La búsqueda de la felicidad. Dominic Savage. Ficha técnica y crítica
Entre todos lo mataron y él sólo se murió
Ficha técnica:
Título original: The Escape
País: Reino Unido
Año: 2017
Duración: 101 minutos
Dirección: Dominic Savage (Amor + Odio)
Guión: Dominic Savage
Casting: Shaheen Baig
Dirección de Fotografía: Laurie Rose
Música: Alexandra Harwood, Anthony John
Edición: David Charap
Dirección artística: Elliot Coogan, Richard Usher
Diseño de Vestuario: Liza Bracey
Departamento de maquillaje: Amy Stewart
Productor : Guy Heeley
Productores ejecutivos: Gemma Arterton, Joseph Berry Jr., Julian Bird, Hervé Houssou
Compañías productoras: Lorton Entertainment, Shoebox Films; distribución: Vertigo Releasing
Intérpretes:
Gemma Aterton: Tara,
Dminic Cooper: Mark,
Marthe Keller: Anna,
Frances Barber: Alison,
Jalil Lespert: Philippe,
Sinopsis:
The escape es una mirada cruda y realista sobre la vida cotidiana de una mujer, que está apunto de exigir su libertad y comenzar de nuevo. Tara (Arterton), un ama de casa, felizmente casada y madre de dos niños muy pequeños, vive en los suburbios de Londres una vida que ya no le pertenece, sometida a las exigencias de un marido complaciente que ha colonizado su existencia,al que absorbe su trabajo a su hijo e hija y a condena a ella a una vida rutinaria y monótona, dedicada al cuidado de su familia. Un día toma una audaz decisión: abandona su hogar y famiia y sin comunicarlo ni siquiera a sus padres se marcha a Paris, la ciudad mágica que ha entrado en el imaginario popular como la ciudad de los amantes, en la que millones de parsinos padecen el mismo síndrome que Tara: el aburrimiento.
Lo que se dice:
La prensa ha recibido moderadamente bien el film que dirige Dominic Savage, un realizador de TV, cuya primera película para el cine tuvo escasa repercusión, Amor + Odio. Trece años después vuelve a la gran pantalla con este film que ha obtenido notas bastante aceptables en las páginas que incluyen datos numéricoa. Filmaffinity da una media de 6, obtenida de 104 valoraciones; Imdb rebaja un poco esta cifra y la sitúa en 5,9, una media obtenida de 896 votos emitidos. El Tomatometer de la página Rotten Tomatoes ofrece un índice de aceptación de la prensa del 77% consultadas 43 reseñas, y del 54% de los espectadores, pulsada la opinión de 350 usuarios
Los argumentos que da la crítica describen el film como una producción que describe a la mujer como reconocible, compleja y contemplada sin maniqueísmos (Javier Ocaña Diario 'El País); historia amarga, pesada, que rechiza y profundiza en lugares incómodos e irritantes del ser humano (Oti Rodríguez Marchante, diario ABC); melodrama intimista y muy femenino, cuyo resultado está por encima de sus intenciones (Alberto Luchini, diario 'El Mundo'); relato psiclógico que desemboca en una conclusión estereotipada (Nando Salvá, Diario 'El Periódico'); un film existencial al estilo de Bergman (Sheri Lindn, The Hollywood Reporter) drama íntimo, profundamente emotivo y auténtico (Gary Goldstein, Los Angeles Times)...
Crítica.
El cine, tal y como se entendía en el siglo XX, está muriendo y lo estamos matando entre todos. Quienes vamos varias a veces a la semana a una sala de proyecciones podemos observar lo poco que duran las películas en la cartelera, y como van siendo desplazadas por programaciones de ópera, ballet y documentales de museos del mundo, mientras que en aquellos lugares en los que han desaparecido los cines, se proyectan películas en teatros. El cine es demasiado caro para los jóvenes que o estudian o cobran salarios de miseria, mientras que las generaciones, que, hoy son pensionistas y vivieron en primera persona el brillante desarrollo del cine actual, una revolución que comenzó con George Lucas, que antes de presentar en sociedad su Star Wars hizo dos películas, no solo vanguardistas en el fondo y en la forma (THX 1138), sino que introducían nuevas formas de representar el universo de los jóvenes y de iluminar los espacios, que han servido de guía a muchos cineastas que triunfan en la actualidad, entre ellos alguno tan notable como Nicolás Winding Refn que mete a sus personajes en la penumbra, iluminados tan solo por las luces de neón de los locales nocturnos y el alumbrado de las calles.
Estas generaciones que se mantuvieron al margen de esta revolución y que abarcaba los géneros más propicios para introducir novedades tecnológicas, ahora tienen muchas dificultades para asistir al cine a ver alguna película que no se adapte ' a la manera de' la screwball de la primera mitad del siglo XX, o una Feel Good Movie de la actualidad, lo que condena al ostracismo a los géneros receptores de las innovaciones en imagen y sonido, que están atrayendo a muchos músicos jóvenes para la composición de scores de películas de terror o ciencia-ficción. La escasa asistencia de espectadores se ha ido incrementando desde hace algo más de un año, y si se mantienen estos negocios es gracias a las tarjetas de socio que expiden los cines y los días del espectador.
