El abuelo que saltó por la ventana y se largó. Una nueva visión del film







PENSAR NO SIRVE DE NADA, LAS COSAS SON COMO SON Y PASARÁ LO QUE TENGA QUE PASAR.


Ficha técnica,sinopsis, comentario (Pinchad aquí)



Sinopsis:


Allan Karlsson acaba de cumplir 100 años y decide ser dueño de sí mismo, desenvolverse en total libertad y no hacer nada de lo que espera de una persona de su edad; armado con su mejor traje y con pantuflas saltó por la ventana de la residencia donde lo había retirado la sociedad y deja plantados al alcalde, la prensa local y los rectores de la institución el día de su cumpleaños.. Durante su larga vida, le han pasado muchas cosas y ha conocido a mucha gente; presume de haber conocido, a lo largo de su dilatada vida, a personas de todo tipo, como, por ejemplo, Franco, Churchill, Stalin o incluso a la mujer de Mao, con la que estableció una comprometedora amistad, y ahora no quiere renunciar a vivir su propia aventura. Por si eso no fuese suficiente, también participó en la creación de la bomba atómica, ayudando a Oppenheimer a elaborarla, trabajó como agente de la CIA, y realizó otras muchas actividades peligrosas que hicieron de su vida toda una aventura. Por todo eso, no piensa conformarse con la vida que se supone que debe tener ahora, debido a su avanzada edad se escapa de la residencia de ancianos donde vive el día de su cumpleaños, como hemos dicho. No tiene ningún plan en mente, pero sí que tiene clara una cosa: va a hacer lo que le apetece, no lo que le digan, lo que ignora es que va a vivir la mayor aventura de su vida y se va a ver enrolado en auténticos problemas con la mafia, alterando la vida del país entero. Hay que poner un poco de sal al condimento.


Actualización del comentario:


El 24 de mayo de 2014, cuando este film era tan solo un anuncio, hacíamos una reflexión que hoy quizá debamos matizar. Lo que entonces nos podía sorprender, nos invitaba a hacer comentarios, que en ese momento parecían profundos, y hoy pueden sentirse como superficiales,  (¡bendita superficialidad, que nos hace disfrutar con esas pequeñas cosas de que habla Juan Manuel Serrat!) nos acerca al pensamiento de Felix Herngren , el director, actor, periodista y escritor sueco que en 2013 hizo esta película, con tan solo 15 millones de euros, basado en una novela homónima  acerca de un hombre que saltó por la ventana y escapó de ese lugar horrible en el que lo habían confinado sus familiares (entonces el palabro no significaba gran cosa), un geriátrico, simplemente porque era un anciano que vivía solo y había roto las reglas de la buena costumbre cuando un zorro mató a su gato,al que había bautizado con el nombre de Molotov; en aquel momento, la próspera sociedad sueca tenía una población más envejecida que la nuestra y el trato a sus mayores era un prioridad del gobierno. Hoy el mundo contempla horrorizado que estas instituciones son una trampa mortal, en la que el hombre no es dueño ni siquiera de su destino, ni es libre para decidir dónde y cómo quiere morir. Tan sólo han pasado seis años,y un virus que viaja por todo el mundo, el COVID-19, ha cambiado no solo el modo de producción, como ocurriera en el siglo XV con la peste negra, que dejó tal huella que allanó el terreno para las revoluciones burguesas, sino toda una concepción de nuestro modo de vida. Allan no se conformó, y atravesando un cementerio, unas losas que le recordaban constantemente que era mortal, se escapó de estas 'residencias-sociales-no medicalizadas' que la sociedad del bienestar había construido para olvidarse de que, como dice Gil de Viedma, cuando uno se hace mayor entiende que 'envejecer y morir es el único argumento de la obra'. En su huida se encuentra con un adolescente que huye de él horrorizado (qué significado tan diferente se deriva de cualquier imagen en un periodo tan breve de tiempo), ante un hombre que no quiere ver su fotografía en la prensa por el simple hecho de cumplir 100 años. 'Muchos me han gritado en esta vida, - se oye decir a su voz en off -, desde jefes de estación hasta dictadores', piensa el hijo de un malthusiano; cualquier fotograma contribuye a dar instrumentos al espectador para que reconstruya la personalidad de un viejo centenario que, desde niño se aficionó a la pólvora, una práctica que dio con él en un sanatorio mental,; un personaje que ya  hombre se hizo músico y vivió una vida que no merecía el broche final que le habían preparado. Incluso tuvo afrontar un veredicto salvaje de un doctor maligno que le extirpó sus genes negros¿? que se revelaban en sus rasgos violentos y su conducta violenta, que confirmaba 'científicamente' la herencia biológica de un padre, fusilado por revolucionario.

La sensibilidad respecto al film en 2013.


En 2014 había  poca información sobre un film que se estrenaba el 11 de julio, pero me gustaría reseñar que en un momento en el que los sectores más concienciados y comprometidos de la sociedad, que se están sensibilizando acerca del maltrato que sufren hombres y mujeres a causa de su edad, Felix Herngren llama a su protagonista, Allan Karlsson, 'un hombre de cien años', del mismo modo que ciertas tiendas de ropa  para mayores de  los grandes almacenes, reciben el nombre de 'persona'. Aquí preferimos llamarlo 'abuelo', poniendo el acento en la edad del individuo, que por esta sencilla razón es menos 'individuo' que los demás hombres, y se le designa con el nombre del grupo al que pertenece, igual que se habla de mujeres, adolescentes, jóvenes cuando se les trata como una categoría no como seres humanos individuales. Alguien dirá que el calificativo 'abuelo' es cariñoso; como seguramente es amable y 'educado' ayudar a una señora a ponerse el abrigo, cederle el paso, o retirar su silla con deferencia, y que quien ha vivido en ciertos ámbitos no puede entender por qué molesta a otras personas llevar siempre colgada una etiqueta que la asocia a un grupo y soportar gestos y actitudes que les recuerden constantemente su condición, generalmente inferior socialmente. Hace ya algún tiempo que sectores preocupados por el sufrimiento de los demás comenzaron a prestar atención a los ancianos, con frecuencia tildados de 'viejos' o 'abuelos', aunque no lo sean, atendiendo exclusivamente a su edad. (¿Quién era capaz de adivinar lo que se avecinaba?).

Allan, como tantos y tantos hombres y mujeres que han abandonado la vida activa, al menos la remunerada, quieren seguir viviendo como individuos libres, asociarse con gentes de todas las edades, hacer lo que sus fuerzas todavía le permitan, y eso es lo que quiere llevar a la pantalla Felix Herngren, que eligió para su  película al protagonista de la novela homónima de Jonas Jonasson, un autor desconocido, cuya obra se ha convertido en un betseller en muy poco tiempo, gracias al boca a boca de los lectores,   un hombre que no piensa renunciar al placer de seguir y sentirse vivo. Begoña Piña publica en el Diario Público un extenso artículo sobre este film, que supone una denuncia a los sistemas económicos del norte de Europa que se consideran tan eficientes, y que título  'La gran mentira sueca, a través de las gamberradas de un centenario." Su protagonista, Robert Gustafsson (Allan Karlson), denuncia la falsedad del sueño occidental, basándose en la novela homónima de Jonas Jonasson.


La película la podéis ver en Filmin.


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