I Am a Hero. Shinsuke Sato
Ficha técnica:
Título original: I Am a Hero.
País: Japón.
Año: 2015
Duración: 125 minutos.
Dirección: Shinsuke Sato
Guión: Akiko Nogi, autor del manga Kengo Hanazawa.
Direccion de Fotografía: Roger Campredon
Música: Nima Fakhrara.
Efectos visuales: Makoto Kamiya.
Mezcla de sonido: Brett Voss.
Compañías: Avex Pictures, Dentsu, East Japan Marketing & Communications Inc, GyaO...
Intérpretes:
Masami Nagasawa :Tsugumi Oda,
Kasumi Arimura : Hiromi,
Miho Suzuki : Zombie - Tekko,
Yô Ôizumi : Hideo Suzuki,
Nana Katase : Tekko,
Hisashi Yoshizawa : Iura,
Yoshinori Okada : Sango,
Resto de actores y roles en Imdb.
Sinopsis:
Hideo es un mediocre dibujante de manga que dedica la mayor parte de su tiempo a soñar despierto con una realidad en la que es el héroe que siempre está dibujando, que funciona como su avatar: es decir, no funciona. Un día una epidemia empieza a extenderse por Japón convirtiendo a los infectados en unos monstruos hambrientos de carne humana llamados ZON y forzando a Hideo a huir de Tokio a toda prisa, movido por su cobardía y el instinto de supervivencia (como todos, aunque él lo viva de la forma en que lo han acostumbrado sus detractores). Por el camino encuentra a nuevos compañeros que le muestran el verdadero rostro del ser humano y le obligan a decidir si de verdad quiere ser el héroe que siempre ha soñado.
I am a Hero dirigida por Shinsuke Sato ("Gantz", "Death Note: el nuevo mundo") está basada en el manga de Kengo Hanazawa publicado en 2009. La película supuso una auténtica revolución en el Festival de Sitges de 2015, donde fue galardonada con el Premio del Publico, premio que también ganó en Fantasporto y SXSW FilmFestival, y Mejores Efectos Especiales, convirtiéndose en la película de zombies de referencia, y una de las mejores revisiones del género que se han visto en los últimos años.
El film fue muy bien valorado por la prensa occidental, con algún matiz. Javier Ocaña entona un mea culpa muy digno de ser tenido en cuenta: "Que un subgénero tan saturado y tan sobredimensionado como el del terror zombie haya legado en los últimos meses dos películas tan atractivas, ambas procedentes de Oriente, como Train to Busan y I Am a Hero, demuestra que los dogmas de fe respecto del fin de tal o cual vertiente cinematográfica simplemente no existen." 1
Mucho menos imaginativo y dispuesto a ceder que Javier Ocaña, Francisco Marinero, tras citar unos cuantos filmes de terror acaba recurriendo a los lugares comunes de la crítica que aportan, con frecuencia, muy poca información, más allá de tópicos muy conocidos: "Destinada a los aficionados del terror y del manga y realizada con evidente oficio y suficiencia de medios, contiene brillantes secuencias de acción y convincentes paisajes de civilización en ruinas." 2
Jordi Costa no dice gran cosa, más allá de que el personal manejo por parte de Shinkuse Sato " de algunas de las claves más clásicas de la especialidad aporta el suficiente toque de distinción como para reivindicar su enérgico y bienhumorado recorrido a través de algunos lugares comunes aún no gastados por el uso." 3
El film que dirige Shinsuke Sato nos advierte, casi desde la primera línea de diálogo, usando como vehículo a una presentadora de un programa de noticias, que vamos a entrar en el terreno de lo excepcional, lo que es noticia: no que un perro muerda a una mujer, sino que una mujer muerda a un perro." Debemos estar preparados. Con la mejor factura y unos magníficos efectos especiales, algo de lo que la prensa debía ocuparse un poco más en un momento en el que que estamos transitando hacia la era tecnológica, el guionista, Akiko Nogi, autor del manga Kengo Hanazawa, y el director Shinsuke Sato, nos introduce en un universo paralelo, al tiempo que pretende que seamos conscientes de que la crisis que estamos atravesando y el mal karma que ahoga a la sociedad en su conjunto no es un problema de los ciudadanos occidentales, sino global. El mundo fragmentado en el que nos introduce va a hacer frente a todas las cuestiones que preocupan al hombre de hoy, partiendo de lo particular hasta llegar a lo general. Hideo Suzuki es un dibujante de manga, pero en su primera intervención en el relato quiere dejar bien claro que la historia ni se inspira, ni depende, ni gira exclusivamente en torno a esta expresión gráfica del cómic. Es más, uno de los primeros en experimentar la transformación, de caer de su pedestal es un exitoso dibujante de manga, al que sus compañeros le tienen ganas.
