El joven Ahmed. Hermanos Dardenne. Crítica.




¿INTEGRISMO ISLÁMICO ADOLESCENTE?



Ficha técnica, sinopsis, lo que se dice (Pinchad aquí) : 


Los Hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne sondean en la idiosincrasia del colectivo árabe, musulmán o no, (es muy difícil introducir taxonomias en un conglomerado de pueblos, a los que generalmente les une unicamente  la lengua; aquí se introduce un nuevo factor: los que aprenden árabe en las escuelas y los que lo hacen estudiando las estructuras lingüísticas y el vocabulario extraído del Corán que, siendo niños, aprenhenden en las clases que les imparten  los imanes), aunque la cámara apenas deja ver el medio familiar y social en que se mueven los personajes, sus amistades, los lugares de reunión, etc., y los pocos datos que se dan al espectador se usan para dirigirlos hacia la dirección que los directores han establecido como núcleo del background del film, que termina produciendo cierta ambigüedad que mantiene en vilo al público hasta la última imagen de la película.

Hay un precedente claro de este relato, 'Paradise Now' del cineasta palestino Hany Abu-Assad, nacido en Nazaret, con ciudadanía israelí, formado en los Países Bajos',  que recibió un Globo de Oro  a la Mejor Película en Habla no Inglesa y fue nominada al Óscar por la misma categoría. En este film son dos amigos de la infancia reclutados para inmolarse en un atentado suicida en Tel Aviv, que después de pasar una noche con sus familias, sin poder despedirse de ellas, son trasladados a la frontera con un cinturón de bombas atado a su cintura. Cada uno de ellos, de acuerdo con sus convicciones, y tras despedirse, escondidos tras la maleza, de unas madres que trabajan en su cocina confiadas, se enfrentará a su destino: seguir adelante o retroceder en sus proyectos letales que les garantizan el acceso al paraíso. En la película de los belgas esta bipolaridad, esta dicotomía reside en un solo ser, un joven adolescente, la edad de la rebeldía por cualquier causa, que ha encontrado una vía para canalizar el espíritu indomable de un joven como Ahmed.

A diferencia del cineasta nazareno, formado como ingeniero técnico en Haarlem (Holanda Septentrional), los realizadores belgas, de acuerdo con su tradición hacen un film de vocación documentalista, austero en las formas, que se aproxima al cinéma vérité de carácter social y al cine llamado de los márgenes por el historiador Luís E.Parés, que mira tan de cerca al joven Ahmed que no deja a su público ver el contexto económico y social en que se desarrolla. Sabemos que su madre regenta una tienda, al parecer de comestibles, por una conversación telefónica y que las mujeres de su familia, incluida su progenitora, son liberales; no se explicita si practican la religión, pero queda claro que no siguen los preceptos del Corán, ya que beben alcohol, sin excederse, visten con libertad, como cualquier otra mujer nacida en los Países Bajos. incluida su maestra, y están lejos de todo radicalismo, algo de lo que los dos hombres, Ahmed y su hermano, culpan  a la extrema tolerancia del padre. Reiteradamente se repiten en pantalla las relaciones de los dos hermanos con algún imán y las frecuente abluciones y rezos del joven protagonista. La secuencia final deja desorientado a un público absolutamente entregado y expectante sobre el fin de esta historia, que una vez decidido a pararse y ceder un poco de su tiempo a mirar el lado humano de la crisis que atravesamos, respira agradecido, después de haber contenido un buen rato el aliento.

Nos vemos obligados a agradecer a los Cines Lys el que introduzcan películas tan duras y poco comerciales como ésta, cumpliendo una función cultural importante, en los tiempos difíciles en los que las salas de proyección de sólida tradición deben sufrir la competencia de grandes y potentes plataformas que llegan a todos los domicilios de los espectadores con un nuevo sistema, el streaming, que basa el negocio en la masa de espectadores , y que están comprando y alquilando cines con solera para lanzar sus productos. Esperamos no tener que entonar la canción de Juan Manuel Serrat, el homenaje a un viejo cine, el Roxi, que nos describe muy bien esta situación: 'Los fantasmas del Roxi', poniendo al servicio de la sala oscura, donde compartimos experiencias con otros espectadores, todo nuestro esfuerzo; el cine en casa y el cine en una sala son experiencias absolutamente diferentes, un hecho que se pone de manifiesto en los grandes estrenos en los que miles de jóvenes que disfrutan del cine en su televisor  reservan sus entradas con antelación para ver a sus mitos en la gran pantalla, una experiencia  insustituible.

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