En la Toscana. Mehdi Avaz- Ficha de identificación y crítica.

 


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y/o las compañías productoras y distribuidoras

Se añade el cartel para facilitar el reconocimiento del film


UNA FEEL GOOD MOVIE SUECA, A LA QUE NO LE FALTA ESA MUECA DE DISCONFORMIDAD NÓRDICA


Ficha de identificación: 


Ficha técnico-artística:


Título original: Toscana

País: Suecia

Año: 2022

Duración: 90 minutos


Director: Mehdi Avaz

Guion: Mehdi Avaz, basado en una historia de Mehdi Avaz y y Nikolaj Sherfig

Casting: Kimmie Norbif

Dirección de fotografía: Michael Sauer Christensen

Música: Thomas Volmer Schulz

Edición: Anders Hoffman, Niels Ostenfeld


Productores: Mehdi Avaz y Puk Lodhal

Productores ejecutivos: Helle Andreasen, Christoffer Jindyl, Anders Mathessen, Cemille Mathessen, Jens Saggard

Compañía productora: Rocket Road Pictures, SF Studios; distribución: Netflix



Reparto:


Cristiana Dell'Anna: Sophia
Laerke Whinther: Merle
Andres Mathhesen: Theo
Andrea Bosca: Pino
Thue Ersted Rasmussen: Experto en construcción
Ghita Norby: Inge
Sebastian Jessen: Zeuten
Ari Alexander: Lai
Christopher: Svend
Christoffer Jindyl: Vincent



Sinopsis:


Un chef danés viaja a la Toscana a vender el negocio de su padre y conoce a una mujer que lo empuja a reconsiderar su actitud ante la vida y el amor.


Lo que se dice:


El film no ha sido muy bien valorado por la crítica, ni española, ni norteamericana. Filmaffinity  publica una nota media de 4,6, basada en el voto de 386 de sus lectores, una media que Imdb eleva algo más de 1 punto, situándola en un 5,7, de acuerdo con la valoración de 10 de sus usuarios, con un matiz importante que supone que, al menos, el título supera el aprobado. Curiosamente la película  se encuentra entre los 145 mejores films suecos, un matiz que no debemos pasar por alto porque refleja una actitud chauvinista del voto.

Kira Comerford escribe en la página Indie Ready Steady Cut una crítica que se puede tachar de buena, lo que no es extraño, ya que, salvando las distancias, En la Toscana nos cuenta una historia muy descontextualizada en la que la contención impide que las emociones se desaten en un film que nos habla de la Toscana, de un paraje maravilloso en el que se eleva un castillo que ha heredado el protagonista, y tiene como motivo dinamizador el buen comer, exquisitamente presentado.


Crítica del blog.


Estamos ya en la era tecnológica, quizá al principio del camino, pero los amantes del cine ya están experimentando los profundos cambios que se están produciendo en el cine y la televisión, que dejan muy atrás el debate que se produjo cuando apareció la pequeña pantalla que llevó a Umberto Eco a escribir 'Apocalípticos e integrados'. Todos los argumentos que entonces se esgrimieron han quedado obsoletos y la televisión se ha convertido en dominante de manera decisiva frente a la sala de proyecciones, sin posibilidad de vuelta atrás, imponiendo un nuevo formato: la serie que permite integrar todos las temporadas y episodios que los creadores y realizadores necesitan para dar forma a su relato, como ocurrió en los comienzos de la novela, que se vendía por fascículos semanales y que ayudaron a difundir obras como los de Victor Hugo, Alejandro Dumas y muchos otros. El cine, y no digamos ya las producciones más baratas, pero también las grandes, no puede competir ni en precio, ni en calidad, en un momento en que los dispositivos mejoran adecuadamente al ritmo de las nuevas tecnologías. La primera pandemia global ha contribuido a clavar la puntilla a la gran pantalla, pero no solo eso, sino que se ha producido un fenómeno que nadie esperaba, y como todo lo demás, de forma tan repentina que no da tiempo a los teóricos a reflexionar sobre lo que está pasando: colocar en el centro el cine  llamado de los márgenes por Luís E.Parés.

