Fue la mano de Dios. Paolo Sorrentino. Ficha de identificación y crítica.

 


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YO HICE LO QUE PUDE. CREO QUE TAN MAL NO ME FUE (Diego Armando Maradona, el mejor futbolista de todos los tiempos).


NO E STOY LOCO, SOY JOVEN. SIN CONFLICTO NO SE PROGRESA,  ADVIERTE A FABRIO EL CINEASTA MADURO, SOLO HAY SEXO QUE NO VALE PARA NADA, QUIEN NO ES VALIENTE NO SE ACUESTA CON MUJERES GUAPAS. (Capuano, realizador en la diégesis)


Ficha de identificación:


Título original: É stata la mano di Dio
País: Itañia
Año: 2021
Duración: 130 minutos

Equipo técnico-artístico:

Guión y dirección:Paolo Sorrentino

Dirección de Fotografía: Daria D¡Antonio

Casting: Annamaria Sambucco, U.J.C-D., Massimo Appolloni, U.J.C.D.

Montaje: Cristiano Travaglioli, A.M.C.

Escenografía: Carmine Guarino

Director artístico: Saverio Sammali

Atrezzo: Iole Autero

Coordinador de COVID-19:  Valentina Leuti


Vestuario: Mariano Tufano


Productores: Lorenzo Meli, p.g.a., Paolo Sorrentino, p.g.a.

Productores ejecutivos; Elena Recchia, Genaro Formisano, Riccardo Neri

Compañías productoras: Netflix, The Apartment


Reparto: 


Filippo Scotti: Fabieto Schisa

Toni Servilio: Saverio Schisa

Teresa Saponangelo; Maria Schisa

Marlon Joubert: Marchino Schisa

Luisa Ranieri: Patricia

Renato Carpentieri: Alfredo

Massimiliano Gallo: Franco

Betti Pedrazzi: Baronesa Focale

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Sinopsis:


Nápoles, años 89. Mientras el joven Fabietto demuestra su afición por eñ fútbol, una tragedia familiar da forma a su futuro incierto, aunque prometedor, como cineasta.


Premios cosechados en 2021:


  • Nominada a Mejor Película de Habla no Inglesa por los Globos de Oro
  • Gran Premio del Jurado y Mejor Actor Emergente en el Festival de Venecia
  • Nominada a Mejor Film, Dirección y Guión en los Premios del Cine Europeo
  • Nominada a Mejor Película de Habla no Inglesa por los Critics Choice Awards
  • Nominada a Mejor Película de Habla no Inglesa por los Satellite Awards


Lo que se dice:


El film ha sido celebrado por la crítica, como evidencian las notas medias de la página española Filmaffinity, que le otorga una nota media de 7,7, de acuerdo con la valoración de 3672 usuarios (una cifra que irá cambiando a medida que se sumen lectores. Imdb rebaja un poco el entusiasmo, -media de 7,5, basada en el voto de más de 9,000 lectores).

Los argumentos que dan los críticos se centran, casi todos ellos, en la influencia de Fellini en esta película, al parecer biográfica, que desvela la dosis de dolor que debe acompañar a cualquier obra en la que el autor ponga algo de sí mismo. El argumento de que el joven protagonista (el alter ego de Sorrentino), al desintegrarse su familia,  rechazaba la vida como la había vivido hasta ese momento, no es suficiente para alumbrar a un genio, por mucho que busque desesperadamente una vida imaginaria lo más cercana a aquella de la que había disfrutado. La realidad ya no me gusta, afirma, por eso quiero hacer cine. Pero su interlocutor, un cineasta curtido,  le va derribando todos los parapetos tras los que se esconde con el único objetivo de salvaguardar su esperanza. "Para hacer cine hay que tener huevos",  le dice, se necesita un dolor "; el joven no tiene ese dolor, tiene esperanzas, y la esperanza lleva a hacer películas de consuelo, por lo que a la postre es una trampa; la familia, la creatividad...son falsos mitos que no valen una mierda. ¿Es éste el acicate que el joven necesita, al igual que lo necesitaba el adormecido realizador, protagonista de Fellini 8 1/2? La diferencia es que el personaje de Fellini era un triunfador en horas bajas, mientras el de Sorrentino es un amateur que busca la solución a su vacío existencial en un universo alternativo, y termina haciendo lo que él había proyectado y el director de cine le había desaconsejado: huye de Nápoles, de sus ambientes sórdidos, en los que cabe un felliniano niño-monje y una ninfómana esquizofrénica. No parece impresionar al viejo realizador el que el joven de 18 años haya perdido a sus padres en un accidente.

