Itaewon Class. Kim Sung-yoon. Críticas.

 

Ficha técnica, intérpretes, sinopsis, lo que se dice (Pinchad aquí).

Crítica:

Kim Sung-yoon realiza en Itaewon Class un film importante, inmerso en el modelo de la serie surcoreana, llena de malentendidos y contrariedades que, en ocasiones, generan una tensión casi insoportable; concretamente en esta serie, en la que el romance, a pesar de tener menos presencia y regirse por otros impulsos diferentes al del amor fú, se acerca más a cierto sentido de la justicia poética; el drama romántico, combinado con otros géneros, es una opción muy interesante para incrementar la vena poética de relatos muy políticos que se adentran en el terreno del cinema verité que representó un papel importante en la Nouvelle Vague francesa en un momento en que Europa estaba convulsionada a causa de la revolución de 1968, que ha dejado cicatrices más profundas de lo que nadie imaginaba en el momento. El siglo XX y XXI se ha iniciado con mal pie y estamos atravesando la crisis global, tanto sanitaria como económica, que no está teniendo las consecuencias graves que se pudieran auspiciar porque los gobiernos socialdemócratas están rescatando el estado del bienestar, con pequeños enclaves (pequeños a nivel global) trumpistas y populistas, que apenas advierten cómo se están gestando y engrandeciendo las economías emergentes de Oriente, y concretamente Corea del Sur.

El background del film es la lucha entre el poder, la humillación del débil, la rebeldía y la venganza sin cuartel, que dará pie a las imágenes más potentes del relato, ubicado en un teatro de operaciones muy interesantes, el barrio más populoso de Séul, Itaewon, en el que conviven los grandes conglomerados, muy firmes y poderosos, desde los que se soborna, se corrompe, se destruye al adversario, en complicidad con los que debieran estar al servicio de la ley, tanto en medios de la justicia como de las fuerzas del orden, y los que comienzan a gestar un capitalismo heroico, más participativo y humano, que montan un pequeño y modesto local, DANBAN, el origen de la que acabará como compañía dominante, Itaewon Clas (IC, SA), que emprenderá un duro camino, nucleado por el sentimiento de derrotar al enemigo, siempre presente en pantalla, representado por el cabello rapado, los pantalones de camuflaje y las botas militares de Park Sae-royi (Park Seon-joon), junto con todos aquellos que ha ido conociendo en su dura travesía por prisiones y el desempeño de los trabajos más duros, en el mar y la construcción, que le han dejado profundas cicatrices: ex-convictos, huérfanos africanos, transexuales y centennials de clase media y alta, unos marginados por ser bastardos y otros inmersos de lleno en las redes sociales. Un film poderoso e interesante que concluye con el duelo de dos titanes, separados por su idiosincrasia, sus intereses y su edad, abarcando desde quien todavía es menor de edad ( alrededor de 20 años en Corea) hasta quien está a punto de concluir su vida.