En mayo de 2018 escribí un post al que titule 'El cine de los márgenes', un concepto que ha dado trabajo y argumentos a muchos críticos que repartían justicia entre las obras que salían de la meca del Cine y las que se producían en un mundo periférico, países pobres y con pocos recursos (algún director ha realizado películas con su móvil), Entonces decíamos: "Cada vez con mayor frecuencia vamos a oír hablar de un cine que se hace fuera de los grandes circuitos comerciales, razón por la que algunos lo llaman pobre, periférico, de punto de vista, otro cine o una denominación que va consiguiendo cada vez mayor rendimiento y que defiende el historiador de cine Luís E. Parés, el cine de los márgenes, que se sirve de una metáfora que usa la carretera como imagen para ejemplificar que por donde circulan todos no pueden nacer las flores, que proliferan en los bordes, en los márgenes, donde nadie las pisotea."

Esta visión pertenece también al pasado, puesto que la plataforma que se ha erigido como dominante, Netflix, se abre a todas las naciones del globo (gracias a esta posibilidad algunos estamos conociendo el modo de hacer de países como Corea del Sur, India, Indonesia, Tailandia o cualquier otro país con independencia de la latitud geográfica y de los recursos disponibles), e incluso la citada plataforma está distribuyendo cine y series de acuerdo con las preferencias de sus clientes y financiando proyectos de más o menos calidad. Otras plataformas como Disney, Apple, HBO... hacen lo mismo, aunque basan su oferta fundamentalmente en los fondos o producciones propias (todo esto podría ser discutido, ya que estamos aprendiendo con la experiencia y sin poder apoyarnos en estudios académicos o realizados por agentes con autoridad). De pronto el cine de los márgenes se ha colocado en el centro y ha desplazado hacia los conglomerados televisivos lo que antes se denominaban productos blockbuster o mainstream, que siguen exhibiéndose en las salas mejor equipadas que quedan, para aquellos que quieren disfrutar de la gran pantalla y de un sonido que sólo ofrecen los cines convencionales, los de de toda la vida, que han frecuentado los espectadores desde sus orígenes, que seguirá siendo, de acuerdo con Noël Burch, el cine de los pobres pero-no-tanto.

La película que dirige Mehdi Avaz es, o quiere ser, una Feel Good Movie, pero a diferencia de Un viaje de 10 metros' de Lasse Hallström, 2014, no buscar despertar todos los sentidos, trasladar a su público todas las sensaciones que produce el comer bien, en un lugar  exquisitamente decorado, con platos artísticamente presentados, que hagan aflorar nuestras emociones, adobadas con un conflicto social, agravado por la cercanía de dos universos que colisionan en su intento de satisfacer a sus clientes y en el cine a su público. El director de En la Toscana  organiza todos los contenidos en torno a un subtexto oscuro, pero sobre todo confuso, un conflicto patriarcal entre una hijo, nacido de la pasión y un padre que compite con él en una saga de jefs importantes. Todas las pasiones están contenidas, muy a lo indie, pero mucho más opaco, con un final que, de acuerdo con el recorrido, tampoco desata pasiones. Podían haberla rodado en la Toscana o en cualquier parte; y si oscuro es el jef danés, no es diferente su partner femenina, que  se muestra siempre molesta y enfadado, llevando al público a una confusión que no se corresponde con lo que quiere contar. Dos o tres secuencias de la confección de un plato determinado no pueden competir  con la sensibilidad de otro sueco, Lasse Hallström, experto en revolver en las entrañas del espectador y soltar más de una lágrima. ¿Han ganado los indies la batalla final? De momento parece que las encuestas no les son demasiado favorables, especialmente si las comparamos con las obras que vomita cada día la Hallyu Wave. ¡¡¡Atención!!! Quizá la gente prefiera conocer otros mundos, sentir que querer a la gente es posible y que comer bien es algo que todos nos merecemos,



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