La ciudad de las mujeres. Federico Fellini. Ficha técnica y crítica.





¿ POR QUÉ DECIDISTE NACER HOMBRE? ¿ POR QUÉ NO RECONOCES TU COMPONENTE FEMENINO? ¿POR QUÉ MEAS DE PIE?



Ficha técnica:


Título original: La cittá delle Donne
País: Italia. Co-producción Italo-Francesa
Año: 1980
Duración: 139 minutos

Dirección: Federico Fellini. Colaboración con Franco Rosellini
Guión: Dante Ferretti
Casting: Liliana Betti
Dirección de Fotografía: Giuseppe Rotunno (a.i.c.)
Música: Luis Bacalov, dirigida por Gianfranco Plenizio; "Una donnna senza uomo é" de Mary Francolao
Montaje: Ruggero Mastroianni
Coreografía: Leonetta Bentivoglio
Atrezzo: Bruno Cesari, Carlo Gervasi.
Efectos especiales: Ariano Pischiutta.

Diseño de vestuario; Gabriella Pescucci
Maquillaje: Rino Carboni
Peluquería: Maria Teresa Corridoni

Dirección de producción: Francesco Orefici.
Organización general: Lamberto Pippia
Estudios: Cinecittà
Compañía productora: Gaumont, Opera Film Produzione, S.r.l.



Intérpretes:


Marcelo Mastroiano: Snàporaz,
Anna Prucnal: La esposa,
Bernice Stegers: la señora del tren,
Ettor Manni: Doctor Katzone,
Iole Silvani: la motociclista,
Donatella Damiani: la soubrettina,


Sinopsis:


Snàporaz es un hombre soñador que, un buen día, se deja llevar por la belleza de una misteriosa mujer. Estando en un tren, la mujer vierte su agua sobre él como señal de provocación y, acto seguido, se baja del vagón. Snàporaz le sigue, pero ésta desaparece. Es entonces cuando el protagonista encuentra un gran hotel donde se está celebrando una conferencia feminista, e intenta escapar, pero las mujeres le amenazan en masa.

Crítica:


En un momento de crisis económica, provocada por el cambio de los modos de producción, el gran desacralizador, el gran provocador, que se atrevió en su momento con el héroe nacional republicano, el gran Julio César, al que admiraba profundamente Mommsen, y ridiculizó el paso del Rubicón y su 'alea jacta est', hizo esta película muy adelantado a su tiempo, 'La ciudad de las mujeres', que puede molestar a todos o a ninguno, que arrea a los hombres, emblematizados por el gran Marcelo, el amante de todas las portadoras de atributos sexuales diferentes a los suyos, pero también a quienes se dan cita para dar muerte al macho (El hombre de mimbre/The Wicker Man, llevada al cine por primera vez por el autor y cineasta Robin Hardy, que tan solo ha realizado cuatro películas, la última The Wicker Tree, en 2011 -), recompensado con el gran premio ideado por el Doctor Santino: la mujer soñada, una muñeca muy bien dotada, como aquella que pergeñó Berlanga en 'Tamaño natural', provista de una blasfémica corona. Un film con múltiples referentes a películas suyas anteriores: 'Le tentazioni del dottor Antonio', un cuento  breve escrito por el propio Fellini e incorporado, junto con otros, a una película muy particular, 'Bocaccio', 'Roma' y sus prostíbulos, imágenes secuestradas de la cinta original para incorporarlas a este personal proyecto. Una pesadilla en bucle sin solución de continuidad, que contesta, a la manera felliniana, a múltiples cuestiones que nos atormentan cada día.

