Z, la ciudad perdida. Comentario.




UN HOMBRE QUE NO TUVO CAPACIDAD PARA ELEGIR A SUS ANTEPASADOS


Ficha técnica, intérpretes, sinopsis, críticas, cartel y trailer (Pinchad aquí)


Comentario:


Dice Javier Ocaña, confundiendo su gusto con el gusto, como muchos confunden la pipa de Magritte con una pipa real, cuando tan solo es la pipa de Magritte, que :" James Gray, junto a Jeff Nichols, el (pen)último resistente del clasicismo cinematográfico entre los directores aún jóvenes, con una obra coherente, trascendente y rocosa, demuestra con Z, la ciudad perdida que entre la sobredosis de productos exclusivos para grandes niños y para niños grandes, la inmensa mayoría inanes o memos y a menudo disfrazados de una complejidad que no es sino el artificio de la pomposidad, todavía cabe un cine que se acerque al verdadero descubrimiento, el histórico, el cultural, el social y el personal, con una narrativa que sea al mismo tiempo ética y estética." Pero quien haya visto el film de Gray y no sea tan memo como supone el crítico habrá entendido que la arrogancia y pomposidad del cineasta es de tal magnitud que no se ha preocupado de hacer un relato audiovisual verosímil. (lo de los hijos sangra), ni un diálogo mínimamente coherente, e inteligente: que se sirve de un indígena para comunicarse con los aborígenes, suponiendo que todos hablan la misma lengua y están unidos por relaciones fraternales, que luego se verá que no existen, cuando, abandonado por su esclavo, el protagonista es capaz él solito- nos referimos a Percy Fawsset, el explorador - de mantener un diálogo más o menos complejo con el jefe de una tribu.Estas y otras muchas faltas de coherencia  de un diálogo absurdo, acompañado de imágenes sorprendentes, abruman al público ( no sabemos si es memo o demasiado inteligente).

Luís Martínez afirma que "es una película que, en todo momento, navega hacia la luz", aunque se le olvida decir que lo hace sin luz, una marca de autor que supone un verdadero suplicio para el espectador, tanto cuando se rueda en interiores como en exteriores, al amanecer, cuando el sol está en el zenit, al atardecer o al anochecer. Volvemos a la pipa de Magritte cuando afirmamos, como una verdad absoluta e irrebatible que en cualquier viaje lo importante es la travesía. James Gray deja bien claro que al comienzo  de su aventura Percy Fawsset, dominado por el resentimiento derivado de  la humillación a la que lo somete el ejército  y las élites de su país, Inglaterra, busca romper la barrera invisible que ha levantado la intransigencia ante un hombre cuyo mayor pecado fue ser hijo de un padre alcohólico; cuando inicia su viaje y en el proceso doloroso de su búsqueda va detrás de respuestas que quizá no pueda encontrar. No fue el primero que buscó en los pueblos primitivos la inocencia que creía que el mundo desarrollado había perdido. Gauguin buscó su inspiración en la Martinica y la Polinesia francesa, su ciudad perdida, y nos dejó el legado más importante de su obra pictórica.

James Gray se esfuerza por demostrar, aprovechando la historia de este explorador del ejército, una convicción antigua que se plasmó en el lema latino: Homo homini lupus ( est ), el hombre es un lobo para el hombre, que tiene su anécdota cómica en el film cuando  Percy y su hijo Jack huyen de un tribu muy agresiva y se encuentra frente a frente, en su huida con otra, que pasa de largo para enzarzarse con quienes los persiguen. Las,- no sé cómo llamarlas- , referencias a las películas que hizo Herzog con su enemigo íntimo, Klaus Kinski, Fitzcarraldo o Aguirre o la cólera de dios, hacen bueno el axioma de Marx,  que afirma que 'la historia se da primero como drama y después como farsa, Ni Charlie Hunnam (el mejor intérprete del film) es Klaus Kinski, ni James Gray es Werner Herzog.  A ambos les falta cuajo y al segundo genio y talento para  convertir el traslado de una orquesta y una compañía operística a la selva boliviana con la emoción suicida que lo hizo el alemán.

Lo que diferencia la búsqueda de 'El Dorado' de Steven Spielberg y James Gray, es que el primero no tenía tantas pretensiones como el segundo, a pesar de que ha sido capaz de construir un cine de autor que todo el mundo reconoce, admira y acude a las citas cada vez que estrena una película. El daño que la crítica hace a James Gray es considerable por el fomento de su autocomplacencia que no se traduce en una buena acogida del público  que sale disgustado de la sala de proyecciones, a pesar de que la selección del público se ha hecho previamente. Acude al cine quien está influenciado por esta critica, a pesar de los horarios no comerciales a los que ha sido desplazada por falta de público, aconsejado por los críticos, pero hay que tener en cuenta el divorcio que se está produciendo entre los espectadores y los creadores de opinión que venimos denunciando. De los 1.911 votos emitidos, la nota media no es excelente, sino que se queda reducida a un modesto 6.  Quim Casas afirma que James Gray ha hecho una película a contracorriente, y una se pregunta¿contra qué corriente?

Ciertas cuestiones como el feminismo que había adquirido cierta relevancia en el Reino Unido merced a mujeres como Mary  Wollstonecraft, Mary Shelley, Virginia Wolf y tantas otras, están metidas con calzador. Percy habla de igualdad de mentes pero no de cuerpos: los hombres a la guerra, las mujeres a parir y a sufrir día y noche por sus hijos. No parece haberse movido mucho la fotografía.

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