Hideo no es un zombie. Ahora el turno les toca a otros, los del traje, los del éxito, los deportistas de élite sin cerebro ni cavidad donde albergarlo. Él es el mediocre, el fracasado, el que sueña con ser un héroe y no gana lo suficiente para pagar el alquiler de su casa mientras persigue sus sueños. A su alrededor triunfa el discurso machista, sexista, que anima a las mujeres a rebelarse contra la opresión masculina, pero también a renunciar a la igualdad con los hombres, que son, como lo han sido desde la antigüedad los encargados de salir de casa para garantizar la supervivencia de su familia, mientras la mujer se dedica del cuidado de la casa. La novia de Hideo, Tekko, le recuerda constantemente que es un mediocre y no cesa de lamentarse de que tiene 35 años y reivindicar que ya le toca vivir bien, pero no siente que eso dependa de ella, sino de su novio o cualquier otro que venga después, mejor, triunfador. Ella también se convierte en zombie. En este aspecto parece seguir las orientaciones de Teresa de Lauretis que señala que, en nuestra sociedad, para amplios sectores, una 'mujer fuerte' no es una verdadera mujer.
Lo verdaderamente ingenioso de Shinsuke Sato es que invierte los términos en el género de los muertos vivientes. Los que están en la cúspide de la organización política y económico-social no son los viejos vampiros, los de rancio abolengo, que viven en castillos y descansan en sarcófagos en criptas, sino simples y bobalicones zombies que, vistos desde una atalaya elevada, se parecen mucho a esos descerebrados que caminan como pollos sin cabeza y que, además, parecen felices. Todos ellos acaban concentrándose en los centros comerciales (tanto huir de la literatura, el cine o cualquier otro modo de expresión vanguardista y contestataria, encuentran su máximo placer en los lugares en los que emergen las tiendas de lujo), a los que hay mujeres pudientes que acuden todos los días, y en una de las que, cuando Hideo y el grupo poco definido al que se une para buscar comida en la gran superficie comercial, se prueba una carísima chupa de cuero . La solución a sus problemas de los que huyen de estos nuevos zombis está en el Fuji, el tímido monte sagrado, que generalmente se esconde tras la niebla, un lugar mágico al que acude Rudi, el protagonista de 'Cerezos en Flor' (Doris Dörrie, 2008) para reencontrarse con su esposa muerta y hallar la paz.
Lo que se dijo:
El film fue muy bien valorado por la prensa occidental, con algún matiz. Javier Ocaña entona un mea culpa muy digno de ser tenido en cuenta: "Que un subgénero tan saturado y tan sobredimensionado como el del terror zombie haya legado en los últimos meses dos películas tan atractivas, ambas procedentes de Oriente, como Train to Busan y I Am a Hero, demuestra que los dogmas de fe respecto del fin de tal o cual vertiente cinematográfica simplemente no existen." 1
Mucho menos imaginativo y dispuesto a ceder que Javier Ocaña, Francisco Marinero, tras citar unos cuantos filmes de terror acaba recurriendo a los lugares comunes de la crítica que aportan, con frecuencia, muy poca información, más allá de tópicos muy conocidos: "Destinada a los aficionados del terror y del manga y realizada con evidente oficio y suficiencia de medios, contiene brillantes secuencias de acción y convincentes paisajes de civilización en ruinas." 2
Jordi Costa no dice gran cosa, más allá de que el personal manejo por parte de Shinkuse Sato " de algunas de las claves más clásicas de la especialidad aporta el suficiente toque de distinción como para reivindicar su enérgico y bienhumorado recorrido a través de algunos lugares comunes aún no gastados por el uso." 3
Crítica:
El film que dirige Shinsuke Sato nos advierte, casi desde la primera línea de diálogo, usando como vehículo a una presentadora de un programa de noticias, que vamos a entrar en el terreno de lo excepcional, lo que es noticia: no que un perro muerda a una mujer, sino que una mujer muerda a un perro." Debemos estar preparados. Con la mejor factura y unos magníficos efectos especiales, algo de lo que la prensa debía ocuparse un poco más en un momento en el que que estamos transitando hacia la era tecnológica, el guionista, Akiko Nogi, autor del manga Kengo Hanazawa, y el director Shinsuke Sato, nos introduce en un universo paralelo, al tiempo que pretende que seamos conscientes de que la crisis que estamos atravesando y el mal karma que ahoga a la sociedad en su conjunto no es un problema de los ciudadanos occidentales, sino global. El mundo fragmentado en el que nos introduce va a hacer frente a todas las cuestiones que preocupan al hombre de hoy, partiendo de lo particular hasta llegar a lo general. Hideo Suzuki es un dibujante de manga, pero en su primera intervención en el relato quiere dejar bien claro que la historia ni se inspira, ni depende, ni gira exclusivamente en torno a esta expresión gráfica del cómic. Es más, uno de los primeros en experimentar la transformación, de caer de su pedestal es un exitoso dibujante de manga, al que sus compañeros le tienen ganas.
