La casa al final de la calle. Mark Tonderai.
_________________________________________________________________________________________________________________
Ficha técnica:
Título original: House at the end of the street.
País: Estados Unidos.
Año: 2012.
Duración: 101 minutos.
Dirección: Mark Tonderai
Guión: David Loucka, Jonathan Mostow.
Casting: John Papsidera.
Dirección de Fotografía: Miroslaw Baszak.
Música: Theo Green.
Edición: Steve Mirkovic y Karen Porter.
Dirección artística: Shane Boucher.
Decoración del set: Garren Dunbar.
Efectos especiales: Jonathan Mariani.
Diseño de Vestuario. Jennifer Stroud.
Responsable de maquillaje: Angie Mills.
Peluquería: Carly Basso.
Productores: Aaron Ryder, Peter Block, Ryan Kavanaugh.
Diseño de producción: Lisa Soper.
Compañías. Productoras: A Bigger Boat/ Film Nation Entertainment, Relativity Media.
________________________________________________________________________________________________________________
Intérpretes:
Jennifer Lawrence: Elissa,
Elisabeth Shue: madre de Elissa, Sarah,
Max Thieriot: Ryan,
Nolan Gewrard Funck: Tyler,
Gil Bellows : Weaver,
Krista Bridges: Mary Jacobson,
Allie MacDonald: Jillian,
James Thomas: Ben Reynolds,
Jonathan Malen: Penn State Carrie Anne,
Jon McLaren: Zak,
Joy Tanner: Bonnie Reynolds.
________________________________________________________________________________________________________________
Sinopsis:
Cuando una chica adolescente se muda junto a su madre a un nuevo pueblo, descubre que su casa esta frente a otra en la que tuvo lugar un doble asesinato. Las cosas comenzarán a complicarse cuando la joven se hace amiga de un chico que sobrevivió a la masacre.
________________________________________________________________________________________________________________
Comentario:
Mark Tonderai reliza este film con un presupuesto de 6.9 millones de $ y recauda 47.781,908, según la información que incorpora Wikipedia, por lo que es evidente que a nivel económico el film no ha resultado un fiasco y una ruína, sin embargo la acogida del público y la crítica ha sido tan fría que se ha considerado inconveniente para la carrera de la estrella, la más cotizada en este momento, a la falta de publicidad se une la ausencia de las pantallas de los cines de las ciudades más importantes del mundo, enviando el producto directamente a las televisiones. El film naufraga desde la misma contextualización, muy pobre, pasando por el escaso desarrollo de los personajes y el drama que constituye su background y podría explicar, aunque de forma muy deficiente, los síntomas de la alteración de la psique del joven Ryan, que se pretende saldar con un único plano final, a la manera de Hitchcock en Psicosis. Donde Guillaume Gallienne vio materia para una comedia desenfadada, (Guillaume y los chicos ¡A la mesa!), Mark Tonderai ha intentado montar un thriller, que no vamos a decir que da más risa que el film del francés, pero sí que se se vive con poca intensidad dramática. Un solo acto no puede ser la causa de un asesinato, aunque si un desencadenante; faltan por explicar las causar que llevan a este chico a actuar de la forma en que lo hace, y el realizador no sólo no se molesta en contarlo, sino que ni siquiera nos da los elementos para que nos montemos nuestra propia película, en ese proceso de desestructuración que algunos han querido ver. Ni la poderosa presencia de Jeniffer Lawrence logra dotar de tensión e interés a una historia mal contada.
José Arce: "La historia nacida de Jonathan Mostow no parece tener muy clara su propia esencia, abandonando sus parámetros de suspenso sencillito para apostar por el perfilamiento de lo que parece ser un drama psicológico de terror romántico social (argh), infestado de jóvenes más maduros que sus adultos correspondientes, leyendas urbanas sospechosamente palpables, bulos, habladurías y envidias que convierten lo idílico en pesadillesco y letal. Desestructuración de libro. Pero a medida que todo se desarrolla, todo se espesa, camino de una encrucijada final que tiende a la exoneración general y al rizo telefílmico más facilón." (House at the end of the street.: ¡Inconsciente!)
Mark Tonderai reliza este film con un presupuesto de 6.9 millones de $ y recauda 47.781,908, según la información que incorpora Wikipedia, por lo que es evidente que a nivel económico el film no ha resultado un fiasco y una ruína, sin embargo la acogida del público y la crítica ha sido tan fría que se ha considerado inconveniente para la carrera de la estrella, la más cotizada en este momento, a la falta de publicidad se une la ausencia de las pantallas de los cines de las ciudades más importantes del mundo, enviando el producto directamente a las televisiones. El film naufraga desde la misma contextualización, muy pobre, pasando por el escaso desarrollo de los personajes y el drama que constituye su background y podría explicar, aunque de forma muy deficiente, los síntomas de la alteración de la psique del joven Ryan, que se pretende saldar con un único plano final, a la manera de Hitchcock en Psicosis. Donde Guillaume Gallienne vio materia para una comedia desenfadada, (Guillaume y los chicos ¡A la mesa!), Mark Tonderai ha intentado montar un thriller, que no vamos a decir que da más risa que el film del francés, pero sí que se se vive con poca intensidad dramática. Un solo acto no puede ser la causa de un asesinato, aunque si un desencadenante; faltan por explicar las causar que llevan a este chico a actuar de la forma en que lo hace, y el realizador no sólo no se molesta en contarlo, sino que ni siquiera nos da los elementos para que nos montemos nuestra propia película, en ese proceso de desestructuración que algunos han querido ver. Ni la poderosa presencia de Jeniffer Lawrence logra dotar de tensión e interés a una historia mal contada.
José Arce: "La historia nacida de Jonathan Mostow no parece tener muy clara su propia esencia, abandonando sus parámetros de suspenso sencillito para apostar por el perfilamiento de lo que parece ser un drama psicológico de terror romántico social (argh), infestado de jóvenes más maduros que sus adultos correspondientes, leyendas urbanas sospechosamente palpables, bulos, habladurías y envidias que convierten lo idílico en pesadillesco y letal. Desestructuración de libro. Pero a medida que todo se desarrolla, todo se espesa, camino de una encrucijada final que tiende a la exoneración general y al rizo telefílmico más facilón." (House at the end of the street.: ¡Inconsciente!)
Comentarios
Publicar un comentario
¡Deja tu comentario aquí!