Hay pocas cosas mejores que dejarnos guiar por el maestro italiano, subirnos a su tren y sumergirnos  en el mundo de nuestros sueños y pesadillas, ahora, un momento en el que los máximos responsables de este 'cuento' ya han muerto (Fellini, Rosellini, el gran Marcelo...) y podemos adentrarnos en su psique sin pudor y enfrentarnos a su deseo desmesurado, grande, en un universo repleto de mujeres rotundas, de formas invasivas y desproporcionadas, que forman parte del imaginario masculino, que se enfrenta a un ejército de feministas que hablan de castración, de autosuficiencia femenina, de homosexualidad, y que cuestionan a su oponente: por qué decidió nacer hombre, por qué no reconoce su componente femenino, por qué mea de pie'. Preguntas para las que Snàporaz no tiene respuesta. A él le gustan las mujeres que con su sola presencia despiertan los deseos que duermen en su subconsciente, confirmando quizá, como afirma Jodorowsky, atraído por lo grotesco, que el problema no reside en si cumplimos nuestras fantasías, sino en 'cómo sabemos qué desear', ya que no hay nada espontáneo en ello, sino que nuestros sueños y nuestras fantasías son artificiales y hay que enseñarnos a desear; el cine es la más perversa de todas las artes porque te dice cómo debes soñar, en un universo en que lo viril y lo femenino están muy enfrentados, aunque da la impresión de que, para much@s hoy se parte de la nada.

La mamma, el mammoni, el eco prustiano de la infancia representado por el circo, por la feria y las falsas pitonisas de las viejas máquinas que en estos recintos averiguan el futuro, el lenguaje procaz de las relaciones entre hombres y mujeres en los momentos íntimos más intensos, no soportarían la fiscalización que ejercen en la actualidad las redes sociales; una película como 'La ciudad de las mujeres', contextualizada en un hotel en medio de un bosque, llamado 'Gran Hotel Mira Mare', y su curioso vecino, sería prácticamente imposible en la actualidad, aunque ciertas historias como ésta o 'El hombre de mimbre' aparezcan referenciadas en realizaciones muy valoradas en nuestra sociedad líquida como 'Midsommar' de Ari Aster. Quien ose entrar al trapo de este film verá cómo Fellini presenta a un hombre irredento, un animal guiado por sus instintos, estigmatizado por movimientos feministas, sin acritud, parodiando una realidad que padecen diariamente muchas mujeres, un sociedad en la que Teresa de Lauretis introduce matices de clase. Las mujeres parodiadas suelen pertenecer a los estratos sociales más bajos. Pero todos, Marcelo y las mujeres coinciden en algo que denunciaba con gravedad Ingmar Bergman: la imposibilidad de la pareja, que sintetizan en un lema que aplaude entusiasmado el protagonista: "Matrimonio, manicomio", y en la presentación de un matrimonio poliándrico (una mujer con siete maridos) que cumple las aspiraciones más íntimas, no solo de la mujer, sino de Snàporaz.

¡Todas las mujeres son jóvenes! ¡Todas son bellas! ¡Todas tienen 20 años!, dicen las mayores del grupo, que conservan su afán por mantenerse frescas y lozanas; Fellini dirige una bella mirada a las mujeres que precedieron a las que hoy encabezan los movimientos feministas que en la actualidad parece olvidarse. Todas juntas cantan "Una donnna senza uomo é" de Mary Francolao, una canción preciosa que las identifica. Fellini, un hombre conservador, liberal y desprejuiciado, ha sabido captar la complejidad de los universos masculinos y femeninos, representar sus deseos y frustraciones y demostrando que, al fin y al cabo, 'toda la vida es sueño y los sueños, sueños son', sin dejar de ser el mismo. Claro que para ello contaba con el gran Marcelo Mastroianni, que se expresa con una especie de monólogo pronunciado en voz alta, en el que al cómplice necesario de su placer le dedica los calificativos más molestos e infantiles, sin acritud, porque en el fondo necesita a las mujeres más que el aire que respira. 'No he cambiado en nada', le dice a una 'carcelera', '¿Para convertirme en quién? El gran maestro surrealista, en una expresión libre sin límites, no saca de la ecuación a los adolescentes, realizando alguna reflexión metadiegética, - ¿pero qué tipo de película es esta? -.  El film fue calificado con una nota media de 6,6, resultado de las valoraciones de 970 votos (Filmaffinity). Un film que no te puedes perder. Lo podéis disfrutar en blu-ray.
  

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