Lo que arde. Oliver Laxe. Ficha técnica y crítica






OLIVER LAXE HACE UN TERRIBLE RELATO   VISUAL DE SU TIERRA




Ficha técnica:


Título original: O que arde
País: España
Año: 2019
Duración: 89 minutos

Dirección: Oliver Laxe
Guión: Santiago Fillol, Oliver Laxe
Dirección de Fotografía: Mauro Herce
Montaje: Cristóbal Fernández
Dirección artística: Samuel Lema, Curru Carabal
Atrezzistas: Luca Yohan Silva Lamy, Antón Peña, Jaime García Martínez
Sonido: David Machado, Sergio da Silva, Amanda Villavieja, Xavia Souto
Efectos especiales: EFE-X

Vestuario: Nadia Acimi
Maquillaje y peluquería: Nadia Acimi

Productores: Andrea Vázquez García, Xavi Font, Andrea Queralt, Mani Mortazavi
Co-productores: Koldo Zuazua, Elise André-Donato Rotunno
Productor ejecutivo: Andrea Vázquez García
Dirección de producción: Koldo Zuazua, Analia G.Alonso, Guadalupe Balaguer
Compañías productoras:  Miramemira, 4 A 4 Productions, Kowalski Films, Tarantula, RTVE; subvención de AGADIC (Agencia Galega des Industrias Culturais, Xunta de Galicia, CNC (Centre national de cinéma et de l'image animée , L'aide aux cinémas du monde Cineworld by Film Fund Luxembourg; apoyo de Eurimages y financiación del Gobierno de España, con la participación de ETB (Televisión de Galicia), Deputación de Lugo  ; distribuidoras: Numax Distribución. Sello: Escine español


Intérpretes:



Amador Arias
Benedicta Sánchez
Inazio Abrao 
Elena Fernández
David de Poso
Álvaro de Bazal
Damián Prado
Nando Vázquez
Manuel Martínez "Xan"
José Luis Santalices
Manuel Santamarina
Antonio Hernández


Premios:



  • Festival de Cannes, Premio del Jurado, Un Certain Regard
  • SSIFF, Perlas


Sinopsis:


Nadie espera a Amador cuando sale de la cárcel tras cumplir condena por haber provocado un incendio. Regresa a su casa, una aldea perdida de las montañas lucenses, donde volverá a convivir con su madre Benedicta, su perra  Luna y sus tres vacas. Sus vidas transcurren al ritmo sosegado de la naturaleza, hasta que todo cambia cuando un fuego violento arrasa la zona.

Premios (En Filmaffinity):



  • 2019: Festival de Cannes: Un Certain Regard - Premio del jurado 
  • 2019: Premios Goya: Mejor fotografía y actriz revelación. 4 nominaciones 
  • 2019: Festival de Mar del Plata: Mejor película y guion 
  • 2019: Premios Feroz: 5 nominaciones, incluyendo mejor película y director 
  • 2019: Premios Forqué: Nominada a Mejor película 
  • 2019: Premios Gaudí: Mejor film europeo y fotografía

Lo que se dice:


El film fue muy bien recibido por la prensa y el público que ha tenido acceso a la 'cinta', como lo prueba las notas medias que reflejan páginas como la española Filmaffinity ofrece una nota media  de la película galega de 7,3, basada en 3,499 lectores, una media que, en este caso es igual a la que da la norteamericana  Imdb, basada en tan solo 983 votos. La página Rotten Tomatoes aporta un índice de aceptación del 92%, una valoración muy positiva, pero basada en tan solo 25 reseñas.

La prensa ha sido muy complaciente con un film que han tildado de más poético que científico, anomalía gloriosa de la industria nacional, el otro cine español (Victor Esquirol, Filmaffinity); cine contempleativo pero no redundante (Javier Ocaña, diario El País'); deslumbrante (Luís Martínez, Diario 'El Mundo'); pseudodocumental preñado de matices (Quim Casas, Diario 'El Periódico'); retrato hondo, conmovedor y empático de la vida diaría de la Cataluña profunda (Carlos F.Heredero, Caimán); maravilla incendiaria (María Medina, El confidencial); mirada etnográfica y sensibilidad profunda (David Rooney, The Hollywood Reporter)...


