Startup. Oh Choong-hwan. Crítica

 




UN HOMBRE QUE TEJE, UNA FORMA DE REDUCIR EL IMPACTO DE LOS ESCOMBROS QUE GENERA LA INCERTIDUMBRE EN EL CEREBRO.


Ficha técnica, intérpretes, sinopsis, lo que se dice. (Pinchad aquí)


CRÍTICA:


La plataforma Netflix nos ha abierto, a diferencia de otras que recurren a fondos y nuevas producciones propias, nuevas ventanas al mundo, en especial a una de las potencias emergentes, Corea del Sur, campeona en el Informe PISA (Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes), y que está asimilando la cultura occidental, como en otros tiempos hiciera Roma con Grecia. Sus personajes masculinos, sus ídolos por excelencia, son hombres que ya han realizado el viaje de la equiparación con las mujeres, tanto en los roles domésticos y laborales, como en el cuidado de la apariencia física (Mens sana in corpore sano; los trajes nos sientan bien...); lloran, tejen, sufren los golpes, se adornan con collares de perlas (grupo musical BTS) y no dudan en basar sus obras, sus discursos didácticos, que nos avanzan cómo será el nuevo mundo que se está generando, en grandes hitos literarios de Occidente. En esta ocasión Oh Choong-hwan crea un personaje, Han Ji Pyung, interpretado por Kim Suun-ho, que emula a Cyrano de Bergerac, poeta y dramaturgo francés, coetáneo de Boileau y Molière,  conocido especialmente por el personaje basado en él, creado por Edmon Rostand en una obra homónima adaptada al teatro, la ópera y el cine, un hombre culto que entregó sus poemas a otros, pero acabó enamorándose de la destinataria de sus escritos, convertido en un CEO que intenta manipular a quien ha inducido al amor por intereses personales, lo que lo convierte en un manipulador.

El nuevo mundo está siendo recibido de forma muy superficial, porque mucho jóvenes ven una ventaja en el hecho de trabajar en casa, sin medir las consecuencias. De hecho el padre de la protagonista, Seo Dal-mi, interpretada por Bae Suzy, cantante, actriz, modelos y presentadora de televisión surcoreana, se prepara para un futuro que le será negado; muchos pasan por alto algo en lo que inciden estas serie: la lucha por el éxito es tan voraz, especialmente en estas pequeñas empresas emergentes, pero también en otras grandes consolidadas, que en este país, y en otros de su entorno, existe centros de prevención del suicidio. En una sociedad que avanza a pasos agigantados, conviven el pasado y el futuro: Seo Dal-mi, tras el divorcio de sus padres, es educada por su abuela paterna, que se gana la vida vendiendo comida en un vehículo ambulante; su educación es exquisita, a pesar de la modestia de la educadora, que anima a la nieta designándola como una flor cosmos, que tras el otoño florecerá de forma esplendorosa. Una mujer empática, dulce y generosa que se ganará el cariño, el respeto y la dependencia emocional de un joven huérfano que, merced a su esfuerzo e inteligencia, se convertirá en un espléndido ejecutivo. Un triunfo de valores humanos con todas las de la ley.

Estas películas no suponen el triunfo de la acción y la improvisación, propias de la idiosincrasia norteamericana, sino de la reflexión, de la cámara lenta para provocar sensaciones, que derivan en emociones y sentimientos,  una resonancia manieristas de carácter sinecdótico acerca de la meditación cargada de poesía. La protagonista tiene una caja de música que no se ha atrevido a abrir nunca, y se plantea: "¿Qué pasa si abro la caja y no me gusta la melodía? Por miedos tontos como esos jamás la abrí. Do-San, tú eres mi linda caja musical." A continuación su amado, Do-san, es visto a través de un cristal, encerrado como la música de la cajista o pedaleando en su bicicleta, en un plano detalle que enfoca sus movimientos a cámara lenta, o los pasos que se dirigen hacia un destino que no conoce. Esta es la mayor diferencia de quien absorbe influencias y las adapta a su cultura con su fuente de inspiración. Esta historia romántica se inscribe en un background pragmático, didáctico, e incluso, si se quiere propagandístico (aunque es imposible presentar una sociedad poco desarrollada como líder mundial del progreso, excepto en la ciencia-ficción), en el que nos enteramos de las ayudas que reciben estas pequeñas empresas del gobierno, negocios emergentes que se manifiestan en todo su esplendo en eventos de Networking Party, en el que se intenta captar desarrolladores a los que se financia durante unos meses para que den cuenta de su capacidad para triunfar en la nueva era tecnológica, cuyo dios es Bill Gates (de momento). Un cine que nos sitúa en el futuro, como el norteamericano levanto acta de la muerte de lavieja normalidad a partir de la crisis que provocó Lehman Brothers en 2008,  en la que los que podían defraudaban, contaminaban y calentaban la Tierra con sus inventos. Muy interesante.


El traje suele quedar bien, es fácil ir guapo

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