Tormenta colosal. Peter Geiger.



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Ficha técnica:

Título original: 40 days and nights.
País: Estados Unidos.
Año: 2012.
Duración: 89 minutos.

Dirección: Peter Geiger
Guión: H.Perry Horton.
Dirección de Fotografía: Ulf Soderqvist.
Música: Chrys Ridenhour
Edición: Rachel Anderson-Lebron
Coordinadores de especialistas: Scott Miller, Ben R.Scott.
Supervisor de post produccióm: Mark Quod.
Supervisor efectos visuales: Joseph Lawson.

Diseño de Vestuario: Ashli Pingry.
Maquillaje: Valerie García

Productor: David  Michael Latt
Co-Productor: Paul Bales.
Productores ejecutivos: David Rimawi
Productor en línea: Devin Ward.
Diseño de Producción:  Vincent Albo
Compañía.The Asylum.


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Intérpretes:

Alex Carter: John,
Monica Keena: Tessa,
Alex Arleo. Roger,
Alex Ball: Welker,
Victoria Barabas: Oates.
TV Barnett: Amato,
David Bittick: Guard,
Adam Burch: Purchase,
Hector Bustamante: Bruce,
...

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Sinopsis:

Tras un movimiento severo de las placas tectónicas que constituyen la corteza terrestre, se produce una elevación del nivel del mar sin precedentes. Las fuerzas aéreas, conscientes de la gravedad del hecho, actúan como el personaje bíblico de Noé y construyen un arca para proteger a todas las especies y preservar el equilibrio ecológico.

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Comentario:


Hay dos preguntas que puede hacer el lector. La primera de dónde ha salido esta película, realizada recientemente sin que nadie tuviera la más mínima noticia de ella, seguramente porque el bodrio era de tal calibre que no encontraron lugar para estrenarla; la segunda, por qué la comentamos en este blog. La respuesta es sencilla : porque este largo. horrible y cálido verano, las televisiones han sacado sus stocks y los han lanzado a la pobre gente que no ha tenido más remedio que permanecer en sus hogares y que no ha podido permitirse ni el pequeño lujo de ver algo decente en televisión. Hay un consejo que sí podemos dar tras esta experiencia: cuando veamos en la programación de un canal una película reciente de la que no hayamos oído hablar nunca, mejor nos decidimos por un clásico, especialmente si se trata de películas de acción, de aventuras, de ciencia ficción, en la que no se trata tanto del dinero que se ha invertido en ellas, como de la capacidad de quienes están al frente de los efectos visuales. Películas de los años 70 y 80, cuando las nuevas tecnologías estaban en mantillas, cuando Lucas y Coppola compraron un ordenador que no cabía en una habitación, se hicieron las obras más importantes del género. Dicho esto, más de uno que se haya sentado con sus palomitas a reírse y disfrutar de una mala película, habrá podido comprobar que hasta en esto falla el film, que, además de mal ejecutado, es aburrido.

Aunque sea en estas condiciones, aporta un granito de arena a la comprensión de la idiosincrasia de la población de los Estados Unidos del Norte de América. Los Norteamericanos viven constantemente asustados por los tifones, huracanes, tornados y tormentas que los azotan, que han sido protagonistas de muchas de sus películas, una tan emblemática como 'El Mago de Hoz'; estos fenómenos meteorológícos son muy frecuentes en la Costa del Pacífico, desde Mayo hasta Noviembre, aunque la periodización varía cada año. Si bien la población está preparada para estos desastres y sabe cómo actuar, en ocasiones se ven superados, como ocurrió con el Huracán Katrina, formado  el 23 de agosto de 2005,  que se cobró casi dos mil víctimas y produjo elevados daños económicos. Desde que comenzó la Gran Depresión, en la que cada día nos hundimos más y más, estas catástrofes se están convirtiendo en una metáfora del fin del mundo conocido, en el que tan solo los más aptos se salvarán.


Huracán Katrina.

No obstante, el cine catastrofista no siempre es tan benigno. Lar Von Trier se encarga en 'Melancolía', de que no quede ningún privilegiado para contarlo, ya que concibe el fin del mundo como el choque de un planeta desconocido contra el nuestro, un desastre que  nada ni nadie será capaz de impedir. Poco a poco el hombre va perdiendo la inocencia y la fe en los expertos en economía y en avances científicos, y, lo que es más peligroso todavía, están empezando a depositar sus esperanzas en salvapatrias, que los acabarán defraudando. Peter Geiger introduce connotaciones religiosas, y aunque las causas del desastre son geomorfológicas, es decír físicas y no metafísicas, y no obedecen a una demostración del poder divino y  la venganza ejercida por el creador sobre los mortales, los científicos, los hombres más respetados por el hombre actual, construyen unas cuantas arcas, aunque sólo aparece en la película la comandada por los jefes, en la que meten toda clase de animales, (especialmente polillas, como señala algún espectador), dimórficos o no, con el objetivo de preservar las especies y mantener el equilibrio ecológico,.

Ni el tema ni el background de la historia es nuevo, incluida el arca de connotaciones bíblicas, que tuvo un precedente en el film más artificial de la historia del cine hasta el momento, '2012', realizado por Roland Emmerich, especialista en catástrofes y en mostrar imágenes en las que desaparecen bajo las aguas o el hielo los edificios más emblemáticos del mundo, sin caer en el egocentrismo norteamericano, y mostrando cierta ironía cuando, en la primera secuencia del film, un grupo de ciudadanos se manifiestan delante de La Casa Blanca, pidiendo la condonación de las deudas en vísperas del mayor desastre imaginable. ¿Es una premonición? La calidad técnica de los recursos empleados por Peter Geiger  es muy inferior a la de las películas espectaculares de Emmerich, y, lo que es peor, está mal contada, a pesar de que establece dos líneas de relato: una individual, en la que unos jóvenes luchan y se debaten en tierra por salvar sus vidas, que se alterna con las decisiones  que se toman y los avatares que sufre el arca principal, una especie de cesta puesta al revés, en unas ocasiones, y una balsa en otras.




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