La historia oficial. Luís Puenzo







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Ficha técnica:

Título original: La historia oficial.
País: Argentina.
Año: 1985.
duración: 120 minutos.

Dirección: Luís Puenzo.
Guión: basado en el libro cinematográfico de Aída Bortnik y Luís Puenzo y "En el país de Nomeacuerdo" de María Elena Walsh.
Dirección de Fotografía: Félix Monti.
Cámara: Héctor Morini.
Música: Atilio Stampone.
Escenografía: Abel Facello.
Dirección de sonido: Abelardo Kuschnir.

Diseño de Vestuario: Ticky Garía Estevez
Maquillaje: Blanca Olavego.

Jefe de producción: Carlos Latreyte.
Dirección de Producción: Marcelo Piñeyro.
Productor asociado: Progress Communications.
Supervisión técnica: Orlando Rodríguez.
Administración: Carlos Fernández.
Cinemanía, Historias cinematográficas.


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Intérpretes:

Héctor Alterio: Roberto,
Norma Alcandro: Alicia,
Hugo Arana: Enrique,
Guillermo Battaglia: Jose,
Chela Ruiz: Sara,
Patricio Contreras: Benitez,
Aníbal Morixe: Miller,
María Luisa Robledo: Nata,
Jorge Petraglia: Macci,
Analía Castro: Gaby,
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Sinopsis:

Una mujer argentina, profesora de instituto y de clase acomodada, sospecha que su hija adoptada pertenecía en realidad a una madre desaparecida.

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Comentario:

Luis Puenzo narra el drama que se vivió en las familias que apoyaron el golpe militar de Videla y que hicieron desaparecer a miles de jóvenes, cuyas madres y abuelas se convirtieron en la eterna memoria viviente de sus hijos y nietos desaparecidos, manifestándose en la Plaza de Mayo, cuando llegó la hora de dirimir responsabilidades y someterse al veredicto de los tribunales. Muchas mujeres descubrieron con dolor que los niños adoptados que tenían en su casa eran hijos de hombres y mujeres desaparecidos, quizás porque antes no quisieron hacerse preguntas, entre ellas la propia Alicia, una profesora de historia de Instituto, que descubrió la realidad de su país cuando se encontró con una antigua amiga torturada por el ejército.

El director argentino trata con gran sencillez y delicadeza la evolución ideológica de esta mujer, desde el atrincheramiento inicial hacia una mayor apertura a las ideas de los demás, empezando por sus propios alumnos, movida por el miedo a perder una hija que presentía que había llegado junto a ella por una procedimiento muy oscuro. Un film que parece buscar el encuentro entre ciudadanos de uno y otro bando, más que ensanchar las fisuras por los graves acontecimientos que rememora.

Este film es el primer largometraje del director, que consiguió el premio Óscar a la mejor película extranjera en 1986, en un momento en que las consecuencias de las dictaduras del cono sur americano eran motivo de profunda preocupación en Europa y Estados Unidos, lo que convertía a estos países, especialmente Chile y Argentina, en objeto de la literatura, el arte y la expresión cinematográfica. Una película que, aun condenando a la clase dominante y afín a los militares, relación que se reproduce fielmente en numerosas cenas y otros actos sociales, abre la puerta a la posibilidad de que hubiera mujeres que, como Alicia, no fueran plenamente conscientes de los excesos de la dictadura, que había acabado metiendo en sus casas hijos de desaparecidos, que en su mayoría estaban muertos. Una visión conciliadora que convenció a la Academia.



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