Carol. Todd Haynes. Crítica.












Ficha técnica, sinopsis, críticas, trailer (Pinchad aquí)



Todd Haynes, un graduado en arte y semiótica, debutó en 1985 en el cine con un corto titulado Assasins.A film concerning Paul Verlaine y Arthur Rimbaud. Su siguiente corto, Superstar. The Karen Carpenter Story, (1987), buscó el escándalo al utilizar muñecas para representar a la cantante, por lo que fue demandado ante los tribunales por Richard, la parte masculina del dúo musical. Siempre en la cumbre de la ola, sus siguientes películas no se alejaron de la controversia: Poison (1991), una historia basada en escritos de Jean Genet de temática  homosexual,  provocó las iras de la sociedad puritana de Norteamérica y en especial de la Asociación Americana de la Familia,, que intentó arrinconarlo  dentro del ghetto del New Queer Cinema, al tiempo que acusaba a los poderes públicos de haber financiado esta suciedad a través de la Fundación Pública National Endowment. A pesar de los éxitos del film en Sundance y la Berlinale, intentó contrarrestar la visión que los conservadores proyectaban sobre él, con una entrega de Safe (2011), protagonizado por Jason Statham dirigido a un público masculino sobrado de hormonas.

No tardaría en volver a la carga en 'Lejos del cielo' una película protagonizada por una pareja que se erigía en representante de la burguesía bienpensante y que debía enfrentarse a temas cardinales como la homofobia y el racismo para alcanzar la felicidad. Dos musicales, uno basado en David Bowie e Iggy Pop y la época del glam, Velvet Goldmine, y otro sobre Bob Dylan,  I'm not there, y una serie para la HBO,  jalonan su carrera hasta llegar a Carol, una nueva película de temática homosexual.


Crítica:



Todd Haynes logra con esta deliciosa película romper todos los prejuicios que, sin fundamento, se habían levantado en torno a su obra tras el estreno de Poison, un film por el que sectores conservadores intentaron ridiculizarlo y reducirlo a un ghetto, el de cineasta perteneciente al New Queer Cinema, y a la vez demostrar que no sólo controla la teoría filmina femenina defendida por Genet, y por los caucus feministas que integran a teóricas como Laura Mulvey, Teresa de Lauretis  o Gayle Rubin, sino que es capaz de ofertar un nuevo modo de representación femenina desde su masculinidad y que Harold Bloom no siempre tiene razón cuando habla de escuelas de resentimiento, orientadas a elaborar teorías en torno a los intentos sociales de margninación y volcarlas en la literatura y la representación fílmica. Pero también supera los argumentos de David Tubaut en 'El guión del siglo XXI' con un título universal, en el que, a pesar de estar ambientado a mediados del siglo pasado y ser susceptible de poder ser contemplado como un producto de la realidad como fantasía, hay todavía ciertos aspectos del constructo patriarcal que, aunque se haya avanzado en este terreno, permanecen incólumes, especialmente el control de las mentes femeninas por las clases dominantes. Y esto se produce en un momento  en que el mundo ya no está habitado por 'seres extraños que visten con fajas y refajos, corpiño y sombrero de hongo y las abuelas de Madrid tardan tres días en comunicarse con sus nietos de Barcelona o no usan ordenador ni en la casa ni en el trabajo."(D.Tubaut).

Carol se despaza en coches elegantes, prototipos de su época, viste con distinción, incluso sus manos, algo que le permitirá entrar en contacto con la humilde dependienta de unos grandes almacenes, al ¿olvidar? sus exquisitos guantes sobre el mostrador . En la joven empleada se despierta una sexualidad 'equivocada' para su contexto y su prometido, ante una diosa, una mujer intemporal, una 'Ana Karénina homosexual', que tras muchas dudas y sufrimientos, decide que prefiere ser mujer a ser madre, si ello supone vivir toda su vida contrariando su propia naturaleza; su porte, el dominio de la situación epatan a la joven cenicienta que cae rendida a sus pies; Teresa Belivet, interpretada por Rooney Mara, una actriz que evoca, en este film, a la Audrey Hepburn de 'Desayuno con diamantes', sin glamour ni pipa, y con legítimas aspiraciones de abrirse camino como fotógrafa independiente, a la que vemos en un momento decisivo a través de una ventana en una fiesta con amigos en la que no se integra, antes de tomar su decisión propia, orientada por su propia dignidad.

Con estos dos personajes, un director formado en semiótica, estudios que en la actualidad inciden en la imagen fílmica femenina, deja claro que prefiere hablar de mujeres a centrarse en el genérico mujer; a Carol y Teresa se une Abby, el monstruo del marido de Carol, la mujer con la que descubrió hace mucho tiempo su orientación sexual, muy diferente a las otras dos. Todd Haynes está mucho más interesado en destacar el derecho del ser humano a decidir lo que le incumbe que a mostrar o hacer explícitas las relaciones ente estas mujeres, como hace Abdellatif Kechiche en 'La vida de Adèle'. La primera mitad de la película narra el acercamiento de ambas mujeres hasta llegar a un casto beso, siempre colocadas en un extremo del encuadre, cerca de la exclusión, o con algún tipo de obstáculo visual, un 'contrapposto' de su delicada situación, dejando para la segunda el desarrollo de la 'tragedia'  pero procurando que el  público abandone la sala 'bien content'.

Magnífica película, grandes interpretaciones, bella fotografía...Un film necesario.

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