El caso Fritz Bauer. Lars Kraume.
Ficha técnica:
Título original: Dear Staat Gigen Frietz Bauer.
País: Alemania.
Año: 2015.
Duración: 105 minutos.
Dirección: Lars Kraume., Oliver Guez.
Guión: Lars Kraume.
Casting: Nessie Nesslauer.
Dirección de Fotografía: Jens Harant.
Música: Christoph M.Kaiser, Julian Maas.
Edición: Barbara Gies.
Departamento de arte: Andre Haskamp y Giulia Severini.
Diseño de Vestuario: Esther Walz.
Productor: Thomas Kufus.
Co.productores: Barbara Buhl, Christopher Friedel, Jorg Himstedy, Georg Steinert.
Diseño de producción: Cora Pratz.
Compañías. Productoras: ZeroOne Films, Terz Films, Westdeutscher Rundfilm Hessischer Rundfunk Arte
Intérpretes:
Dani Levy : Chaim Cohn,
Michael Schenk : Adolf Eichmann,
Cornelia Gröschel : Charlotte Angermann,
Sebastian Blomberg : Ulrich Kreidler,
Ronald Zehrfeld : Karl Angermann,
Burghart Klaussner : Fritz Bauer
Sinopsis:
La historia de 'El caso Fritz Bauer' sucede en la Alemania de 1957. Tras el final del nazismo y la II Guerra Mundial, el fiscal general Fritz Bauer (Burghart Klaußner) se lanza a buscar y condenar a los responsables de los crímenes nazis. Para ello, tiene que luchar contra los jueces que prefieren dejar atrás el pasado. Todo cambia cuando consigue dar con el paradero de Adolf Eichmann (Michael Schenk), uno de los mayores criminales de guerra nazis. Muchas serán las personas de dentro de la política alemana que no dejarán a Fritz Bauer cumplir con su objetivo. 'El caso Fritz Bauer' es una película alemana dirigida por Lars Kraume, el director de 'Todo por el éxito'. La cinta está protagonizada por Burghart Klaubner ('La cinta blanca', 'El lector') y Ronald Zehrfeld ('Phoenix').
Comentario:
Lars Kraume, entrevistado por los medios españoles, da algunas claves para que el público español entienda, no sólo su película, sino el por qué en Alemania hay muchos partidarios, pero también detractores, de que se abran las puertas a la entrada de emigrantes, en este momento sirios, que huyen de las guerras, pues según el realizador 'la idea de culpabilidad heredada sigue vigente en su país, a diferencia del nuestro en el que el dictador murió en su cama y nadie desempeñó el papel de Fritz Bauer. La depresión del pueblo alemán, cuando fue obligado a mirar de frente todo lo que había sucedido, fue tan grande que los británicos no quisieron que la película 'Caerá la noche', en el que Alfred Hitchcock y Sidney Bernstein mostraron los campos de concentración, se enseñara a los alemanes. Pero en su pueblo, a diferencia de lo que ocurre en España, existe "cierta cultura de la memoria" y la gente "hasta cierto punto quiere enfrentarse y tratar ese pasado". Eso, a pesar de la diferencia que existe, por ejemplo, entre el memorial "abstracto" de Berlín, y la manera concreta en la que los israelíes recuerdan lo ocurrido en su memorial sobre la guerra. (1)
La crítica se muestra dubitativa en torno a esta película, por razones diferentes, que resumen en esos punto de colores que hacen más daño que bien, ya que permiten al lector sacar una conclusión demasiado rápida que, en muchas ocasiones, defraudará sus expectativas.
Javier Ocaña no augura nada bueno en la entradilla de su artículo, que tiene cierto aire despectivo, cuando afirma que la película: "se deja llevar por el tópico formal (fotografía de tonos ocres, banda sonora con percusión y trompeta, típica del cine político), y se ve empequeñecida por una trama paralela." Poco a poco irá deslizando argumentos que refuerzan la idea de la pervivencia de hábitos nazis en la población actual, que dan la razón a Kraume cuando afirma que hay que luchar por la democracia cada día: "un personaje no demasiado conocido en la Alemania actual, y como reflejo de que las sociedades no se limpian de la noche a la mañana de un ideario. Y ahí nombres como el de Hans Globke, mano derecha del canciller Adenauer, o incluso los vínculos entre Mercedes-Benz y los nazis, que sobrevuelan el relato, son impactantes. Eso sí, aunque histórica y políticamente la película de Kraume tenga un gran interés, cinematográficamente se deja llevar peligrosamente por el tópico formal", Acaba supeditando el valor de documento histórico a la paleta de colores y el uso de trompetas, características del género bélico, así como a la subtrama de su homosexualidad, un ejercicio muy parecido al que realiza Boyd van Hoeij en 'The Hollywood Reporter', por razones que se nos escapan. (2)
Antonio Weinrichter hace un análisis más cercano a la realidad, algo parecido a lo que ocurrió en países como Austria y que lleva al cine Simon Curtis en 'La Dama de Oro' (2015) : "La Alemania nazi perdió una guerra pero como enseguida se convirtió en una potencia europea y mundial, hubo varias preguntas que se quedaron en el tintero: es legendario el manto de silencio que cubrió su vergonzoso pasado reciente mientras el país trabajaba afanosamente en su reconstrucción. Esta película muestra algunas cosas que pasaron durante ese periodo, cuando todavía los monstruos supervivientes andaban sueltos y habían anidado en lugares como Argentina: no sólo hubo un pacto silencio sino que algunos colegas de esos monstruos estaban todavía a su servicio en puestos clave de la administración. Frente a esa situación de injusticia, o de bloqueo a la justicia, no podía realmente hablarse de reconstrucción alguna." (3)
Debemos sin embargo felicitarnos de la existencia de críticos de países como Argentina, que ha sufrido una reciente y brutal dictadura, y que, como hace Horacio Bilbao, supedita cuestiones de estilo y subtramas tan molestas para algunos al valor de la crónica histórica de la posguerra: " La mayor denuncia de la película, de hecho planteada en aquel entonces por Bauer, es contra sus colegas, su entorno cercano, el propio gobierno. “Nadie, de Bonn a Washington, quiere un juicio a Eichmann”, dirá. Toda la trama gira alrededor de esa confrontación, desatada en sus propias oficinas, que todavía están llenas de nazis. Hay un conflicto generacional allí. Y hay una lectura, tal vez benevolente, de su relación con el Mossad, la única vía que encontró para capturar a Eichmann." (4)
(1) La idea de culpabilidad heredada sigue muy vigente en Alemania. Europa Press. La Vanguardia, 28 de abril de 2016.
