Cruce de caminos. Comentario.





Cartel, ficha técnica, sinopsis, críticas, trailer. (Pinchad aquí).


Crítica: 



Derek Cianfrance, el muy valorado cineasta, guionista, dirección de fotografía y editor, formado en la Universidad de Colorado, cuya opera prima no pasó desapercibida en Festivales noteamericanos, Sundance, o europeos, Mannheim-Heidelberg, dirige este 'Cruce de caminos', que va introduciendo al espectador en su juego sin que éste apenas se percate de ello. Su segundo largometraje, Blue Valentine,  tuvo como protagonista a uno de los actores más mimados tanto en Hollywood  como en el universo de las fuertes compañías independientes, Ryan Gosling,  la mejor carta de presentación para un público que adora a su nuevo ídolo, ese joven independiente y autónomo que  cambia de registro con naturalidad y que nos ha sorprendido en su última película, la buddy movie que protagoniza con Russell Crowe,, 'Dos buenos tipos (2016).


Basado en un subtexto habitual en Estados Unidos y contemplado desde diferentes perspectivas por los distintos cineastas, las causas que empujan a un joven atractivo, con cualidades, hacia el lado oscuro, la marginación, la exclusión social y con frecuencia a una muerte prematura y la repercusión que determinados errores pueden repercutir en sus descendientes, no por una cuestión genética, algo que se encarga de demostrar empíricamente la naturaleza ética y personal de Avery (Bradley Cooper), el ayudante del Fiscal General del Estado) y su altivo hijo AJ  (Emori Cohen). Las semejanzas entre Luke (Ryan Gosling) y Jason  (Dane Dehaan), son más difíciles de determinar porque están condicionadas por otros muchos factores, que no tienen nada que ver, en uno u otro caso, con el hecho de que la familia esté  de alguna manera, (según los criterios más convencionales), desestructurada, una situación que padecen ambos jóvenes, sino con la soberbia y el carácter que imprime una buena situación económica, y la rebeldía y retraimiento de quien está acorralado por  la escasez de recursos para sostener una vida digna. A pesar de lo dicho, Jason goza de una madre que se ocupa y se preocupa  de él, lo que quizás explique la resolución del conflicto, un abrigo y un cariño del que carece el 'pobre niño rico', que abusa de los que él considera inferiores, aunque el principal perjudicado de esta actitud es él mismo.

Cianfrance parece desafiar abiertamente la división tradicional del relato dramático en tres actos reparadores (introducción, confrontación y resolución), mediatizadas porque, según Daniel Tubaut "la historia del cine en las últimas décadas es una estupenda constatación de cómo la estructura (el dominio de la producción, distribución y exhibición) influye en la superestructura ( la ideología y la cultura), en este caso en la manera de escribir guiones y el tipo de películas que se estrenan." Para hacer esta aseveración, errónea desde la base, se contradice cuando cita a  Konigsberg, quien en su Diccionario completo del cine  advierte a sus lectores que : "Si el lector examina este volumen, descubrirá en qué medida el mundo de los negocios y el mercado influyen prácticamente en todo lo que se produce en la industria, incluyendo lo que vemos y lo que oímos en los cines." (1)

Voy a llevar hasta el final el argumento para que se me entienda bien. En Occidente, vivimos en una sociedad capitalista, que según la doctrina marxista (autora de gran parte de los términos y conceptos que utilizan los economistas) se encuentra en la fase superior, la del poder absoluto del capitalismo financiero, que es quien rige los mercados y decide la expansión o la crisis de las sociedades, especialmente en un mundo desarrollado, mediante sus especulaciones en las bolsas, y en especial en Wall Street, el símbolo de la economía liberal mundial. Es obvio que esta forma de organizar la sociedad, se basa en el esfuerzo individual, lo que algunos llaman el sueño americano, en el que cada uno de nosotros se apoya libremente en el trabajo de los demás y de esa forma engrandece la economía de un país. La socialdemocracia, cumplido su objetivo de crear un estado del bienestar , el welfare, más vulnerable de lo que las poblaciones creen, es atacada por la mayor parte de los ciudadanos que la ven como un corsé para alcanzar sus objetivos y prosperar. Esta actitud está deteriorando a marchas forzadas instituciones como la sanidad, la educación y las pensiones, unas cuestiones que parecen preocupar poco a quien se siente joven y ve la enfermedad, la vejez o la educación de los hijos como algo lejano.