Os preguntaréis a qué viene este rollo. La respuesta es sencilla: Dominic Savage, un realizador de Margate, Condado de Kent (Inglaterra), hace un film que se enmarca en el discurso feminista, dominante y transversal, y para que quede clara su adscripción al pensamiento tantas veces formulado por Bergman en torno a la imposibilidad trascendida de la pareja a cualquier tiempo y lugar, nos muestra a una mujer cualquiera, una madre joven, todavía atractiva, con hijos pequeños y un buen estatus económico y social, como hay tantas a las que Tara observa realizando los mismos gestos que ella, mientras introducen la compra en el coche con el niño en brazos. Pero Tara se aburre, siente que su tiempo fluye y que pierde la oportunidad de alcanzar, no ya la felicidad, que es una tontería que aparece en el título, sino una vida más libre y mejor, lejos de un hogar que ella ha contribuido a crear. Un buen film para enfrentar el término mujer, a su plural mujeres; si cambiamos el contexto social seguramente tendríamos respuestas distintas.
¿Qué falla, pues, para que mujeres que han pasado mayoritariamente por ese trance no sientan que la película va con ellas, que el film es lento y les aburre? Lo que más les ha molestado ha sido la escritura cinematográfica de Dominíc Savage, su forma de hacer, la estructura elegida para contar esta historia, la música, nada estridente, pero monótona, la duración de los planos y, por encima de todo esa manera de echarse encima de Gemma Atterton con primerísimos primeros planos, que nos obliga a seguir a la mujer a través de su cabeza. Pero esta decisión tan agresiva es la que permite que el espectador se identifique con Tara, que la vea como si fuera el propio marido, aburrida mientras él se desahoga y se deja caer exhausto; esté situado junto a una mujer que respira aliviada, cumplido su deber de buena esposa y madre. Los escasos planos generales están reservados a la contextualización espacio-temporal de la mujer e incluso alguna transición entre secuencias.
Alguien ha dicho, equivocando el tiro, que Mark es un maltratador. Cuando Tara le transmite su desazón no entiende qué está pasando, como no hubiera entendido ella si su marido hubiera dejado de quererla de forma más o menos repentina, ya que no siempre, en el seno de una pareja, se desencantan los dos al mismo tiempo; pero el hombre se hace cargo de los niños, se pone en contaco con su familia y cuando vuelve no pregunta. No entiende que está pasando, como tampoco lo entiende la madre, ni tiene ninguna posibilidad de ofrecerle el mundo con el que ella sueña. Ya en París, conoce un hombre que se pregunta por qué una mujer tan guapa está libre y no se ha casado ni ha tenido hijos. Lo que desconoce Philippe es la verdad que Tara esconde a una posible nueva pareja que se encuentra en la misma situación que ella. Una mujer madura, que la recoge desorientada en la calle, la recoge y le advierte de que solo hay dos posibilidades: o vuelve a casa y lleva lo mejor que puede su situación, o lleva una doble vida. Estructurada en forma de flashback, cuando llegamos al desenlace de esta historia Savage no nos da la opción elegida por su protagonista, que se muestra impenetrable para todos, incluidos los espectadores.
No es la primera vez que vemos películas construidas a base de primeros planos, muy frecuente en el cine independiente que triunfa en Sundance, (Mommy, Xavier Dolan, más rico en la construcción de imágenes), y nos parece enriquecedor el que haya cineastas que usen un recurso de forma tan extendida como hace Savage en este caso, porque permite ver las enormes posibilidades de expresar algo con intensidad, algo que ya hicieron en otros tiempos cineastas como Hitchcock en 'La soga', un film construido con ocho planos secuencia, u otros directores cuyas transiciones se basaban casi exclusivamente en entradas y salidas de campo. El creador es dueño de su criatura, solo se arriesga a que el público lo rechace. El problema reside cuando el público adulto rechaza casi todas las ofertas que se le hacen y convierten los cines en el escenario de operas y ballets virtuales, arrinconando a los fantasmas del 'Roxi', o recluyéndose en sus casas delante de los televisores. Es un poco triste que el modo de representación más joven sea el que tenga una vida más corta. A ello han contribuido, y no poco, ciertos críticos, como los que denuncia en Birdman (o la inesperada virtud de la ignorancia) Alejandro G.Iñarritu. (2014).
Después de decir todo esto alguien se podría preguntar si me ha gustado la película de Dominic Savage. Mi respuesta es que sí. Que como todos me desorientó su elección estética y el estilo que desarrolla este realizador de películas para televisión, que, si pretendía unirse a aquellos que creen en la imposibilidad de la pareja que denunciaba Bergman, lo ha conseguido con creces, utilizando un discurso cinematográfico propio y no tan deudor de las obras del sueco como otras películas que se están realizando en un momento en el que se ha decidido desenterrarlo (El reverendo, Cold War...), aunque consiga aburrir a quien no sabe bien lo que espera. Una señora nos preguntaba a la salida de la sala, ¿Hay alguna película bonita que podamos ver? Yo veía muchas, eso sí, de géneros 'prohibidos' para quien se siente que forma parte de la intelligentsia de su ciudad.
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