(2) Los vínculos nazis. Diario 'El País', 28 de abril de 2016.
(3) Crítica de "El caso Fritz Bauer". Vencedores y vencidos. Diario ABC, 28 de abril de 2016.
(4) "Agenda secreta" : a la caza de un nazi. Diario Clarín, Argentina.
Críticas:
La crítica se muestra dubitativa en torno a esta película, por razones diferentes, que resumen en esos punto de colores que hacen más daño que bien, ya que permiten al lector sacar una conclusión demasiado rápida que, en muchas ocasiones, defraudará sus expectativas.
Javier Ocaña no augura nada bueno en la entradilla de su artículo, que tiene cierto aire despectivo, cuando afirma que la película: "se deja llevar por el tópico formal (fotografía de tonos ocres, banda sonora con percusión y trompeta, típica del cine político), y se ve empequeñecida por una trama paralela." Poco a poco irá deslizando argumentos que refuerzan la idea de la pervivencia de hábitos nazis en la población actual, que dan la razón a Kraume cuando afirma que hay que luchar por la democracia cada día: "un personaje no demasiado conocido en la Alemania actual, y como reflejo de que las sociedades no se limpian de la noche a la mañana de un ideario. Y ahí nombres como el de Hans Globke, mano derecha del canciller Adenauer, o incluso los vínculos entre Mercedes-Benz y los nazis, que sobrevuelan el relato, son impactantes. Eso sí, aunque histórica y políticamente la película de Kraume tenga un gran interés, cinematográficamente se deja llevar peligrosamente por el tópico formal", Acaba supeditando el valor de documento histórico a la paleta de colores y el uso de trompetas, características del género bélico, así como a la subtrama de su homosexualidad, un ejercicio muy parecido al que realiza Boyd van Hoeij en 'The Hollywood Reporter', por razones que se nos escapan. (2)
Antonio Weinrichter hace un análisis más cercano a la realidad, algo parecido a lo que ocurrió en países como Austria y que lleva al cine Simon Curtis en 'La Dama de Oro' (2015) : "La Alemania nazi perdió una guerra pero como enseguida se convirtió en una potencia europea y mundial, hubo varias preguntas que se quedaron en el tintero: es legendario el manto de silencio que cubrió su vergonzoso pasado reciente mientras el país trabajaba afanosamente en su reconstrucción. Esta película muestra algunas cosas que pasaron durante ese periodo, cuando todavía los monstruos supervivientes andaban sueltos y habían anidado en lugares como Argentina: no sólo hubo un pacto silencio sino que algunos colegas de esos monstruos estaban todavía a su servicio en puestos clave de la administración. Frente a esa situación de injusticia, o de bloqueo a la justicia, no podía realmente hablarse de reconstrucción alguna." (3)
Debemos sin embargo felicitarnos de la existencia de críticos de países como Argentina, que ha sufrido una reciente y brutal dictadura, y que, como hace Horacio Bilbao, supedita cuestiones de estilo y subtramas tan molestas para algunos al valor de la crónica histórica de la posguerra: " La mayor denuncia de la película, de hecho planteada en aquel entonces por Bauer, es contra sus colegas, su entorno cercano, el propio gobierno. “Nadie, de Bonn a Washington, quiere un juicio a Eichmann”, dirá. Toda la trama gira alrededor de esa confrontación, desatada en sus propias oficinas, que todavía están llenas de nazis. Hay un conflicto generacional allí. Y hay una lectura, tal vez benevolente, de su relación con el Mossad, la única vía que encontró para capturar a Eichmann." (4)
(1) La idea de culpabilidad heredada sigue muy vigente en Alemania. Europa Press. La Vanguardia, 28 de abril de 2016.
(2) Los vínculos nazis. Diario 'El País', 28 de abril de 2016.
(3) Crítica de "El caso Fritz Bauer". Vencedores y vencidos. Diario ABC, 28 de abril de 2016.
(4) "Agenda secreta" : a la caza de un nazi. Diario Clarín, Argentina.
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