Más allá de los sueños. Vincent Ward.Crítica







INQUIETANTE REPRESENTACIÓN DE LA DIMENSIÓN SOBRENATURAL, EL LUGAR DONDE ALGUNOS CREEN QUE VAMOS DESPUÉS DE MUERTOS.



Ficha técnica, sinopsis, lo que se dijo (Pinchad aquí)


En 1998, Robin Williams, el célebre profesor de 'El club de los poetas muertos', un film que ha conmocionado, conmociona y seguramente lo seguirá haciendo en el futuro, a muchos adolescentes que cursan la enseñanza secundaria, protagonizó este melodrama que dirigió Vincent Ward, un cineasta neozelandés, guionista y artista multimedia, que tiene un curriculum muy breve como director (dos cortos y tres largometrajes seleccionados por primera vez para ser exhibidos en el Festival de Cannes en el siglo XX, Vigil, 1984; The Navigator: una odisea en el tiempo, 1988, Mapa del sentimiento humano, 1993, y el que ahora presentamos, Más allá de los sueños, 1998, y dos en el XXI, River Queen, 2005, y Rain of the children, 2008. Actualmente está centrado en el mundo del arte plástico, en el que combina pintura, fotografía y vídeo. Esta versatilidad de su expresión artística explica el éxito de 'Más allá de los sueños', un film con un lenguaje audiovisual único, que impresiona e intimida.


El relato comienza fuerte, erigiendo a la muerte en la función de principal protagonista de  la historia, porque concibe la vida como el tránsito hacia un mundo en el que puede dejar volar su imaginación y, lo que es más importante, mostrar su capacidad para generar un universo que provoca una inquietud extraña en el drama, y no sólo cuando los personajes descienden al infierno en busca de una suicida que, de acuerdo con la doctrina cristiana no puede acceder al universo de los justos, sino cuando introduce a sus espectadores en el Paraíso, en el que se supone que el ser humano permanecerá per in saecula, sin que nada pueda sujetarle, ni siquiera la ley de la gravedad. Su iconografía huele a cementerio y da más yu-yu que los kilos de tomate y otros fluídos que utilizan Wan y sus seguidores, que han hecho fortuna en el género de terror, porque crean imágenes que los espectadores reconocen como ficticios por su rendimiento en este tipo de películas concebidas para aterrorizar y divertir a su público.


Las imágenes que es capaz de concebir Vincent Ward revelan por sí mismas que, si bien el cineasta neozelandés tiene tal dominio del lenguaje audiovisual que consigue ser el primer neozelandés que mande  tres peliculas de su país a Cannes y logre su objetivo, es también impresionante su expresión en otros terrenos a la hora de crear un universo pictórico en movimiento, metafísico, que compite con Giorgio de Chirico en la creación de un atmósferas estremecedoras que se pueden calificar de surrealistas. Su trabajo se puede ver en Imágenes de Google, que recoge su aportación en el Govett-Brewster Art Gallery de New Plymouth en 2011: Breath).

La película está disponible en Netflix.

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