Toma 1. Crítica

 




Ficha de identificación, sinopsis, lo que se dice (Pinchad aquí)



Un experto en teoría del lenguaje fílmico ve dos políticas de autor diferentes en los discursos de la soprano surcoreana Sumi Jo y el roquero Yim Jae-Beum, clásicos y poéticos, respondiendo a una idiosincrasia humanista propia del siglo pasado, que la acerca a los discapacitados a ella, que elige una canción popular de una muñeca para representar la posible última canción de su vida, y que invita a un hombre amargado y apático, que ha dejado crecer sus cabellos durante seis años, un ermitaño con barba que ha sufrido la tragedia que desencadena su depresión de perder a su esposa y tener que cuidar de su hija pequeña. Ambos son arrastrados a elaborar su proyecto por motivos que tienen que ver más con la propia música que con factores externos. 

El resto de los artistas Akmu, Rain, Lena Park, You Hee-yul, Mamamoo, son grupos de tendencias actuales, que se han afianzado en este siglo (pop, trap, música electrónica, bandas de chicas) se sirven de las nuevas tecnologías , son filmados por directores de fotografía provistos de cámaras de última generación, steadycam, go pro, drones, paracaidistas filmados en planos cenitales o contrapicados, haciendo gala de su capacitación para el uso de los últimos avances de la ciencia, y mostrando a los espectadores las tripas de sus realizaciones. Los artistas proyectan y el director y su equipo, como el mago de la lámpara de Aladino, hace realidad sus sueños, ante un público fascinado, fuera y dentro de la pantalla. Y lo cierto es que consiguen ser efectivos en la materialización de las fantasías de los músicos,

Llama la atención la elegancia, atención, respeto y falta de encorsetamiento de un público que se mueve con espontaneidad, que realiza todas las formas conocidas del finger Heart (o saludo reproduciendo la forma de un corazón con las manos). El pueblo coreano, sometido por todos los imperios que lo rodean durante el siglo pasado, ha sabido salir de su pobreza que denuncia Keum Suk Gendry-Kim en 'El árbol desnudo', y levantar la cabeza humillada por los japoneses cuando se reían de ellos diciéndoles que parecía que habían sido educados por perros, porque no levantaban la cabeza del cuenco, es lo que tiene el miedo a la opresión, (Pachinko, Primera Temporada dirigida por Kogonada y Justin Chon, y protagonizada por Jin-Ha y Lee Min-ho). Ahora se muestran tranquilos, orgullosos de haberse colocado en los primeros puestos de todos los rankings de un estado moderno (Educación, sanidad, renta per cápita, inversión en I+D...), de convertirse en un pueblo que respeta las libertades y en el que gozan de una gran comodidad. Público y espectadores interactúan cada vez que los segundos se sienten satisfechos o son apelados por los primeros, provocando otro tipo de espectáculo de empatía que te acerca a este pueblo sorprendente.

Toma 1, patrocinada por una plataforma grande e importante, Netflix, con la que se muestran muy agradecidos, es la mayor difusora de todos los proyectos audiovisuales surcoreanos, ya sean películas, documentales, series, de todos los géneros conocidos. Ahora nos llega Toma 1, un tipo de espectáculo muy original, en el que los artistas deben pergeñar un proyecto para ser captado por la cámara en una sola toma. Unas veces los protagonistas serán cientos de bailarines, otra el lugar escogido, -la Casa Azul, sede del gobierno surcoreano, un espacio natural, un local mediano, una azotea, un teatro...-, y el director y su equipo muestran la capacidad de representar los sueños de sus autores más bizarros. Muy recomendable; el público reirá, pero también llorará y se sentirá emocionado.

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