¿Y dónde están los Morgan? Marc Lawrence.







Ficha  técnica:


Título original: Did You Hear About the Morgans?
País: Estados  Unidos.
Año: 2009.
Duración: 103 minutos.

Dirección: Marc Lawrence (Amor con preaviso; Tú la letra, Yo la Música, ¿Cómo se escribe amor? )
Guión: Marc Lawrence.
Casting: Ilene Starger, CSA.
Dirección de Fotografía: Florian Balhaus.
Música: Theodore Saphiro.
Editor: Susan E.Morse, A.C.E.

Diseño de Vestuario: Christopher Peterson.

Productores: Martin Shafer y Liz Glotzer.
Productores ejecutivos: Anthony Katagas, Ryan Kavanaugh
Co-productor: Melisa Wells
Diseño de producción: Kevin  Thompson.
Compañías: Sony Picture, Castle Rock Entertainment, Columbia Pictures, asociada con Relativity Media, para Banter Film Productions


Intérpretes:


Hugh Grant
Sarah Jessica Parker
Sam Elliott
Mary Steenburgen
Elisabeth Moss
Michael Kelly
Wilford Brimley
David Call
Kim Shaw
Seth Gilliam





Sinopsis:



Aunque Paul y Meryl Morgan son una pareja muy exitosa y envidiada de Manhattan, en realidad su matrimonio está a punto de derrumbarse. Sin embargo, sus problemas sentimentales no son nada comparados con lo que está a punto de ocurrirles: acaban de ser testigos de un asesinato y se convierten en el objetivo principal de un asesino a sueldo. Gracias al programa de protección de testigos del FBI, son trasladados desde Nueva York a un minúsculo pueblo de Wyoming.



Lo que se  dice:


La prensa  ha  reaccionado con tibieza, inclinándose hacia ese lado en el que los proyectos se convierten en fallidos y los emprendedores comienzan a perder dinero. En este sentido son muy significativos los datos que ofrece la página Rotten Tomatoes,  que evidencian el desastre. El Tomatometer da un índice de aceptación de la prensa del 12%, consultadas 121 reseñas, y del 27 % del público, pulsada la opinión, ni más ni menos, que de 387,658 usuarios. Una debacle.

Roger Ebert, todavía vivo (Chicago Sun-Times) la desprecia por abordar un tema  reincidente y hacerlo peor que los demás; John Anderson (Variety) abandona el tono agrio del que era el enfant terrible de la crítica norteamericana e incide en que el encanto de la película reside en que se resiste a convertir a las personas en clichés y permite a Parker y Grant trabajar su encanto especial; pero de nuevo el crítico de 'The Hollywood Reporter' vuelve a incidir en la mediocridad del texto que no pueden salvar Parker ni Grant; frente a Joe Anderson que es de la opinión de que en el film de Lawrence se evitan los clichés, Stephen Holden emite un juicio  totalmente opuesto: la película se hunde por el peso de sus clichés.

En España se repite este clima entre la aceptación con reparos y la demolición completa. En la primera posición se encuentran Francisco Marinero, del diario 'El Mundo', al que le molesta la gesticulación de Grant, y Fausto Fernández de Fotogramas, para quien lo mejor es el trabajo de Hugh Grant, que sabe ser ridículo en una película de bajos vuelos. Para José Manuel Cuéllar solo Hugh Grant compensa perder el tiempo con este trabajito.

Un panorama parecido y con iguales argumentos se da entre los críticos de los diarios Clarín, La Nación y Página 12.


Crítica:



A pesar de que conocemos, gracias al cine, el paisaje americano como si fuera propio, ignoramos  más cosas de las que  creemos, que van desde los diferentes dialectos de  la lengua inglesa y la diferente fisonomía de caminos comarcales y carreteras principales, generalmente caracterizadas por los conocidos depósitos de agua, las gasolineras y moteles que las jalonan, un paisaje entre urbano y rural, de amplios horizontes, del que se enamoró Wim Wenders cuando debutó en Estados Unidos con su cuarta película 'Alicia en las ciudades' (1974), sobre la que hace poco reflexionamos en este blog.

Este preámbulo no es vacuo, ya que, si bien los críticos norteamericanos sostienen que el tema que sustenta el relato es reincidente en las películas del género, tendrán sus razones, que desde nuestro país no vamos a entrar a debatir. La pareja protagonistas son un hombre y una mujer de éxito en proceso de separación, que ocupan páginas de las revistas de sociedad más importantes de la ciudad de los negocios, y que, por azar, se convierten en testigos de un asesinato, siendo sometidos a un proceso de protección en un estado muy alejado del de su residencia, (New York), en Wyoming, un lugar en el que los policías calzan botas vaqueras, se cubren con un sombrero de paja, y se someten a los caprichos de un burdo y brusco cacique, xenofobo, racista y con pocas luces, cuyo arquetipo preside hoy el estado más importante del imperio de Occidente, y debía tener la obligación de ser un poco más cultivado.

Hugh Grant, un actor que siempre representa a hombres de verbo entrecortado, cierta timidez asociada a un ligero grado de picaresca, unos rasgos en los que basa su atractivo, se suele apoyar en mujeres fuertes como Sandra Bullock, Sarah Jessica Parker, Marisa Tomei o Drew Barrymore, que constituyen el contrapunto: una mujer con carácter, decidida, emprendedora, que compite fuera del hogar con el hombre y que posee cierto encanto. Estas características convierten las películas que dirige Marc Lawrence en romances adultos que contemplan la posibilidad de que se produzcan segundas oportunidades para las parejas que han naufragado en un primer intento de convivir y relacionarse, compartiendo un mismo espacio.

No son obras maestras, pero sí son entretenidas y nada moñas, aunque si es cierto que idealizan el universo en que se desenvuelven los personajes, que deben tener siempre el control de su propia historia y nos ser subsumidos en el contexto. No siempre lo logra al cien por cien.





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