Batman versus Superman. Comentario.






Crítica:


Uno va al cine a ver una película como 'Batman versus Superman: El amanecer de la justicia', casi por obligación, por militancia cultural, porque la adaptación del cómic a la gran pantalla y los géneros de ciencia ficción y terror son consustanciales con ricas metáforas sobre el mundo que vivimos y el que nos espera, aunque del propio título del film, por la posibilidad de introducir equívocos en los no iniciados, y de su director Zack Snyder, que tuvo la barra de vestir de transexual y montar en una carroza del orgullo gay a Xerxes, en los '300' de Esparta, matando dos pájaros de un tiro, no esperamos grandes cosas, pero, al menos que nos deje ver su película.

Entre el sueño y la vigilia, la penumbra y el resplandor de las explosiones, se le pone al espectador muy difícil alegrarse o lamentar algo, puesto que no sabe si el derribado es de los suyos o de los enemigos, máxime cuando hay tantos personajes enfrentados mareando, -el villano infantil, un pedorro cursi  y estrafalario que da clases de cultura clásica, que no tienen la mayor trascendencia porque el público se queda igual-, Batman y Superman con sus egos enfrentados, haciendo más daño que bien, aunque ambos tienen un gran mérito: los dos quieren muchos a sus madres, que además se llaman Martas como la hermana de Lázaro el resucitado y el nombre más peyorativo, junto con Maruja, que se atribuye a las mujeres. Una superheroína medieval, cuyos poderes no quedan muy claros, salvo los de aguantar las hostias que le dan, y un engendro del pequeño Lex Luthor, un magnífico aprendiz de brujo, de la misma especie  que Superman (es decir, procedente de Cripton),al que sólo se le puede matar con criptonita, que es verde, brillante y bonita.

Ahora Superman es claramente un alienígena, y el mundo que le rodea está plagado de xenófobos, por lo que, para vivir en paz, tiene que acabar con los de su especie, especialmente con ese gorila maligno que le ha hecho el pequeño Lex, Mientras Batman, interpretado por Affleck está ya un poco fondón, razón por la que le han hecho un traje que parece un orangután y unos zapatos con unas suelas gordísimas que no se comprenden.  Hay momento francamente ridículos, y no tienen nada que ver con  los conocimiento previos que asegura Francisco Marinero que hay que tener de los dos superhéroes. para que  que el film no defraude, conocimientos que no me cabe la menor duda de que están más extendidos de lo que él cree, Este crítico afirma que la película se dirige a los feligreses de Batman y de Superman que además hayan asistido a todos los oficios, a todas las películas, y que que director y guionistas dan por conocidas situaciones que no lo son para el resto del hipotético público, empezando por saberse los puntos débiles y fuertes de los distintos personajes y siguiendo por la capacidad de distinguir entre Gotham y Metrópolis. Pero por si acaso hay algún despistado, algunas cadenas con intereses en la superproducción han emitido las sagas anteriores en los días previos al estreno.

Tampoco hay que saberse el teorema de Pitágoras para entender que a uno le asustan los murciélagos porque se cayó en un pozo colonizado por estos bichos, o que el otro se debilita con la criptonita, o que uno reina en Gotham y otro en Metrópolis, zonas muy cercanas en New York. Eso en lo que se refiere a la historia lineal más superficial, porque si nos adentramos en la estructura profunda, el bacground o el subtexto, francamente ya no se sabe ni de qué estamos hablando, y casi que es preferible que se queden las cosas así, como tanto le gustan a algunos críticos. El Villano no es un avaricioso que espera hacerse rico como en otras películas, sino simplemente un absoluto chalado, que gracias al dinero de su papá puede hacer perrerías,  que auguramos que seguirá haciendo. Un ligero corrimiento de tierras en uno de los dos entierros que se hacen al héroe, ahora que la sociedad ha entendido que no sabe regirse democráticamente y necesita salvadores,y a pesar de que su novia, interpretada por Amy Adams, echa un puñado de tierra en su tumba y no hace como la protagonista de 'El tercer hombre', nos hace pensar que a Superman le pasará lo mismo que al hermano de la Marta bíblica. Igual nos equivocamos, aunque el  tiempo que dedica Snyder en dar vueltas alrededor del féretro, como si los personajes estuvieran pegados al suelo, del único superhéroe que tiene poderes, el que tanto le gusta a Quentin Tarantino,  nos hace pensar un poquillo mal.



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