Secretos, mentiras, pasiones y jazz. Tyler Perry. Ficha de identificación y crítica.
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Ficha de identificación:
Título original: A Jazzman's Blues
País: Estados Unidos
Año; 2022
Duración: 127 minutos
Género: Drama, música
Dirección: Tyler Perry
Guion: Tyler Perry
Casting: Kin Coleman, Rhavynn Drummer
Dirección de Fotografía: Brett Pawlak
Música: Aaron ZigmanProductor: Tyler Perry
Edición: Maysie Hoy
Dirección artística: Travis Kerr
Diseño de Vestuario: Karyn Wagner
Jefe de Departamento de peluquería: Marietta Carter- Narcisse
Peluquería: Greg Cooper-Spencer
Productor: Tyler Perry
Diseño de producción: Sharon Busse
Compañías productoras: The Tyler Perry Company; distribuye Netflix
Reparto:
Joshua Boone: Bayou
Amirah Vann: Hattie Mae
Solea Pfeiffer: Leanne
Austin Scott: Willie Earl
Ryan Eggold: Ira
Milauna Jackson: Citsy
Brent Antonello: John Clayton
Brad Benedict: Sheriff Jackson
Kario Marcel: Johnathan Dupree
Lana Young: Ethel
SINOPSIS:
Una historia de amor prohibido y secretos familiares que abarca desde los años 40 a los 80 del siglo XX.
LOQUE SE DICE:
El film he asido recibido con cierta frialdad, quizá por su discurso indie que entiende que lo clásico se basa en la contención, hasta el extremo se mirar al protagonista, Bayou, como un hombre ya no débil, sino rozando el autismo, que en realidad no sé si es eso lo que se nos quiere transmitir, como veremos luego. De hecho la página española Filmaffinity le otorga una nota de 6,2, basada en tan solo 34 votos, que la norteamericana eleva un poco, 6,5, a pesar de emitir su veredicto en la valoración de 1,100 de sus usuarios.
Filmaffinity, como es habitual, publica una serie de reseñas breves de periodistas de varios países, y, en esta ocasión casi lo único que nos queda claro es que el film está basado en una película de Douglas Sirk Owen Gñeiberman), de la uq el director aspira a extraer algo nuevo (Ewen Gleinerman, Variety); una sinceridad que resulta profundamente sincera, aunque no siempre efectiva (Jordan Mintzer, The Hollywood Reporter): un culebrón de secretos impactantes ¿? (Katue Rife, IndieWire); Nunca es tan profunda como cree que es (...). Tampoco es terriblemente original Pero para Perry es un cambio enorme (Robert Danuels, The Paylist); Perry tiene mucho que aprender, a pesar del hermoso diseño de producción y la música maravillos (Amanda Guarragi, Ready Steady Cut).
CRÍTICA:
Es difícil valorar un film que nos transmite tanto desinterés y planitud como el actor que representa a Bayou, Joshua Boone, ignoramos si por exigencias del guion o por la inexpresividad que traslada el rostro del artista, al que no conocemos. No conocemos su trabajo, ni poco ni mucho (ha hecho dos películas con anterioridad, y otros trabajos relacionados con la imagen), pero es difícil saber si ha sido seleccionado por su hieratismo inexpresivo para representar al que prefiere que lo tomen por tondo en un medio hostil para él o para su gente, o si sus cualidades son innatas y se las reserva, o si es un talento en bruto que hay que descubrir. El relato está contextualizado en el tiempo de la segregación que siguió a la evolución de la abolición de la esclavitud, y todos sabemos que los afroamericanos no mejoraron su situación como esperaban, sino que siguieron sufriendo el apartheid, incluso en los establecimientos en los que cantaban y tocaban sus hermanos, lo que explica la persecución que sufrió Elvis Presley hasta el final de sus días por atreverse a tocar en locales para blancos música ' obscena' de los negros con los que había convivido y de los que había aprendido a cantar, tocar la guitarra y mover las caderas. También conocemos las actividades de grupos violentos como el Klu Klux Klan. Pero lo que nos resulta doloroso es que el personaje llegue a la conclusión de que no quiere seguir huyendo toda la vida, caiga quien caiga. Ignoramos, dado el perfil bajo que le atribuye el film si estamos ante un relato heroico o un acto inútil y muy peligroso para su familia y el pueblo en el que vive. La presencia de un superviviente del holocausto nazi no sirve para equilibrar la balanza y salvar a un protagonista plano e inexpresivo.
La cámara se echa encima de los personajes principales y si, en líneas generales, la historia está contextualizada en los años de la segregación, el director deja claro, mostrando en primerísimo primer plano una imagen que cierra el film, la bandera confederada ondeando en la casa de los blancos corruptos, que esta infamia se produjo en los estados confederados, algo que ya sabemos, que los estados esclavistas eran los del sur, cuyos hacendados lucharon contra los yankees (el director es afroamericano, algo sabrá). sin embargo, al crear a un protagonista tan extraño, parece derivar su relato hacia derroteros que tienen más que ver con historias personales, errores individuales, representados por dos hermanos que reproducen la imagen de un perverso Caín y un buenazo Abel, pero sin arraigo en la trama. Yo lamento no haber sentido tanto placer ni con el diseño de producción, ni con la maravillosa música. Creo que la media de 6 (décima arriba o abajo) es ajustada,
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