Facultad de derecho. Ficha de identificación y crítica.

 

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TRUTH AND JUSTICE ONLY BY LAW: "NO ES QUE NO RESPETE LA SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO, ES QUE DUDO DE ELLA." Yang Jon. UNA REALIDAD QUE HACE QUE MUCHOS SE PLANTEEN SI MONTESQUIEU HA MUERTO.

Ficha de identificación:

Título original: Law School (Serie TV)

País: Corea del Sur

Año: 2021

Duración: Temporada 1; episodios 16; duración 60 minutos aproxim.

Género: drama judicial

Equipo técnico-artístico:

Dirección: Kim Suk-yoon (Detective K, 2011 y 2015)

Guion: Seo In

Dirección de Fotografía: 

Música:

Compañías productoras: JTBC Studios; distribución: JTBC y Netflix

Elenco:

Kim Myeong-min:  Yang Jon    (Monstrum)

Ryo Hye-yeongRyoo Hye-young

Kim Bum: Han Joon.hwi, (Boys over Flowers),

Lee Da-wit: Seo Ji-ho,

Lee Jung-eun : Kim Eun.sook,

Go Youn-jung: Jeon Ye-seul,

Park My-hyun: Han Hye-gyeong,

Ryu Hye-young: Kang Sol,

...

Sinopsis:

Cuenta las luchas de los estudiantes de derecho que crecen y comienzan a entender el significado de conceptos como ley y justicia a través de la pasión y el desafío más feroces que el hombre puede mostrar, cuando ocurre un terrible incidente en su prestigiosa escuela un duro profesor de derecho y sus ambiciosos estudiantes ponen a prueba la justicia a través de la ley.

Lo que se dice:

Sólo la página norteamericana Imdb ofrece una valoración cuantitativa, 8,2, basada en el voto de 1,000 usuarios. Joel Keller (Decider) augura, según lo visto en el primer episodio, pronostica una buena serie.

Crítica:

Facultad de derecho es una serie que profundiza en un tema capital para las democracias sin apellido que imperan en Occidente, y es la de si Montesquieu ha muerto como consecuencia de la incompatibilidad evidente entre el ser y el deber ser. A diferencia de los poderes legislativo y judicial, elegidos por sufragio universal, con independencia de las formas que adopten los diferentes sistemas, el tercer poder, que decide sobre el destino de los hombres, mediante sentencias que emiten los diferentes jueces de un país, son funcionarios de carrera, por mucho que haya tribunales superiores, elegidos por los diferentes consejos generales del poder judicial, la mayor parte de ellos también  funcionarios de carrera nunca elegidos por el pueblo, están mostrando su debilidad, cuando sus costuras se rompen a costa de una pandemia que muchos políticos utilizan en beneficio propio.

Kim Suk-yoon da un paso más, y en con una política cinematográfica de cinéma vérité, pone al descubierto, sobre la mesa, las luchas por controlar las instituciones del poder judicial por miembros de algunos partidos políticos en beneficio personal del que prevarica y amenaza a sus trabajadores dependientes, desde abogados y fiscales a funcionarios modestos, hasta el extremo de que ningún abogado del país decide actuar, ni siquiera de oficio, en contra de los intereses individuales de estos personajes. Para contar esta historia, ubica los hechos delictivos en una Universidad privada de élite surcoreana; el protagonista, un profesor de derecho penal, acusado de asesinato, irá revolviendo cada batalla que se plantee en el seno  de los tribunales, implicando a sus alumnos en la enseñanza de las normas deontológicas que un buen profesional jamás debe vulnerar (el propio presidente del tribunal le recuerda que no está dando una clase, sino defendiéndose), por mucho que en un primer momento y analizados de forma superficial ciertos testimonios parezcan favorecerle. Un film didáctico, con muchas subtramas que se van cruzando unas con otras y mostrando un decrépito y decadente mundo judicial en cuya seno se producen luchas encarnizadas con resultados que vulneran estrepitosamente la ley. De ahí el lema que preside la serie y la buena nota que ha merecido para los críticos y el público norteamericano el esfuerzo hercúleo que está llevando a cabo el cine coreano en tiempos de pandemia.