La Caza. Thomas Vinterberg
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Ficha técnica:
Título original: Jagten (The Hunt)
País: Dinamarca
Año: 2012
Duración: 10 minutos.
Dirección: Thomas Vinterberg
Guión: Tobias lindholm, Thomas Vinterberg
Casting: Jette Termann & Tanja Grunwald; Sara Törnqvist, Jens Naesland y Anita Juel Lystbaek
Dirección de Fotografía: Charlotte Bruus Christensen
Música: Nikolaj Egelund. Kristian Selin Eidnes Andersen & Thomas Jaeger
Montaje: Janus Billeskov, Jansen y Anne Osterud
Coordinador de especialistas: Dennis Albrethsen
Diseño de Vestuario: Manon Rasmussen
Jefe de maquillaje: Bjorg Serup
Productores: Morten Kaufmann, Martin Persson, Thomas Vinterberg, Sisse Graum Jorgensen
Diseño de producción: Torben Stig Nielsen.
Compañías. Productoras: Zentropa Entertainments, en co-producción con Film i Väst Zentroma InternationalSweden, Danske Filminstitut, Eurimages, ordisk Film & TV Fond, Svenska Filminstituttet SVT. Distribución: Cameo, Golem
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Intérpretes:
Mads Mikkelsen :Lucas,
Thomas Bo Larsen :Theo,
Annika Wedderkopp :Klara,
Lasse Fogelstrøm :Marcus,
Susse Wold : Grethe.
Anne Louise Hassing: Ages
Lars Ranthe: Bruun
Alexandra Rapaport: Nadja
Sebastian Bull Sarning: Torstein
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Sinopsis:
Tras un divorcio difícil, Lucas, de cuarenta años, ha conocido otra mujer, tiene un nuevo trabajo y se dispone a reconstruir su relación con Marcus, su hijo adolescente. Pero algo va mal. Un detalle. Un comentario inocente. Una mentira fortuita. Y mientras la nieve comienza a caer y las luces de Navidad se iluminan, la mentira se extiende como un virus. La sorpresa y la desconfianza crecen hasta alcanzar proporciones inimaginables y la pequeña comunidad se sume en un estado de histeria colectiva,. Lucas no tendrá más remedio que Luchar en solitario para defender su dignidad y su vida.
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Premios:
2012: Festival de Cannes: Mejor actor (Mads Mikkelsen)
2012: Premios del Cine Europeo: Mejor guión. 5 nominaciones, incluyendo mejor película
2012: Premios BAFTA: Nominada a mejor película en habla no inglesa
2012: Festival de Sevilla: Sección oficial largometrajes a concurso (Filmaffinity)
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Comentario:
Thomas Winterberg, experto en hacer estallar por los aires cualquier celebración en la que unos familiares, los miembros de una congregación o los vecinos de un pueblo, se reúnen para conmemorar un cumpleaños, una boda o la Navidad, y acaban siendo víctimas de su mala conciencia y la culpa que albergan en su interior, se acerca con un fino bisturí al tumor maligno que genera el cuerpo enfermo de una sociedad, en la que los niños padecen las mismas presiones que los adultos, derivadas, en muchos casos por un proteccionismo extremo. Hoy nadie se puede hacer una fotografía con un niño desnudo o hacer una instantánea de su hijo en una piscina. Klara, la protagonista del film, una niña de unos cinco años, cuando denuncia a su profesor, Lucas, utiliza unas expresiones de adulto que es difícil que haya aprendido en sus juegos infantiles con sus compañeros de colegio; ¿ha visto u oido a sus padres en sus momentos íntimos? Nadie es capaz de saber cómo se ha generado la bola de nieve que al ir rodando y rodando se ha hecho tan grande, albergando en su interior a un falso culpable, que ya nadie es capaz de pararla, ni de conocer la verdadera causa que le dio forma
Thomas Vinterberg, un cineasta del grupo Dogma 95, junto con Susanne Bier y Lars Von Trier, aunque abandonados los principios que defendió en sus primeros pasos como realizador, hace una película sobre el falso culpable, la duda, la fama, el amor y el odio. Y lo hace a la nórdica, con altas dosis de civilización por parte de casi todos los que participan en este enredo y lo crean en mayor o menor medida. Los estallidos de violencia se producen cuando Lucas se niega a replegarse y esconderse en su casa, tras ser reconocida su inocencia en los tribunales ante las contradicciones y mentiras en que habían caído unos niños que habían descrito un sótano de su casa, todos el mismo, que no existía. Y son los tenderos del lugar quienes le niegan la entrada en su establecimiento y lo expulsan a golpes; otros, ocultos tras el anonimato, matan al perro que había sido el más fiel compañero de un hombre que había perdido a su hijo tras separarse de su mujer y ahora estaba a punto de recuperarlo. Marcus apoya a su padre en todo momento y nunca duda de él; la pequeña canta a voz en grito su mentira, pero ya nadie le hace caso, y sus compañeros, influenciados por los otros maestros y el psicólogo, repiten a coro que ellos también han sido maltratados sexualmente, pero al carecer de los conocimientos necesarios e inventar una habitación, inducidos o no, demuestran la manipulación de que son objeto.
