20.000 dias en la Tierra. Iain Forsyth & Jane Pollard.




Ficha técnica:

Título original: 20.000day of Hearth.
País: Gran Bretaña.
Año: 2014.
Duración: 97 minutos.

Dirección: Iain Forsyth & Jane Pollard.
Guión: Iain Forsyth & Jane Pollard y Nick Cave.
Dirección de Fotografía: Erik Wilson.
Música: Nick Cave y Warren Ellis.
Edición: Jonathan Amos, a,c.e.
Diseño de sonido: Joakim Sundström.
Diseño de producción: Simon Rogers.
Director artístico: Lucy Haley.

Consultor de Vestuario: Jemina Penny.
Maquillaje: Martina Luissetti.
Maquillaje y peluquería de Kylie Minogue: Christian Vermaak

Productores: James Wilson y Dan Bowen.
Productores ejecutivos: Thomas Benski, Lucas Ochoa, Anna Higgs, Tabita Jackson y Hani Farsi, Phoebe Greenberg, Penny Mancuso, Paul Goldin, Paul Grindey.
Co-Productor: Alex Dunnett.
Productor asociado: Jason Bick.
Diseño de producción: Simon Rogers.
Compañías: BFI, Film 4, Pulse Films, Corniche Pictures, asociados con Phi Films and Goldin Films, Pulse Films/JW Films Production; distribuidora: Avalon

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Intérpretes: Documental.

Nick Cave, Susie Bick,  Warren Ellis,  Darian Leader,  Ray Winstone, Blixa Bargeld, Kylie Minogue, Arthur Cave,  Earl Cave, Thomas Wydler, Martyn Casey, Conway Savage, Jim Sclavunos, Barry Adamson, George Vjestica...(más créditos en Imdb).


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Premios (Filmaffinity) :

2014: Premios BAFTA: Nominado a Mejor documental
2014: Festival de Sundance: Mejor director y mejor montaje (Documentales inter.)
2014: Independent Spirit Awards: Nominada a Mejor largometraje documental.

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Críticas:

Ricardo Aldarondo siente atracción por aquellos aspectos que constituyen el mito de una estrella del rock, personajes que, generalmente son vistos como "luminosos y oscuros, pendencieros y responsables, adictos y encerrados en cuchitriles", inadaptados y rebeldes, y se rinde ante un documental que propone " un ágil e inteligente juego de pinceladas e incursiones casi aleatorias, en distintos momentos de esta trayectoria a través del propio Nick Cave. Dejando que se exprese, que alimente su ego, que reconozca sus excesos, que despliegue su ironía , que recorra los hallazgos de su poesía y su filosofía de vida y manifieste en todo momento y lugar su saber de puro artista." (Para quienes quieran saber qué es un artista. Fotogramas).

La crítica norteamericana ha sido muy complaciente con este film, aunque en demasiadas ocasiones se fija en el manifiesto que precede a la música y la ubica conceptualmente en un ámbito determinado. Peter Bradshaw (The Guardia) se convierte en el paradigma de esta actitud, que lo sitúa ante el toro, pero detrás de  la barrera, cuando afirma que  para él "los diálogos son fantásticos, tal vez mejor que la música."¿Qué significa tal vez?.

Salvador Llopart nos da la razón cuando afirma que :"Cave, más que cantar -que canta poco- habla y habla. Con sus músicos, componiendo, con su psicoanalista y consigo mismo, y todo lo que dice resulta tan fascinante, extraño e inesperado como su propia música junto a los Bad Seeds. su grupo."(20.000 días en la Tierra: 19.999 días más uno.Diario 'La Vanguardia', 7 de Noviembre de 2014).

Han sido, pues, los valores cinematográficos los que han atrapado a unos críticos de cine, que apenas inciden en el valor de la música de Nick Cave. Jordi Costa escribe para el diario 'El País', un análisis muy similar al  del resto de los críticos: " El retrato (o el autorretrato) de Nick Cave que han confeccionado Iain Forsyth y Jane Pollard es rabiosamente original y esquiva los automatismos del documental rock bajo la piel de la docuficción. También es un ejercicio de narcisismo, donde Cave se construye un traje mítico a medida, apropiándose de cierta distancia irónica jarmushiana, que cristaliza en ese microgesto de fastidio." (Entre lo 'cool' y lo chanante. Diario 'El País, 6 de Noviembre de 2014).

"Sobresaliente" para Sight & Sound, "Fascinante", para The New York Times, "Impresionante" para la BBC, e "Increible. Creativa e inspiradora. Es emocionante" para Time Out. Estos son los calificativos que ha merecido para la prensa con mayor solvencia occidental el esfuerzo de Iain Forsyth y Jane Pollard, que ha contribuido, al menos, a difundir la música de Nick Cave.

