Una dosis diaria de sol. Crítica.
FICHA DE IDENTIFICACIÓN, SINOPSIS, LO QUE SE DICE (PINCHAD AQUÑI)
Lee Jae Jyu-guion construye una bella y universal historia sobre los estragos que causa en la mente humana el devenir de la vida cotidiana, la búsqueda de una forma digna del modus vivendi, el amor, la pérdida de un ser querido, el estrés, el acoso escolar y laboral, la carencia de agua caliente, la vivienda en barrios periféricos, cuyas calles son atravesadas por inmensos y ostensibles cables que, en ocasiones, casi rozan el suelo, una realidad constantemente denunciada por los cineastas (Bong Hoon-jo en Parásitos, y creadores del Hallyu en sus series), la ciudad amarilla que contrasta con la azul de los leds de los barrios ricos como GangNam, y un largo etcétera de 'impedimenta' que no permiten al hombre alcanzar la felicidad. Una serie universal que elige un Hospital Psiquiátrico Universitario, para ubicar su historia coral en la que los principales protagonistas son el personal sanitario, médicos y enfermeras, y los pacientes, caracterizados como personas modestas.
Mas la línea divisoria entre un grupo y otro no es un limes insalvable, es una frontera invisible que saltará con facilidad el público ayudado por los realizadores de la serie que le invitarán a entender que los profesionales de la salud no son seres inmortales como los del Olimpo greco-romano que inundaban las historias fantásticas hasta la irrupción del universo de George Lucas en 'La Guerra de las Galaxias'. Casi desde el primer capítulo los espectadores tendrán que aceptar que muchas de las enfermedades mentales que nos afectan como clientes de la sanidad las padecen también sus profesionales y comparten con ella sus obligaciones dentro del recinto hospitalario. Esa coincidencia de unos y otros en el hecho de ser humanos ambos grupos, permitirá salvar el primer incidente grave entre ambos colectivos, al conocerse la enfermedad de una de las cuidadoras.
Ante nuestros ojos van pasando enfermedades más comunes de lo que creemos que nos afectan sin que, con frecuencia, las sepamos interpretar (estrés, ansiedad, trastorno obsesivo compulsivo, depresión, melancolía delirios...) que conllevamos como podemos, y no nos impiden ir a trabajar a la vez que nos tratamos, que acaban, en la mayor parte de las ocasiones, curándose, siempre que seamos capaces de salir de nuestro círculo vicioso y entremos en una zona de confort, muy cuestionada por algunos, en la que hagamos un pacto con nosotros mismos para evitar la presión, el riesgo, el miedo o la ansiedad, y no aceptando los límites que nos impone una sociedad materialista basada en la competencia y el acoso. Si bien la mayoría aceptará su destino, otros romperán las ataduras y rechazarán una vida que no los hace felices. La última secuencia es muy elocuente en este sentido.
En la serie que dirige Lee Jae-Gyuguion los médicos no son esos arquetipos arrogantes, semidioses heróicos que han salvando la vida de sus pacientes, y tranquilizan a un público al que han mostrado previamente los horrores del mal que estos superhombres han erradicado, sino que son muy cercanos a nosotros y, aunque procedan de otras especialidades, con frecuencia visitan al psiquiatra, y del mismo modo éstos acuden a los profesionales de otras ramas de la medicina cuando las mismas causas les han producido estragos en otros órganos. La serie se ha comparado con 'Está bien no estar bien' de Park Shin-woo, y Hospital Playlist de Shin Whon-ho. Pero hay una notable diferencia entre Una dosis diaria de sol y Esta bien no estar bien. En la segunda el cuidador es un hombre, que ha intercambiado el rol primitivo femenino y ha abordado la custodia y cuidado de todos, desde su hermano discapacitado, pasando por la institución sanitaria en la que trabaja y el mundo que lo rodea, una mirada muy inteligente que demuestra lo puestos al día que están los surcoreanos en estos temas (fue premiada con un 9,1 por los espectadores de Imdb); aquí la verdadera cuidadora, la que está pendiente de todos, lo que supone una carga excesiva para ella, es una mujer quebradiza.
Esta historia está ambientada con algunos romances que añaden cierto interés a su trama, aunque relegados a un segundo lugar y tratados de forma menos emocional a la que acostumbran los kdramas del Hallyu.
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