que, tras conseguir dos veces el Óscar, ha caído en el olvido. El fracaso lo ha llevado al mundo de la publicidad, pero él anhela desesperadamente volver a los escenarios. A pesar de que lo abandonó por un gran productor, su ex-mujer (Téa Leoni) sigue confiando en su talento y le propone dirigir una película de gran presupuesto que produciría su novio. Pero justo antes de empezar el rodaje, Val se queda ciego. Como no está dispuesto a desaprovechar esta oportunidad, decide ocultar su ceguera a todo el mundo y seguir adelante con la película.

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Crítica:

"Woody Allen embiste con gracia contra Hollywood. (...) en un par de secuencias he gozado de delirantes ataques de risa. ¿Que es un Allen menor, que la historia está alargada, que se repite a sí mismo? Tal vez. No me importa. (...) Cuando está inspirado, te lleva directamente al cielo" (Carlos Boyero en Filmaffinity)´

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Comentario.

Un final made in USA es una reflexión metalingüística sobre el oficio del cineasta que no ha merecido entrar en la selección que el propio autor realizó para sus conversaciones con Eric Lax, y que recoge sus inquietudes y sus fantasmas, entre los que se encuentra su constante navegar por el dominio de la comedia con el trauma de no haber realizado nunca un buen drama, espina que se arrancó tras la ejecución de su trilogía londinense (Match Point, Scoop o Cassandra's  dream), iniciado el siglo XXI, que ha abierto las puertas a un cine diferente, menos neoyorkino, al cineasta que 'lleva las calles de New York en las venas', una ciudad en blanco y negro ambientada con música de Cole Porter.

El film hace un cameo de Encadenados de Hitchcock y saca a relucir los enfrentamientos entre los egos de los diferentes especialistas, artistas y creadores que forman parte del equipo (fotógrafos, directores artísticos, músicos, guionistas...) que forman el equipo de realización. Woody Allen llega al paroxismo al crear en la ficción cinematográfica un cineasta ciego, emulando al  Beethoven sordo, que conoce de tal modo la geografía de la pantalla que es capaz de hacer una película ciego y desarrollar un lenguaje visual sin ver; cuando por fin  puede ver el copión, al recobrar la vista tras reconciliarse con su hijo, un punk llamado  Mugre X, exclama: ¡esta película parece hecha por un ciego!

La última broma no hay que tomársela a mal: la cinta fracasa en América, pero es abrazada en Europa donde interpretan los planos aberrantes e imposibles, la ausencia de raccord o  la deficiente elección de la gama cromática como el resultado de una reflexión conceptual que obedece vaya-usted-saber-a-qué-idea sobre el mundo, cuando en realidad es el producto de un director oscarizado en dos ocasiones, en declive, un insoportable con buenas ideas, capaz de generar una ceguera psicosomática para salirse con la suya. No podemos enfadarnos con Woody Allen porque todo el mundo sabe que su sueño fue instalarse en París definitivamente para estar cerca de los realizadores de la Nouvell Vague, movimiento de renovación francés más cercano a su cine que el que hacen los norteamericanos. Perdió su oportunidad en la realidad y la recobra en la ficción en 2002; en 2011 vuelve a re-instalarse en la ciudad del Sena, utilizando a Owen Willson en Midnight in Paris como el catalizador y realizador de sus sueños.



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