Hideo no es un zombie. Ahora el turno les toca a otros, los del traje, los del éxito, los deportistas de élite sin cerebro ni cavidad donde albergarlo. Él es el mediocre, el fracasado, el que sueña con ser un héroe y no gana lo suficiente para pagar el alquiler de su casa mientras persigue sus sueños. A su alrededor triunfa el discurso machista, sexista, que anima a las mujeres a rebelarse contra la opresión masculina, pero también a renunciar a la igualdad con los hombres, que son, como lo han sido desde la antigüedad los encargados de salir de casa para garantizar la supervivencia de su familia, mientras la mujer se dedica del cuidado de la casa. La novia de Hideo, Tekko, le recuerda constantemente que es un mediocre y no cesa de lamentarse de que tiene 35 años y reivindicar que ya le toca vivir bien, pero no siente que eso dependa de ella, sino de su novio o cualquier otro que venga después, mejor, triunfador. Ella también se convierte en zombie. En este aspecto parece seguir las orientaciones de Teresa de Lauretis que señala que, en nuestra sociedad, para amplios sectores, una 'mujer fuerte' no es una verdadera mujer.
Lo verdaderamente ingenioso de Shinsuke Sato es que invierte los términos en el género de los muertos vivientes. Los que están en la cúspide de la organización política y económico-social no son los viejos vampiros, los de rancio abolengo, que viven en castillos y descansan en sarcófagos en criptas, sino simples y bobalicones zombies que, vistos desde una atalaya elevada, se parecen mucho a esos descerebrados que caminan como pollos sin cabeza y que, además, parecen felices. Todos ellos acaban concentrándose en los centros comerciales (tanto huir de la literatura, el cine o cualquier otro modo de expresión vanguardista y contestataria, encuentran su máximo placer en los lugares en los que emergen las tiendas de lujo), a los que hay mujeres pudientes que acuden todos los días, y en una de las que, cuando Hideo y el grupo poco definido al que se une para buscar comida en la gran superficie comercial, se prueba una carísima chupa de cuero . La solución a sus problemas de los que huyen de estos nuevos zombis está en el Fuji, el tímido monte sagrado, que generalmente se esconde tras la niebla, un lugar mágico al que acude Rudi, el protagonista de 'Cerezos en Flor' (Doris Dörrie, 2008) para reencontrarse con su esposa muerta y hallar la paz.
Un film excepcional, fantástico, dedicado a los perdedores de todo el mundo, que confían en que alguna vez se vuelvan las tornas y los que llevan traje y maletín o los deportistas que ganan medallas de oro, que, con demasiada frecuencia defienden la precariedad y la inseguridad de los 'mediocres' para que mejore la macroeconomía y ellos ganen cada vez más, se vean de pronto degradados a la situación de los fracasados, descubriendo que este es un lugar en el que 'reina la felicidad' (dicho esto con todo el cinismo del mundo). Si esto no es revolucionario en la forma y el discurso 'qué venga dios (el que sea de cualquier parte del mundo) y lo vea.' Aconsejo este film que os hará disfrutar con unos efectos especiales realizados por un equipo muy eficiente, al servicio de un discurso actual y revolucionario, que hará tambalear muchas de nuestras creencias que, cada día, defendemos con vehemencia, y nos demostrará que no somos tan diferentes como creemos, con independencia del color de la piel y la inclinación de los ojos.
1. El dibujante manga contra el zombie. diario 'El País', 24 de marzo de 2017.
2. I Am a Hero': plaga zombi. Diario 'El Mundo. Metrópoli', 23 de marzo de 2017.
3. I Am a Hero. Fotogramas.
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