Capitán América. Civil Wars.







Cartel, fotografías, ficha técnica, sinopsis, trailer  (Pinchad aquí).

Crítica:


Antes de dar mi opinión sobre la película de los Hermanos Anthony y Joe Russo he de admitir que me he divertido como una jabata, que he disfrutado con la transposición de la imagen visual del cómic a la pantalla, enriquecida por el movimiento y por la veteranía y destreza de unos actores cada vez más metidos en su papel, entre los que no faltan las mujeres, como las más aguerridas y entregadas a una lucha en igualdad de condiciones con los hombres, si bien es cierto que todavía no estamos en el reino de las Amazonas, como ocurría con la última de Mad Max , dirigida por George Miller en 2015. Como ya ocurriera con  Titanic (1997), cuyo estreno aprovechó Camerón para colocar en  cubierta a los personajes de la Guerra de las Galaxias mientras el buque se hundía, una advertencia al amigo y compañero de lo que podía suceder con el próximo estreno de sus precuelas, los realizadores de la nueva 'Guerra Civil' sitúan en el pasado, a través del jovencísimo Spider Man, cualquier intento de resucitar  con un nuevo proyecto de secuelas o reboots la celebérrima saga de Lucas, lo que ha arrancado las risas del público, con mucha probabilidad fan de Lucas.

Parece que son aplicables casi todos los axiomas que se han construido en la joven trayectoria del lenguaje audiovisual, que identifican, junto con McDonald la cultura de masas como una cultura viva, que llena los cines de un público joven (ni adolescentes, ni jubilados), algunos de los cuales acuden, sumamente respetuosos con sus bebés, a una hora razonable a su cita con sus héroes, que se comportan de tal forma que parecen entender el deseo de disfrutar de sus padres. El respeto del resto ante algún pequeño conato de lloro infantil es igualmente admirable y revelador de una ignorada tolerancia de este sector. Una  forma de asistir al cine muy diferente a la de los pases de prensa, que si bien tiene el inconveniente de llegar más tarde al lector, tiene la ventaja de disfrutar de verdad del cine y sentir el encanto o desencanto de los espectadores.

A todo ello hay que añadir que pocas veces se da una sintonía tan perfecta entre el fondo y la forma, que para el lenguaje académico es el verdadero discurso. Porque Captain America: Civil War es además una película inteligente y actual, que no huye ni de las consecuencias del 11S, ni de los errores de los americanos, ni de la complicidad de algunos líderes locales con  los poderes económicos globales, al tiempo que combate los sentimientos de culpa y los deseos de venganza  que sólo conducen a más muerte y destrucción. Se plantea la no intervención del gobierno de Estados Unidos en otros lugares, cuyas consecuencias revierten en el interior, haciendo válido el lema de conocer globalmente, pero actuar sólo localmente, un principio que no mantienen los superhéroes, demostrando el riesgo que existe al justificar cualquier acción en nombre de la gente. Mientras estos héroes, disfrazados, con alas, fabricando telas de araña, aumentando y disminuyendo de tamaño, lo que resulta a veces algo grotesco, (El Capitán América le arroja su escudo a Tony Stark cuando éste le recuerda que lo fabricó y se lo regaló su padre), se enfrentan en una especie de guerra, en la que Iron Man se convierte en el líder que defiende la realpolitik y el sometimiento a las directrices de la ONU y los estados que la constituyen, y el Capitán América opta por no respetar las reglas cuando se exige una actuación rápida y contundente, una forma de actuar que no está exenta de problemas, una mente más perversa y conspiranoide  labora para debilitar a Norteamérica desde dentro y provocar de este modo su caída, porque entiende, con razón, que a los grandes imperios no se les derrota desde el exterior, ya que cualquier ataque venido de fuera los cohesiona todavía más, sino haciéndolos reventar desde dentro, como una lata de gusanos y de este modo, arrastrarlos a una guerra civil destructiva.

Claro que esto tampoco se puede maniobrar ni influir de esta forma desde fuera, sino fomentando contradicciones ya existentes en el interior y los sentimientos de culpa de cada uno de estos superhéroes que representan un emblema de un sector de la sociedad: Tony Stark es el millonario altruista, una especie de Bill Gates, que intenta compensar sus sentimientos de culpa con la caridad; Ant-Man es un pobre parado, un desgraciado, que tras pasar varios años en la cárcel se sometió a un experimento para poder colaborar en la educación de su hija, que le dotó del poder de infiltrarse en cualquier parte al adquirir el tamaño de un mosquito, Ojo de Halcón es un 'jubilado' que se aburre de jugar al golf...Las condiciones sociales y la posición económica de cada cual lo colocará en uno de los bandos de esta guerra civil a pequeña escala, aunque con gran poder destructivo, de la que no estarán ausentes jefes de países africanos, rusos y todos aquellos que tienen intereses a escala global. Es decir, todos.

No es la primera vez que los americanos se plantean la legalidad o ilegalidad de unos individuos míticos, dotados de poderes especiales que proceden de sus riquezas o de las desgracias que han padecido en la vida y desean venganza, convirtiendo a todos ellos en evadidos de la justicia y encarcelados en prisiones de alta seguridad. Lo nuevo es la capacidad de sorprender en cada acción, algunas con altas dosis de comicidad, la destrucción brutal,  las nubes de polvo  y bolas de fuego que constituyen el escenario de las acciones de estos héroes muy cuestionados, y la seria advertencia de que todo el mundo debe someterse a las leyes que la sociedad se ha dado para protegerse, en especial contra el poderoso individualismo americano, el hombre de acción que, como el ave Fenix, renace de sus cenizas, muy difícil de destruir porque forma parte de la defensa que hace este pueblo joven de la libertad en toda y cada una de las enmiendas de una constitución que es la más vieja de todas las que se encuentran en vigor en este momento en el mundo.

Es posible que estos dos hermanos, Anthony y Joe Russo, no demasiado conocidos hasta el momento, habiendo realizado dos comedias mediocres, Bienvenidos a Collynwood' (2002) 'Tu, yo y ahora...Duprée' , (2006) , hayan realizado la película de acción más importante del año, superando, esta vez, quizá si, a la 'Guerra de las Galaxias' de J.J. Abrams, a la que el joven Spiderman, como ya hemos dicho antes, valora en lo que vale, pero sitúa en el pasado. Quizá porque en el presente nadie ha superado, ni ha sabido actualizar la más importante de las sagas, sin  la colaboración  de George Lucas,el creador del cine moderno.




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