Mamá y papá. Crítica.




CUANDO LAS AGUAS SE DESBORDAN



Ficha técnica, sinopsis, lo que se dice (Pinchad aquí).


Crítica:


Un buen guión, una buena ejecución, a cuyo frente se sitúa Brian Taylor, una música que crea una atmósfera que aproxima el film a la realización de David Robert Mitchell, It Follows, tienen como resultado una película que milita en varios géneros, como ocurre 'en la vida misma', - comedia, terror, drama -, que constituye un modelo que cumple las dos funciones del cine: entretener y divertir y proponer un objeto de reflexión a su público. Se ha dicho, desde los ámbitos más serios y sesudos, que el hombre crece y se desarrolla con la muerte 'simbólica' de sus padres, obviando que unos pocos años antes éstos eran estos mismos padres los que estaban llenos de ilusiones, que en parte se ven frustradas cuando cumplen otra de las exigencias que se han propuesto intelectualmente como condición sine qua non para alcanzar la madurez: tener un hijo. Este principio ha arraigado con tal fuerza en la sociedad que la hija del matrimonio formado por Brent y Kendalla, interpretados por Nicolas Cage y Selma Blair, se atreve a decirle a su madre que se obsesiona en su cuidado porque no tiene vida propia.

Una secuencia de gran dureza, aquella en la que Brent destruye una mesa de billar que ha comprado con un amago de ilusión renovada, para darse pequeños momentos de placer en su hogar, sin desatender a su familia, una crisis que provoca una confesión desesperada del hombre que ha perdido todas los sueños que lo animaban a luchar unos pocos años antes y que se han evaporado como pompas de jabón, hasta el punto de que un pequeño gasto para el entretenimiento del pater familias supone un gasto inasumible para la familia. Hasta aquí la parte más dramática del film, una reflexión nada amable con la institución más antigua de la humanidad, una rémora para el desarrollo del individuo, que reclaman los propios hijos apenas se sienten mínimamente capacitados para ejercitar su libertad, que dará pasó a la parte cómica, asociada a la terrorífica, sumamente divertida en todos los aspectos, especialmente en la irrupción de una violencia inusitada y teóricamente absurda.

El gran reto que asume Brian Taylor es presentar el conflicto fuera del hogar, convirtiendo al colectivo de padres y madres como unos zombies que actúan como 'pollos sin cabeza', cuyo único objetivo es eliminar a su descendencia por la que se sienten oprimidos, un relato en el que el 'narrador sospechoso' de que habla Juan Miguel Company en 'La realidad como sospecha', basado en los estudios de Lacan, es la propia cámara, que funciona como una go pro adosada al cuerpo de los actores que se ponen al frente de la acción. Este planteamiento de reacción violenta de una de las partes en conflicto es la que convierte en único el proyecto de Brian Taylor que ha sido recompensado por la prensa y el público y que recomendamos a todos aquellos que creen que alcanzar el objetivo de aposentarse con sus familias en un suburbio constituido por casas exentas que disponen de su  propio jardín, en la que han invertido la mayor parte de sus ilusiones de juventud, no sólo no supone alcanzar el paraíso, sino que tiene una parte oscura que ha sido objeto de la atención de múltiples realizaciones del género de terror, entre las que se incluyen, por el protagonismo que adquieren estas colectividades, desde que Joshua Logan realizara Picnic, que penetra en la idiosincrasia de estos pequeños núcleos provincianos de población, hasta relatos como La invitación, realizada por Karyn Kusama, contextualizada en una urbanización de lujo en la que las intrigas son de otro calibre. Historias más recientes suponen un precedente de 'Mamá y papá',  en especial la última entrega de Poltergeist dirigida por Gil Kenan, o It Follows de David Robert Mitchell.


Acaba de salir a la venta el blu-ray delfilm, una buena oportunidad para  quien todavía no ha podido ver la película.

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