Todos acaban por aceptar su inocencia, pero como afirma aquel personaje de un cura, que protagonizó Philip Seymour Hoffman, en 'La Duda' de John Patrick Shanley (2008), si rompes una almohada rellena de plumas y las esparces, dejándolas al arbitrio del viento, nunca podrás recogerlas todas. Cuando Lucas vuelve a cazar con sus amigos y no se cobra la pieza que se le pone a tiro, un hermoso venado y cualquier otro cazador intenta hacerlo por él, se siente amenazado. Así son estas infamias y difamaciones, sutiles y enredadas. A lo largo del film se siente ese sometimiento tan extendido del hombre a una autoridad moral que funciona como cualquier otra, ante la que el individuo teme rebelarse, refugiándose en la masa.
Stanley Migram (Universidad de Yale, 1960-1963) intentó explicarse y explicar a sus alumnos como funciona cualquier principio tiránico, con el objetivo de entender qué pasó primero y cual es el desenlace de la historia, que se repite cada vez que se reparten las responsabilidades de tal manera que nadie es consciente del acto final. Entender cómo funciona la sociedad en estos casos es muy útil para el espectador que quiera conocer los efectos de un grupo que se rige por la disciplina y la obediencia ciega de una especie de súbditos del odio y el temor que ni tan siquiera son remunerados por sus actos perversos.Cuanto más se hayan excedido en la aplicación de su falsa justicia, más les costará reconocer la inocencia del que lo es y que se han dejado guiar por un afán de venganza por razones psicológicas difíciles de descifrar. No sabemos si consciente o inconscientemente, el realizador convierte a los más ricos y cultos del lugar en los únicos que apoyan a Lucas y a su hijo, una familia en cuya enorme mansión se reúnen los cazadores antes de iniciar su campaña, mientras que la violencia física y el intento de linchamiento contra el inocente procede del propietario y los vendedores del supermercado.
Preguntado Vinterberg si él cree que todos los pueblos habrían reaccionado de igual forma ante un hecho semejante, contesta que no. Y en eso tiene razón. En el film la comunicación no se rompe nunca por completo y de forma subliminal se nos lanza el mensaje de que también preocupan los daños psicológicos que puede sufrir una niña que debe cargar con la culpa de haber mentido y haber causado un daño irreparable a un profesor al que quería, por un ataque de celos al verlo jugar con otros niños, y que, a la par, pierde a Fanny, la mascota querida de Lucas, que ella sacaba a pasear. Grethe, la directora del colegio, el psicólogo y los compañeros, indujeron a la niña a un declaración en contra de un buen hombre y mejor profesor, que nunca ya podría ser igual de espontáneo con unos niños que lo adoraban.