Pero en su forma de mirar a las familias extensas italianas, promiscuas y escandalosas, que van construyendo esa teología carnal de que habla Luís Martínez (diario El Mundo), que se aproxima más al neorrealismo felliniano y a lo que el crítico llama teología carnal, pone en su objetivo gentes que, sin salir de sus miserias adoran a un Dios, Diego Armando Maradona, la mano de Dios que metió un gol (con la mano) a Inglaterra en la Olimpiada de México. Una exhibición, un paseo por las vías sacras de Nápoles que abre y cierra el film, define el actual pan y circo italiano, que en su momento atrapó a Sorrentino. Me parece ridículo que se considere que un cineasta no es un autor porque habla en tercera persona, como así le han hecho creer algunos creadores de opinión a Sorrentino, un director que, como el propio Fellini ha creado un lenguaje cinematográfico propio. que no se puede atribuir a ningún otro y que deja al desnudo el modo de ser y estar en el mundo de la 'Grande Italia', que canta a Rafaella Carrá en azoteas de lujo, mientras los turistas pierden el sentido, afectados por el Síndrome de Stendhal, ante unos vestigios del antiguo esplendor romano que los actuales Boni, los Optimates de hoy, los hombres honrados de Shakespeare,  han desacralizado . Magnífica toma en 'La Gran Belleza', que sitúa en el mismo eje un exprimidor de naranjas y limones y la cúpula de San Pedro, una metonimia hilarante que señala con el dedo a quien pasa diariamente ante el Vaticano y ni le presta atención.

Su lenguaje iconoclasta destruye la imagen de los 'Craso' actuales, los que se han hecho ricos robando y cometiendo todo tipo de tropelías, y la presencia de bandas sonoras muy provocativas, en cualquiera de sus películas o series como las del joven y viejo Papa, denuncian como pocas los excesos de las clases altas, llegando incluso a la blasfemia (Imagen del joven Papa, interpretado por Jude Law , socorrido por la Piedad de Miguel Ángel del Vaticano). Paolo Sorrentino es único; guste más o menos, pero te llega, como llega Quentin Tarantino, al que le costó ser respetado. Ahora vuelve su mirada a una historia íntima que, quizá, necesitaba contar, y tiene que sumergirse en la sociedad italiana de finales de la década de los 80, cuando tanto el surrealismo como el neorrealismo de Fellini, y aquel en que militaban los maestros Rosellini, Sica o Visconti, ya estaba superado, pero eso no lo hace más autor, ni más carnal. Es destacable el desvirgamiento del joven (muy joven) por una anciana, (una baronesa sofisticada, depauperada y en decadencia),  que le pide que le haga el amor nombrando a la chica que quiere. Pero Paolo Sorrentino volverá a ser el cineasta que logró ser y por el que es conocido y admirado, que ha dejado el legado de una mirada sobre la corrupción de los Boni de hoy que ha circulado por todo el orbe. Hay quien entiende esto y afirma que, al lanzarse a esta aventura, "ha renunciado a la red de protección de su cine habitual "(Tommaso Kooch, diario 'El País). No puedo estar más de acuerdo. 

Otros inciden en lo obvio (Oti Rodríguez Marchante.. diario ABC) , en la vuelta de Sorrentino a un lenguaje sencillo, con una puesta en escena más o menos calmada, en la que no faltan esos toque carnales de que habla Luís Martínez (pecho descubierto, muy llamativo de la tía ninfómana, niño-monje, vieja que desvirga jóvenes...), y las fiestas de familias extensas que acaban en el esperpento más absoluto. Todo acorde con la evolución del sine italiano," sin poso de oscuridad, ambigüedad, profundidad y autoría, que asocia con barroquismo de anteriores obras del cineasta", olvidando que estamos llegando al final del primer cuarto del siglo XXI, y la historia se ubica en la década de los 90 del XX. ¡Qué le vamos a hacer! Sorrentino es italiano, se crio en Italia, y en Nápoles, donde gran parte de sus potenciales amigos eran contrabandistas (las naves que corren más de 200 km. hora hacen Puf!...Puf!...Puf!, dice uno de estos conocidos muy violento), y quería escapar de ese contexto, y no hacer el cine que hace Matteo Garrone. Este es el tono de la crítica, por otro lado muy predecible...

Si el quid de la cuestión es si me ha gustado el film, la respuesta es sí. Si me ha gustado más que el cine que hace habitualmente Sorrentino, la respuesta es diferente: No. A mí me gusta el músculo, la potencia, el uso de que hace de los instrumentos a su alcance, que lo convierten en lo que es: Paolo Sorrentino.


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