Arrietty y el mundo de los diminutos.Hiromasa Yonebayashi. Ficha técnica y crítica




HIROMASA YONEBAYASHI ADAPTA UN GUIÓN DE HAYAO MIYAZAKI, DIRIGIDO EXPLÍCITAMENTE A LOS NIÑOS, QUE NO DEBIERAN DESPRECIAR MUCHOS ADULTOS.


Ficha técnica:


Título original: Karigurashi no Arietti
País: Japón
Año: 2010
Duración: 94 minutos

Dirección: Hiromasa Yonebayashi
Guión: Hayao Miyazaki, basado en una novela de Mary Norton: 'Los incursores'
Dirección de Fotografía: Animación
Música: Cécile Corbel

Productor: Toshio Suzuki
Productor ejecutivo: Koji Hoshino
Compañías productoras: Studio Ghibli, Nippon Television Network, Dentsu Haklyhodo Dymp, Walt Disney Japan, Mitsubishi Toho, Wild Bunch; distribución: Aurum Producciones


Intérpretes:


Animación.


Sinopsis:


Arrietty y el mundo de los diminutos cuenta la historia de una familia de pequeños seres, de apenas 10 cm. de altura, que viven en una casita oculta bajo las tablas del suelo de una mansión en el campo. Estos diminutos seres tienen la norma de no dejarse ver nunca por los humanos; sin embargo, su tranquila existencia cambia cuando la joven Arrietty, una audaz adolescente, es vista accidentalmente por un niño que se acaba de establecer en la casa debido a su delicada salud. Entre ambos surgirá una fuerte amistad, pero, a la vez, la existencia de estos seres se verá peligrosamente amenazada.

Crítica:


'Arrietty y el mundo de los diminutos' , un producto de la factoría Ghibli, es un film ecléctico, una simbiosis de la cultura occidental y la oriental, utilizando como puente al más afamado y admirado cineasta de los estudios, Hayao Miyazaki, responsable del guión de este relato, para cuya ejecución se contó con importantes compañías cinematográficas occidentales, de  cuya participación se informa en los créditos de la ficha técnica. Una colaboración que se hace patente en la iconografía elegida para representar las enormes diferencias, insalvables, que existen entre los hombres: la diferencia de tamaño entre los humanos, los que gozan de todos los beneficios del progreso, y los diminutos, llamados en la novela de Mary Norton 'los incursores' (The  Borrowers)* que carecen de todo y toman lo que necesitan para su supervivencia. Una especie en extinción que no puede sobrevivir porque no pueden competir con 7.600 millones de serumanos, no sólo por el tamaño, sino por el número; sólo es capaz de verlos un humano adolescente, que va a ser intervenido quirúrgicamente a causa de una enfermedad grave del corazón, lo que lo sitúa potencialmente al lado de las especies en vías de extinción, merced a una evolución que se ha ido desprendiendo de especies maravillosas, pero que no pueden competir en un mundo en el que solo sobrevive el más fuerte, condenando a la desaparición a todos aquellos que no han podido adaptarse a los cambios del medioambiente, algo que muchos occidentales no se toman en serio, sin advertir las señales que les envía la naturaleza que debilita a los seres humanos, condenando a los más jóvenes, niños y adolescentes, en los que se ceban  en la actualidad diferentes tipos de cáncer. Arriety no acepta la atribución de su desgracia al destino, sino a la intromisión de los serumanos en su vida y la de su familia. Hiromasa Yonebayashi deja el final abierto, aunque resuelve el enigma al hacer desempeñar al humano el papel de narrador de la historia.

El bosque, habitado por cuervos, nos recuerda que este lugar, unas veces paradisíaco, otras lúgubre, es con frecuencia  un espacio de encuentro entre la vida y la muerte, al que ha dedicado la joven cineasta Naomi Kawase alguna de sus películas, - El bosque del  luto' (2007) y 'Hacia la luz' (2017). Este tema también ha sido tratado en documentales como 'El bosque de los suicidas' (Hideo Nakata, 2017), 'El bosque de los suicidios'  (Jason Zada, 2016), o la entrañable película 'Cerezos en flor' (Doris Dörrie, 2008, elige el mismo lugar para poner fin a la vida de su protagonista, Rudi), y una larga lista de historias que han contado ilustres japoneses, entre ellos Akira Kurosawa, que explican el frío que recorre nuestra espalda cuando escuchamos el graznido de los cuervos en tan bellos parajes. Tiene razón Arrietty al culpar a los humanos de su desgracia, en la que se ceba la criada de la mansión que siente especial placer al insultar a los diminutos y llamarlos ladrones ante los dueños de la casa, que no mantenían la misma posición 'racista' de la lumpen, sino que habían construido una casa de muñecas de gran belleza para ceder el habitáculo a estos extraños seres. Mas, a pesar de ser un relato concebido para los más pequeños, guionistas y director, inspirados en la escritora Mary Norton, no están por la labor de contarles a los niños un cuento con final feliz, algo que era bastante corriente en los relatos, posteriormente manipulados, que se cuentan a nuestros niños en Occidente.

En cuanto a las figuras retóricas prestadas por la novela de Mary Norton, escrita a comienzos de la década de los cincuenta del siglo XX, tuvieron un precedente fílmico en 'El increíble hombre menguante' de Jack Arnold (1957), que también apostó por el amor entre un monstruo marino y una fémina  en 'La mujer y el monstruo', (1954), del mismo realizador, un amor imposible que inspiró a Guillermo del Toro en 'La forma del agua',  aunque sólo lo sea en apariencia. Así es cómo se cuenta las historias a los niños en Japón, sin temor a que el conocimiento de la realidad los pueda traumatizar. A este aspecto transversal del film, el interés de formar a los niños, se une en estas historias un efecto metonímico que potencie la magia  de las historias, que consiste en hacer ostensible el pequeño tamaño de los diminutos a través de los instrumentos que utilizan en sus razzias, como el ejemplo del alfiler que utilizan como espada, y la incorporación de otros elementos fantásticos que anidan en las mentes de los más pequeños que disfrutan con los juguetes que incorporan movimiento; un ser vivo al que poder manipular, aunque ello les haga sufrir, como ejemplifica Yonebayashi en el tormento que la sirvienta infringe a la madre de Arriety, estirándole brazos y piernas para oirla gritar. No quiere matarlos, solo divertirse haciéndolos sufrir, como hacen los gatos con los animales que se arrastran por el suelo, a los que al final se acaban comiendo; un animal presente en el film que imita esta diversión de los felinos.



*Reseña del libro en Amazón: Arrietty es más diminuta que un terrón de azúcar. Y sin embargo es muy valiente, porque con una aguja como espada deberá salvar a toda su familia, con la que vive bajo el suelo de un viejo caserón. Ellos son Los incursores. No poseen nada y por eso deben vivir peligrosas aventuras cada vez que quieren «tomar prestada» alguna de las pertenencias de los dueños de la casa: los enormes "serumanos". Así, con mil heroicidades, incursionan en el caserón para conseguir los carretes de hilo que usan como taburetes, las cajitas lacadas que convierten en sus camas, y también los sellos que cuelgan de sus paredes como si fueran obras de arte. Estos pequeños grandes héroes no son duendes. Son seres humanos pequeñísimos y muy reales, como son reales sus miedos, sus alegrías, sus triunfos y sus amores. Eso descubriremos cuando Arrietty, en el intento de salvar a toda su familia, conozca al chico de la casa, un "serumano" muy especial…y sus vidas cambien para siempre.

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