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Comentario:
Thomas Winterberg, experto en hacer estallar por los aires cualquier celebración en la que unos familiares, los miembros de una congregación o los vecinos de un pueblo, se reúnen para conmemorar un cumpleaños, una boda o la Navidad, y acaban siendo víctimas de su mala conciencia y la culpa que albergan en su interior, se acerca con un fino bisturí al tumor maligno que genera el cuerpo enfermo de una sociedad, en la que los niños padecen las mismas presiones que los adultos, derivadas, en muchos casos por un proteccionismo extremo. Hoy nadie se puede hacer una fotografía con un niño desnudo o hacer una instantánea de su hijo en una piscina. Klara, la protagonista del film, una niña de unos cinco años, cuando denuncia a su profesor, Lucas, utiliza unas expresiones de adulto que es difícil que haya aprendido en sus juegos infantiles con sus compañeros de colegio; ¿ha visto u oido a sus padres en sus momentos íntimos? Nadie es capaz de saber cómo se ha generado la bola de nieve que al ir rodando y rodando se ha hecho tan grande, albergando en su interior a un falso culpable, que ya nadie es capaz de pararla, ni de conocer la verdadera causa que le dio forma
Thomas Vinterberg, un cineasta del grupo Dogma 95, junto con Susanne Bier y Lars Von Trier, aunque abandonados los principios que defendió en sus primeros pasos como realizador, hace una película sobre el falso culpable, la duda, la fama, el amor y el odio. Y lo hace a la nórdica, con altas dosis de civilización por parte de casi todos los que participan en este enredo y lo crean en mayor o menor medida. Los estallidos de violencia se producen cuando Lucas se niega a replegarse y esconderse en su casa, tras ser reconocida su inocencia en los tribunales ante las contradicciones y mentiras en que habían caído unos niños que habían descrito un sótano de su casa, todos el mismo, que no existía. Y son los tenderos del lugar quienes le niegan la entrada en su establecimiento y lo expulsan a golpes; otros, ocultos tras el anonimato, matan al perro que había sido el más fiel compañero de un hombre que había perdido a su hijo tras separarse de su mujer y ahora estaba a punto de recuperarlo. Marcus apoya a su padre en todo momento y nunca duda de él; la pequeña canta a voz en grito su mentira, pero ya nadie le hace caso, y sus compañeros, influenciados por los otros maestros y el psicólogo, repiten a coro que ellos también han sido maltratados sexualmente, pero al carecer de los conocimientos necesarios e inventar una habitación, inducidos o no, demuestran la manipulación de que son objeto.
Todos acaban por aceptar su inocencia, pero como afirma aquel personaje de un cura, que protagonizó Philip Seymour Hoffman, en 'La Duda' de John Patrick Shanley (2008), si rompes una almohada rellena de plumas y las esparces, dejándolas al arbitrio del viento, nunca podrás recogerlas todas. Cuando Lucas vuelve a cazar con sus amigos y no se cobra la pieza que se le pone a tiro, un hermoso venado y cualquier otro cazador intenta hacerlo por él, se siente amenazado. Así son estas infamias y difamaciones, sutiles y enredadas. A lo largo del film se siente ese sometimiento tan extendido del hombre a una autoridad moral que funciona como cualquier otra, ante la que el individuo teme rebelarse, refugiándose en la masa.
Stanley Migram (Universidad de Yale, 1960-1963) intentó explicarse y explicar a sus alumnos como funciona cualquier principio tiránico, con el objetivo de entender qué pasó primero y cual es el desenlace de la historia, que se repite cada vez que se reparten las responsabilidades de tal manera que nadie es consciente del acto final. Entender cómo funciona la sociedad en estos casos es muy útil para el espectador que quiera conocer los efectos de un grupo que se rige por la disciplina y la obediencia ciega de una especie de súbditos del odio y el temor que ni tan siquiera son remunerados por sus actos perversos.Cuanto más se hayan excedido en la aplicación de su falsa justicia, más les costará reconocer la inocencia del que lo es y que se han dejado guiar por un afán de venganza por razones psicológicas difíciles de descifrar. No sabemos si consciente o inconscientemente, el realizador convierte a los más ricos y cultos del lugar en los únicos que apoyan a Lucas y a su hijo, una familia en cuya enorme mansión se reúnen los cazadores antes de iniciar su campaña, mientras que la violencia física y el intento de linchamiento contra el inocente procede del propietario y los vendedores del supermercado.
Preguntado Vinterberg si él cree que todos los pueblos habrían reaccionado de igual forma ante un hecho semejante, contesta que no. Y en eso tiene razón. En el film la comunicación no se rompe nunca por completo y de forma subliminal se nos lanza el mensaje de que también preocupan los daños psicológicos que puede sufrir una niña que debe cargar con la culpa de haber mentido y haber causado un daño irreparable a un profesor al que quería, por un ataque de celos al verlo jugar con otros niños, y que, a la par, pierde a Fanny, la mascota querida de Lucas, que ella sacaba a pasear. Grethe, la directora del colegio, el psicólogo y los compañeros, indujeron a la niña a un declaración en contra de un buen hombre y mejor profesor, que nunca ya podría ser igual de espontáneo con unos niños que lo adoraban.
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