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Comentario:

Iain Forsyth y Jane Pollard abordan el documental, casi podríamos hablar de un biopic, en el que partiendo de esos 20.000 días, que equivalen a casi cincuenta y cinco años, reconstruyen, o intentan al menos reconstruir, la sensibilidad de un músico forjada a lo largo de más de medio siglo (desde las fotos que aporta su madre con ese flequillo 'beatle' que lo caracterizó mucho tiempo), inscrita en unas pantallas de TV que forman un caleidoscopio en el que entran todos los acontecimientos históricos, sociales, musicales y  artísticos que han ido sustanciando al artista, que mira con preocupación las huellas que ha ido dejando el tiempo en su rostro, que no son otra cosa que el mapa del alma del trovador, que teme ante todo perder la memoria, el recuerdo de una infancia feliz en la que ocupa un lugar nuclear el padre, que le enseñó a leer Lolita de Nabokov fijándose en la cadencia rítmica del  texto, en sus aliteraciones, su musicalidad (Light of my live, fire of my loins. My sin, my soul...), y las palabras escritas se transformaron en otra cosa . "Todo lo que escribo son versiones retorcidas de mí mismo" .La pérdida del pasado la siente  como una forma de malograr recuerdos originales y muy valiosos de su infancia.

En sus canciones siempre recupera esas historias, que quizás sólo tengan sentido para él; esos pensamientos, ilusiones, recreaciones que se fraguaron en la soledad de su habitación de adolescente, en la que susurraba sus canciones y rasgueaba una escoba, un fetiche de la guitarra que deseaba, y que se traduce en fragmentos de sus canciones que mezclan asuntos inconexos,que responden a la experiencia de su autor, sus raíces,  que emergen en forma de mito, - árboles rojizos en las calles, Robert Johnson, Hannah Montana, la lluvia, la mejor chica que ha tenido, el bosson de Higgs...Todo medido, todo controlado, todo reflexionado. Pero, al mismo tiempo siente que nadie conoce su propia historia mientras la está viviendo, que en esos momentos todo es clamor y confusión. A pesar de su escepticismo admite que nuestro relato puede convertirse en 'Historia' cuando la contamos una y otra vez bien  a nosotros mismos, bien a otros, primero creándola y luego cuidando que no se suma en la oscuridad.

El artista, contemplado en su edad madura, reconoce que en Nocturama intentó dar un giro a su carrera, en un momento en el que luce ostentosas joyas de oro y en el que incluso las patillas de sus gafas parecen hechas de este metal precioso. Se señala el compromiso y la responsabilidad del trovador con el mundo real y habla de un Dios en el que sólo creía cuando estaba colgado de las drogas y que sólo existe en sus canciones, aunque cree que puede existir una especie de demiurgo que, a veces, no siempre, le hace sentirse como un ángel.

El documental narra los duros inicios de los músicos, en el que el promotor los vendía como el directo más salvaje del mundo, lo que los convertía en víctimas de los desaprensivos de todo pelaje (skinhead, moteros y todo tipo de chungos y psicópatas), ante los que tuvieron que protegerse actuando de espaldas al público, en cuclillas, al fondo del escenario. Un magnífico alegato dirigido  a los músicos y todos aquellos que se acercan a los conciertos, para que entiendan las humillaciones de aquellos que, como ocurre con Nick, sienten el directo como algo 'comunal', en sintonía con la gente, un instante en el que el músico se deja llevar, se olvida de todo y se transforma en otro. Esto es, según él, lo que todo músico desea que le suceda.

Nick Cave intenta trasladarnos el poder de transformación que tiene la imaginación, y esto precisamente convierte el documental en único e irrepetible. Es difícil saber hasta qué punto logra conectar con el público, pero el esfuerzo es como han enfatizado sus críticos, sobresaliente, impresionante e increíble. y nos muestra la evolución desde la rebeldía del joven, acurrucado en su piso que apenas alcanza las dimensiones de un útero materno, hasta el traje de alpaca y las joyas ostentosas que acompañan a una música controlada, bien medida, en la que se deja oir bien la voz del poeta que se ha hecho con los años: "Tengo una sensación que no se abandona/Tengo una sensación que no se va/Tienes que seguir empujando/Seguir empujando/Empuja el cielo/Algunos dicen que solo es rock and roll/pero te llega hasta el alma/Tienes que seguir empujando...

Su infancia, Brighton, su compromiso con la sociedad, la religión,  Kilye Minogue, la transformación del artista..., son temas recurrentes; todos ellos recuerdos, hechos leyenda. Las palabras que tanta mella han hecho en ciertos sectores son al fin y a la postre solo una fachada, tras la que se esconden las verdades "que emergen sin avisar, como la joroba de un monstruo marino y que luego desaparecen. La composición y la actuación son como un modo de sacar el monstruo a la superficie; crean un espacio donde la criatura puede abrirse paso entre lo que es real y lo que conocemos.Ese reluciente espacio, donde se cruzan la imaginación y la realidad  es donde existe todo el amor, las lágrimas y la felicidad. Este es el lugar. Aquí es donde vivimos."


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