Señorita Panda y Señor Erizo. Crítica.
UN RETRATO QUE PARECE INSPIRADO EN HARTUNG DE LAS CULPAS QUE EMBORRONAN EN ALMA COREANA EN LA QUE PARECE SER LA OPERA PRIMA DE LEE MIN-CHUL.
Crítica:
Cuando críticos profesionales y espectadores coinciden en valorar de forma excelente o demoler una obra cualquiera, película o serie, suelen acertar, pero cundo se sitúan en un terreno impreciso, con valoraciones entre un 5,5 y un 5,6. hay lugar para las interpretaciones. El realizador contó con dos idols surcoreanos para protagonizar esta serie: Lee Dong-hae, muy creíble en su papel, y Choi Jin-hyuk, que han completado su carrera de modelos, cantantes y actores, acompañados en un triángulo amoroso por la joven Yoon Seun Ah, Licenciada en arte y actriz, que comenzó su carrera participando en vídeos musicales.
Lee in-Chul deja de lado todo tipo de cinismo par abordar una cuestión que atormenta a un pueblo que ha sufrido varias invasiones y una guerra fratricida: la gran cantidad de huérfanos que han pasado los primeros años de su vida sin el calor de una familia, una circunstancia que deja impronta, una terrible huella: estos niños nunca hablan de padres o madres entre ellos, para evitar el dolor o la humillación que esta carencia les produce, y cundo se corta el nudo gordiano y por fin conocen a sus progenitores, algunos prefieren mantener el nombre que los ha identificado en su más o menos corta vida de marginación. Son raras las series coreanas en las que uno de los personajes, principales o secundarios, vive, como mínimo, en el seno de una familia monoparental, como ocurre con Choi Won-il, el hijo de la propietaria de una importante empresa de pasteles, educado en Estados Unidos; junto a él, Go Seung-ji, interpretado magníficamente por Lee Dong.hae (conocido artísticamente por Donghae), representa el papel del más desafortunado de estos niños desamparados, que ha pasado por todas las fases negativas del desvalimiento y el abandono, incluida la participación en actividades delictivas, el encierro en un correccional y las dificultades de reinserción, a pesar de su esfuerzo por integrarse en la sociedad, convertido en un notable maestro pastelero durante su encierro.
A las circunstancias históricas que han fustigado a este pueblo, cuya guerra civil se internacionalizó y su suelo se convirtió en un teatro de operaciones bélicas de diferentes países, apoyando a uno u otro de los contendientes, y de ensayo de nuevas armas, se une la coexistencia de dos almas (algo usual en todos los países) coreanas: la más conservadora, que estigmatiza a las madres solteras, que, como consecuencia, abandonan a sus bebé para no sufrir la discriminación, aun a sabiendas de que la mayor parte de los niños salían del país, especialmente desde 1953, cuando terminó la guerra que dejó dos Coreas, adoptados en tierras lejanas y extrañas; este tema está magistralmente tratado en 'El cielo te está esperando' / Move to Heaven, de Kim Sung-ho (2021). Frente a estos sectores ultramontanos, los coreanos actuales luchan por el regreso de estos niños, que consideran necesario para convertir esa vergüenza nacional en la reconciliación de su pueblo (miabogadoenlínea.net. Adoptada coreana en proceso de obtener el reconocimiento de paternidad. Bárbara Armeros, 4 de junio de 2020).
Directores artísticos, decoradores, y encargados del vestuario y la peluquería han sabido crear un contexto en el que se desenvuelve como pez en el agua Donghae, un chico tierno pero duro, alegre pero con una sombra en su mirada, necesitado de amar pero temeroso de que le hagan daño, generoso y en búsqueda de una aceptación que la sociedad le niega. Este chico se mueve entre una clase de pequeños empresarios, de la que emergen otros más poderosos en proceso de crecimiento y orígenes más oscuros, que envían a sus hijos a Estados Unidos a formarse para ponerse al frente de sus negocios y expansionarlos, pero que necesariamente no conocen los productos que fabrican sus progenitores, como ocurre con Choi Won-il. Una serie interesante, bien escrita e interpretada, que nos informa un poco más acerca de la industria cinematográfica del país, como punta de lanza de su economía, que los mandatarios vigilan muy de cerca (recientemente el Presidente de Corea del Sur realizó su primera visita pospandémica a España, coincidiendo con la realización del MWC, Mobile World Congress de Barcelona, atento al stand que ocupaba más metros de la sede del congreso), y que no defrauda en la elección del joven que la protagoniza. Llama la atención el vestuario de las chicas, formado generalmente por faldas muy cortas y shorts de las formas más variadas, aunque similares a los que llevan las centennials de nuestras latitudes, a pesar de estar realizada en 2012.
Se deja ver bastante bien e incide en un tema recurrente en el cine surcoreano, advirtiendo al espectador avisado acerca de una de las cuestiones que forman parte de las aspiraciones de un pueblo situado en la avanzadilla de la revolución tecnológica, y que en 'Señorita Panda y Sr. Erizo' se erige en la trama principal, quedando el romance en segundo plano. La evolución de la aceptación de Erizo de las sensaciones y los sentimientos que más teme, su tormento que expresa de forma inequívoca su rostro en cada ocasión, desde el principio de la historia hasta el último minuto de la narración, constituyen el máximo atractivo de una serie que tiene la duración justa.
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