Yo soy Dolemite. Craig Weber.Crítica




UNA FORMA PECULIAR DE HACER LA REVOLUCIÓN: EL BLAXPLOITATION

Ficha técnica, sinopsis, lo que se dice (Pinchad aquí)



Craig Weber aborda la recreación de un personaje muy peculiar, Rudy Ray Moore, que decidió hacerse un hueco y conseguir, aunque fuera a codazos, un lugar destacado en la sociedad norteamericana sin doblegarse ni obtener beneficios de su condición de víctima, sino socavando los cimientos de la moral burguesa estadounidense, una decisión arriesgada, que, si bien en principio parecía que podía tener un éxito limitado a cuatro o cinco manzanas de cada ciudad, las que correspondían a los barrios negros, pronto rompió este cinturón llegando a interesar a sectores más amplios de la sociedad con su 'imitación del gueto', que fascinó tanto a los jóvenes raperos, que lo descubrieron en la década de los 80, a los que atrajo su peculiar forma de recitar, por la que atribuyeron a Rudy el título de 'Padrino del Rap', como  a  cineastas noveles, en especial Quentin Tarantino, que en 2007 estrenó, junto a Roberto Rodríguez, Death Proof, y asume ahora la responsabilidad de productor de este film, que se dedica a Charlie Murphy, el hermano de Eddie, también actor y rapero, que murió a los 57 años,víctima de la leucemia.

Nacido en Fort Smith, Arkansas, fue recorriendo estados (Cleveland, Ohio, donde representó en repetidas ocasiones el papel de Príncipe DuMarr, y siguió, - tras el inciso de la guerra contra los alemanes, en la que sus camaradas lo llamaron Harlem Hillybilly  por sus interpretaciones de temas de Rhythm and Blues-, con su desembarco en Seatle, Washington, donde entró en contacto con el personaje de Dolemite, mientras trabajaba en una tienda de discos, en aquella época considerados negocios familiares). Mientras viajaba por los Estados Unidos fue representando los papeles de cantante, bailarín exótico, adivino, productor de grabaciones clandestinas, que estiraban lo que la sociedad consideraba políticamente correcto hasta límites insospechados, un irreverente y soez espectáculo que suscitaba el alborozo de sus hermanos, y el fervor de jóvenes blancos, amigos de la provocación. Yo soy Dolemite se circunscribe en el tiempo a la época de estas grabaciones y a su primer éxito en el cine, Dolemite, una de las películas más importante del cine blaxploitation, que se exhibían en salas llamadas grindhouse,  que se construyeron en los años 20, en las que cabían de 2000 a 3000 espectadores, y que entraron en crisis cuando los blancos huyeron del centro de las ciudades. En estas salas se exhibían películas cuyos temas eran la violencia, el terror, el sexo y otros más ilógicos y bizarros, de bajo presupuesto, clasificados por los periodistas como pertenecientes a  la serie Z.

Elegante y contenido, a pesar del tema que trata y de su protagonista, el film de Craig Weber ha sido bien calificado por la prensa, a diferencia de lo que ocurrió con la primera película sobe Dolemite de Rudy Ray Moore. calificada de 'Duelemite', de ser la película más floja del año, de argumento vago, interpretada a gritos por actores poco profesionales, héroe romántico gordo; película espantosa, sin gracia y técnicamente horrible. Creadores de opinión ignorantes de que estaban dando la espalda al nacimiento de un género deliberadamente provocativo, consciente de que las masas, necesitadas de un desahogo liberador, acudían  y acuden al cine a ver 'accidentes de coche, explosiones y tetas, beneficiándose de la función catártica de las imágenes, a la vez que huyen de conflictos de raigambre burguesa que los aburren (Primera plana de Billy Wilder). La calificación de estas obras de ordinarias, groseras, burdas y vulgares tienen un efecto contrario al buscado por los críticos, un hecho que no tardarán en comprobar sus autores, y los que han escrito sus reseñas en vano.


Película de Netflix.

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