Crítica:



Cuando hablamos de cine español, hemos de partir de un hecho dramático para este país: no hay una industria potente en ningún sector, y tampoco en las artes escénicas y visuales, lo que pone al cine español a los pies de los caballos, pendiente de subvenciones públicas y combatiendo, en muchas ocasiones con un clientelismo más fiel a quien tiene la sartén por el mango que los que dependen de grandes compañías, y que deja su huella en el contenido de las historias. Olivier Laxe nos sitúa ante un hecho dramático: los enormes incendios que asolan los montes de Galicia, una Comunidad a la que penetra un 'camión cisterna' a través de un puente elevado, que cruza valles míticos a los que da cierto misticismo la música que genera una atmósfera de un realismo mágico muy perturbador. Tan pronto como los créditos iniciales han atravesado la pantalla, unas funcionarias consultan los pliegos de una decisión judicial que informa de la libertad, sujeta a controles periódicos, de un  pirómano que regresa a su pueblo natal, a casa de su anciana madre, que vive muy modestamente, en una economía minifundista casi de subsistencia, con dos vacas, un becerro y un perro guardián. El hombre, oscuro y hosco,  evita la relación con sus 'veciños' con los que tendrá un severo conflicto cuando se produzca de nuevo la tragedia en la montaña gallega.

En ningún momento se informa de los motivos que llevaron a Amador Arias, un infeliz (así es definido por las funcionarias de justicia) que vive con su anciana madre en un bosque lleno de espinoso monte bajo, que jamás se limpia,  árboles enfermos y espacios acotados con somieres de hierro que hacen las funciones de verja pedestre que aísla los 'prados' donde pastan las vacas, que se atascan en los ríos; una casa primitiva con cocinas antiguas en la que se hace la comida y se calienta el pan, y en la que el hombre parece sufrir la naturaleza más como enemiga que como el locus amoenus del poeta de inspiración malickiana. De nuevo se presente esta gran tragedia como enfrentamiento entre miserables vecinos, algunos de los cuales construyen casas con el objetivo de convertirlas en albergues rurales para turistas que les darán las ganancias suficientes para pasar el invierno, y que acaban devorando las llamas. Como ha ocurrido con 'la trinchera infinita', Olivier Laxe no se adentra en las causas de esta miseria que empuja a los hombres a cometer actos delictivos, como el que protagoniza Amador, y no parece tener la intención de denunciar la grave situación de unos incendios provocados que han amenazado grandes ciudades como Vigo,  sin embargo, si aborda de forma subliminal y silenciosa, como para no molestar a nadie, qué hay detrás de estas desgracias, mediante una potente metonimia construida con las imágenes del bosque en llamas, en la que una enorme máquina corta los árboles quemados para vender la madera a la industria, que no puede pertenecer a un miserable como el recién excarcelado, un mastodonte de hierro que se erige por contigüidad en una figura retórica que representa a los grandes inversores que hay detrás de la actividad de esta cosechadora infernal, dirigida por intereses espurios, cuyo trabajo viene después de quien derrama litros de Queroseno para facilitar su tarea. Así pues, el trabajo de Oliver Laxe no sólo es, junto al de unos pocos realizadores españoles que compitieron por los premios Goya, el mejor, sino también el más poético, el que hace un retrato duro de un pueblo que ha sufrido la muerte de los suyos en la montaña y en el mar, y al que la dureza de la vida ha empujado a emigrar, cuando ni ellos ni sus familias sabía ni escribir. Ahora, muchas cosas han cambiado, pero sigue vivo un minifundio insostenible y una economía de subsistencia, en la que la anciana madre del pirómano debe subir y bajar, a una edad muy avanzada, por inclinadas pendientes, llevando consigo a unas vacas viejas y enfermas, y guarecerse en grande huecos de los árboles cuando llueve, algo que, en Galicia, se produce con mucha frecuencia. Una historia que tiene poco de idílica y mucho de terrible.










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