Blood Father. Jean-François Richet. Comentario.





Ficha técnica, Cartel, sinopsis, críticas y comentarios. (Pichad aquí)

Crítica:

El film del cineasta francés Jean-François Trichet, protagonizado por Mel Gibson ha sido bien acogido por la prensa y el público a ambos lados del Atlántico. La página Rotten Tomatoes le da unos índices de aceptación muy interesantes: 85 % de la prensa especializada y 70 % del público, consultados 45 medios y pulsada la opinión de más de 4000 espectadores. Da la impresión de que el actor, muy religioso, realiza en la película un acto de contricción y se deja regañar por una hija que le hace ver que mantiene una actitud populista y  xenófoba, a la vez que simplona; en paralelo él mismo confiesa que ha perdido la mayor parte de su vida en lealtades injustificadas, mientras hacía dejación de sus obligaciones como padre. Un film pulp y de explotación del género  de acción.

Un film interesante con un subtexto muy actual y una reflexión muy oportuna en los tiempos de confusión en los que estamos inmersos. También es de agradecer el papel que asume Mel Gibson de populista desinformado, ex-presidiario y ex-alcohólico, corregido por una hija que procede de una clase media bien informada, rebelde, que como tantas otras han abandonado su hogar y se han integrado en grupos que pertenecen a los bajos fondos, como los personajes de la película, entre los que se encuentran ángeles del infierno, alcohólicos, drogadictos, traficantes de drogas, criminales, miembros del cartel, presos, neonazis, sicarios o inmigrantes ilegales. Jean-François Richet cuenta en una entrevista que leyó la novela antes del guion y la encontró sorprendente, ya que nos muestra una América revuelta con los " niños ricos metidos en drogas y orgías, entre los que se produce el ensalzamiento de la actitud del gánster, a diferencia de la clase trabajadora donde las personas que trabajan como burros para alimentar a sus hijos, a los trabajadores inmigrantes que recolectan naranjas, o el propio personaje de Link encuentran la redención a través del trabajo. Este es un material social que me gusta mucho. El conflicto dramático entre padre e hija ya estaba en su lugar debido a los diferentes orígenes que tienen." La hija de Link (Mel Gibson), Lydia (Erin Moriarti), afea al padre esta actitud revanchista contra el emigrante, que le quita un trabajo que nunca ha ejercido, ni tiene la más mínima atención de ejercer, como la de recoger fruta, y que su actitud es de rechazado al que viene de fuera en busca de un trabajo digno que l proporcione beneficios para mantener a su familia.

Por otra parte, Mel Gibson es un consumado y reconocido actor de cine de acción, desde aquellos tiempos en que se convirtió en el emblema de 'marcas' como las que constituyen la saga de Mad-Max, o en otras tan significativas como 'Arma letal', que dio un fuerte impulso a la buddy cop film, y en este aspecto no defrauda, ni como padre de sangre, que no pudo ejercer como tal porque permaneció nueve años encarcelado por lealtad a un compañero mientras su hija crecía, ni como enemigo feroz de quien se cruza en su camino y hace peligrar a la chica y su rehabilitación. La puesta en escena es sencilla pero eficaz y, se podría decir, que es una buena película de acción, sin demasiada truculencia ni efectos gratuitos.

Javier Ocaña afirma que "Sin Gibson, la película sería mucho menos. Sin Richet, también. Porque en manos de otro el guión, de esencia pulp, podría haber desembocado en la convencional película de venganza, casi a lo Chuck Norris. Pero, entre los dos, y con un aroma fronterizo que recuerda a la vigorosa Mr. Majestyk (1974), escrita por Elmore Leonard y dirigida por Richard Fleischer, al servicio de otro duro, Charles Bronson, Blood father cumple con su espíritu de consumo popular, con la mezcla de violencia y erotismo tan propia del cine de pura explotación."

José Manuel Cuéllar es menos condescendiente y pone más de un reparo: " La trama es una paradoja pues habla de la redención de un padre que quiere asemejar a la redención del mismo Gibson, tan dado él a la religión. Lo cierto es que no hay nada original en el filme a no ser la clara demostración de que el actor sigue teniendo gancho y carisma para empatizar con el espectador. Él, y el siempre solvente Diego Luna, son lo más salvable de una película que tiene un montón de cliches y topicazos difícilmente digeribles, a pesar de su correcto envoltorio." (2)

Nando Salvá sostiene en Cinemanía: " Por suerte ahí está Gibson, elevando el relato por encima del cliché a base de fiereza combinada con patetismo: ayudado por ese rostro arrugado como un escroto encogido por el frío, resulta conmovedor mientras soporta el peso de los errores pasados, y va comprendiendo que no hay forma de escapar a la atracción que ejerce la violencia. En ese sentido, y en su constancia buscando el perdón, el personaje conecta de forma íntima con los demonios personales del actor. No está claro si también significará su salida del purgatorio, pero sin duda debería servir de pa- so adelante." (3)


(1) Los surcos vitales de Mel Gibson. Diario 'El País', 9 de septiembre de 2016.
(2) Crítica de 'Blood Father': purgar los pecados. Diario 'ABC', 9 de septiembre de 2016.
(3) Blood Father, Cinemanía, 13 de agosto de 2016.


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