La llegada.Denis Villeneuve. Comentario.








Ficha técnica, sinopsis, crítica. cartel y trailer (Pinchad aquí)


Crítica:


Denis Villeneuve, autor de películas duras e inquietantes (Incendies, 2010; Prisioneros 2013; Enemy, 2013 o Sicario, 2015) irrumpe de nuevo en los cines con una película de ciencia-ficción con ecos de las realizaciones más importantes  del género, unas veces en forma de cameo y  homenaje, y otras con presencia más importante, ya que se ha inspirado en ellas para construir una historia que pretende hacer avanzar el género abordando el tema de la comunicación de los terrícolas entre sí y con los visitantes que proceden de otros planetas. Convierte a una lingüísta, estudiosa de las lenguas muertas (también de las vivas), de la filología comparada y de la etimología, los lenguajes no verbales y los diferentes tipos de escritura, especialmente la lineal que apenas ha podido ser descifrada. Villeneuve se mete en un jardín del que no puede salir airosamente, y lo hace con un estilo limpio, minimalista, y una música interesante, que contrasta con todos sus referentes; alguien ha dicho que  debía haber escogido como protagonista a una poetisa, pero la cuestión es mucho más compleja.

Los críticos intentan ponerse a la altura y hacen citas científicas en las que basar sus argumentos. Luís Martínez  cita a Stanislaw Lem, autor de Solaris, para decir una obviedad: " Lejos de la propuesta de Villeneuve el pesimismo científico de Stanislaw Lem. El polaco siempre mantuvo que de dar con otras formas de vida evolucionada lo más probable es que seríamos incapaces siquiera de darnos cuenta de ello. No hay posibilidad de comunicación y no la hay porque, en el fondo, ni nosotros mismos, humanos e iguales, somos capaces de entendernos."

Denis Villanueve recibe claras influencias de Robert Wise en 'Ultimatum a la Tierra' (1951), que le permiten hacer visible el binomio que representa, por un lado,  la unidad de los pueblos invasores, que hacen llegar 14 naves, platillos sin fisuras,y  por otro la división y enfrentamiento de países poderosos en nuestro planeta que se reflejan en las pantallas de los ordenadores que recogen información de los más poderosos desconectadas, una decisión que han tomado los gobiernos para negociar o atacar cada uno por su cuenta y según sus propios intereses; la de Christopher Nolan, un realizador que ha generado universos escherianos que han hecho escuela; Stanley Kubrick, mucho más cercano y emotivo en su '2001, una odisea del espacio', en la que no duda en servirse de música clásica popular de Richard Strauss, Johann Strauss, Aram Khachaturian y Györ Ligety, aunque generó iconos de tal fuerza que resultan reconocibles en los primeros pasos ingrávidos de los científicos en el interior de la peculiar nave. Pero el cineasta ha seguido dos líneas principales, influenciadas, una por Spielberg y 'Encuentros en la tercera fase' 1977,  y la búsqueda de una forma de comunicación, la fononimia kodaly,  un sistema de educación musical, una prueba más de que los 'marcianos' están concebidos a nuestra imagen y semejanza.Según Roland Barthes el misterio de los platos voladores era terrestre, venía del mundo soviético de intenciones tan poco claras como otro planeta; esta forma de mito contenía en germen un desarrollo planetario, convirtiéndose en artefacto marciano, porque, según él, la mitología occidental atribuía al mundo comunista la alteralidad de un planeta. La URSS era un mundo intermedio entre la Tierra y Marte.

La otra línea es la de Terrence Malick y la trascendencia esencialista de la naturaleza, mística, casi religiosa, el refugio del hombre cuando no entiende nada. Denis Villeneuve intenta distanciarse, con muchas pretensiones, del cine del género y darle un carácter cientifista y académico sin salida.La fase de confrontación del espectador con la historia está dominada por la actividad de una profesora de lenguas muertas, interpretada por Amy Adams, que intenta contactar con unos seres cuya naturaleza desconoce y cuya lengua es una absoluta incógnita, y quiere plantearles con una combinación de lenguaje verbal y no verbal cuestiones como ¿Quienes sois y, y que propósito traéis? Y para alcanzar sus objetivos tiene la pretensión de enseñarles las preposiciones, los pronombres y  ya puestos , ¿por qué no?, los prefijos, los sufijos y los infijos. ¿Alguien ha pensado lo difícil que es trasladar a un ser de otro planeta, ni tan siquiera de otra parte de nuestro planeta, con letreros y gestos la palabra propósito (vocablo latino compuesto del prefijo pro y el participio positum). A partir de esta premisa el  argumento no sólo deja de ser creíble, sino  ni tan siquiera es verosímil, por lo que necesariamente la historia debe desembocar en el misticismo o el relativismo del espacio y del tiempo. Las pretensiones de ser mucho más inteligente que los que le precedieron quedan totalmente desinfladas.

Pero hay más. Aunque parezca mentira, ni la nave, que en su posición vertical evoca cuadros del surrealista Magritte, es original. Sorprende ver la nave Prometeus de Ridley Scott, como muestran estas imágenes:

La Nave de Prometeus, de Ridley Scott adopta la misma forma que la de 'Arrival', cuando emprenden el vuelo. Lo cual no es bueno ni malo: Lo malo, decía Picasso, no era copiar a los demás, sino copiarse a sí mismo, algo que afortunadamente no hace Denis Villeneuve. Ahora realiza un film que podría haber sido importante, porque tiene fuerza y vigor, al que le han perjudicado las pretensiones elitistas de formular una teoría científica sobre el lenguaje que no se sostiene.

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