A partir de aquí, en las 'reservas espirituales del mundo', (el destino nos libre de salvadores), se afirma constantemente que todo lo que sale de las grandes factorías, las grandes compañías hollywoodienses (FOX, Universal, Columbia...) está dirigido por el gran capital y como consecuencia los actores del milagro no gozan de libertad. Cometen este error porque sólo tienen en cuenta el capital y al público, pero jamás al artista, sin advertir que  sus dificultades no disminuyen cuando trabajan para 'compañías independientes', sobre todo sin son pequeñas y sufren directamente la presión de los productores. A ello se añade el corporativismo de los diferentes profesionales que intervienen en la realización de la película y que, con frecuencia, intentan imponer su criterio al director, como denuncia más de un título y que empujó a Frank Kapra a aprender el oficio de montador ( el sujeto de la enunciación según expertos como Jenaro Talens), para evitar que cualquiera manipulara su discurso.

Ahora ya estamos acostumbrados  a ir al cine y ver, en los primeros créditos, nombres de compañías que nadie o pocos conocen entre el público. Aquí Hunting Lane Films, Pines Productions, Sidney Kimmel Entertainment, Silverwood Films. Nosabemos quién tomo la decisión de traducir The Place beyond the Pines como Cruce de caminos, dos títulos que nos llevan por diferentes caminos, y si la decisión fue de la compañía distribuidora Focus o procedió de alguien instalado en la estructura, en el segundo escalón de la pirámide social. Unos escalones más hacia abajo, en los que se sitúan los críticos de los grandes periódicos, compañías tan fuertes como muchas productoras y distribudoras cinematográficas, papel que ejercen con frecuencia, no tienen ningún interés en que llegue al público de forma  nítida, un control que se sobreimpone al que ejercen  las compañías o es producto de la auto-censura del propio  autor (recordemos lo que ha ocurrido con Regressión de Amenábar).

Derek Cianfrance, un realizador que triunfa en festivales, lo que le genera la simpatía de los que escriben en los grandes periódicos, a los que parodia Alejandro González Iñarritu en " 'Birdman'. La inesperada virtud de la ignorancia", en la figura de la crítico de uno de los periódicos más importantes de la ciudad de New York, ha dividido su película en tres partes, cada una de las cuales constituyen un pequeño relato, cuyo nexo de unión, lo que  le da cohesión interna, es el sentimiento de culpabilidad y la imperiosa necesidad de revancha sobrevenida, más por razones permanentes y actuales que por lo que pudiera haber ocurrido en el pasado.

Luke es un joven motorista, que realiza su espectáculo en una modesta feria, cuyas condiciones socio-económicas, agravadas por el hecho de descubrir que tiene un hijo al que no puede mantener con su sueldo, determinan su destino. Su hijo, educado en una familia reconstruida, con una madre sudamericana y un padrastro negro, descubre quién era su padre y decide saber más de él en 'El lugar más allá de los pinos', donde descubrirá quién mató a su padre,  ayer policía y hoy ayudante del Fiscal del Estado, (interpretado por Bradley Cooper), y padecerá la soberbia y la altivez del hijo de éste, un pijo al que ni su madre soporta y que está a punto de reproducir los hechos desde el lado más oscuro de la sociedad del aparente plácido lugar. En principio Jason ignora la relación paterno-filial entre Avery y AJ, cuyas extorsiones sufre, entre ellas comprarle droga a cambio de alguna migaja, un delito condenado con varios años de cárcel. La historia parece que se reproduce, pero las causas y las motivaciones son distintas.

Cada una de estas historias goza de cierta independencia, y en cada una de ellas los personajes son presentados, actúan y se encaminan hacia un final, no siempre reparador.  Derek intenta situarse en un terreno de normalidad, en el que no siempre las pasiones son tan fuertes ni es imposible resolverlas de forma más o menos enmarcadas dentro del sistema legal establecido. Sin embargo, su cámara no es tan objetiva, toma partido por el más débil; convierte en un héroe a Luke y justifica la rabia del hijo, aunque no trata mal a Avery, un hombre de una clase social más elevada que la suya, pero que ha empezado desde abajo, ha trabajado con la policía, ha conocido de primera mano y ha denunciado la corrupción de los agentes (algo que, a pesar del poder de las compañías) los americanos tienen bastantes menos problemas para contar (Training day (2001), Los amos de Brooklyn, 2010,, y tantas otras) que los europeos, que, con toda seguridad, se autocensuran.




Un film interesante en la forma y el discurso, en la estructura y el mensaje, en el que Derek Cianfrance se desenvuelve con calidad y honestidad, apoyado en unos actores que están escalando las cimas del cine alternativo y mainstream.



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