Mr.Jones. Mike Figgis.
Ficha técnica:
Título original: Mr.Jones.
País: Estados Unidos.
Año: 1993.
Duración: 110 minutos.
Dirección: Mike Figgis (Leaving Las Vegas, 1995).
Guión: Eric Roth y Michael Christopher, basado en una historia de Eric Roth.
Dirección de Fotografía: Juan Ruíz Anchía.
Música: Maurice Jarre.
Edición: Stu Linder.
Dirección artística: Waldemor Kalinewski.
Productores: Jerry A. Baerwitz
Richard Gere
Debra Greenfield
Alan Greisman.United Artists. TriStar para Rastar Productions.
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Intérpretes:
Richard Gere: Mr. Jones,
Lena Olie: Doctora Elizabeth Brewen, Libbie.
Anne Bancroft: Doctora Catherine Holland,
Tom Irvin: Patrick,
Delroy Lindo: Howard,
Bruce Altman: David,
Lauren Tom: Amanda.
Sinopsis:
Mr.Jones es un maniaco-depresivo, antigua denominación del síndrome, que sufre un trastorno bipolar. La doctora que lo trata cae subyudada ante sus encantos y se enamora de él, lo que tendrá consecuencias profesionales, por el daño que puede infringir un doctor a su paciente.
Comentario:
Mike Figgis ha demostrado cierta preocupación por los personajes maniaco depresivos, que le llevaron a repetir la historia de un suicida, con mucho mayor fortuna en Leaving Las Vegas,1995, protagonizada por Nicolas Cage. En Mr.Jones comete el grave pecado de minimizar la tragedia de quien sufre un trastorno bipolar, especialmente en los momentos en los que el afectado, Mr.Jones pasa por episodios de euforia, intentando dotarle de un atractivo muy superficial nada verosímil. A ello contribuye el propio actor, Richard Gere, que intenta que, en todo momento, predomine el atractivo que ha enloquecido a tantas mujeres desde Pretty woman, 1990.
La última secuencia roza el ridículo más absoluto, e intenta vendernos una idea de personalidad mágica y sumamente atractiva, afectada periódicamente por tristes episodios depresivos, nada creíbles, ni en un caso ni en otro. El film 'El lado bueno de las cosas' (David O.Russell, 2012) prueba cómo se avanza inexorablemente, a pesar de los nostálgicos, en el modo de representación y en el tratamiento de las alteraciones emocionales que sufre el hombre actual, como consecuencia del estrés, y que muchos padecen en mayor o menor grado. Magnífica secuencia de los altercados en un partido de fútbol.
Mr.Jones hace mohines incluso cuando está padeciendo un insufrible bajón y añora los 'subidones', resultando encantador para las mujeres. Su sensibilidad y capacidad para la música, - a los tres años ya interpretaba a Mozart -, iban asociadas, según una creencia popular muy extendida, a un dominio especial de las matemáticas hecho al que Richard Gere se encarga de quitarle toda credibilidad.
Mike Figgis ha demostrado cierta preocupación por los personajes maniaco depresivos, que le llevaron a repetir la historia de un suicida, con mucho mayor fortuna en Leaving Las Vegas,1995, protagonizada por Nicolas Cage. En Mr.Jones comete el grave pecado de minimizar la tragedia de quien sufre un trastorno bipolar, especialmente en los momentos en los que el afectado, Mr.Jones pasa por episodios de euforia, intentando dotarle de un atractivo muy superficial nada verosímil. A ello contribuye el propio actor, Richard Gere, que intenta que, en todo momento, predomine el atractivo que ha enloquecido a tantas mujeres desde Pretty woman, 1990.
La última secuencia roza el ridículo más absoluto, e intenta vendernos una idea de personalidad mágica y sumamente atractiva, afectada periódicamente por tristes episodios depresivos, nada creíbles, ni en un caso ni en otro. El film 'El lado bueno de las cosas' (David O.Russell, 2012) prueba cómo se avanza inexorablemente, a pesar de los nostálgicos, en el modo de representación y en el tratamiento de las alteraciones emocionales que sufre el hombre actual, como consecuencia del estrés, y que muchos padecen en mayor o menor grado. Magnífica secuencia de los altercados en un partido de fútbol.
Mr.Jones hace mohines incluso cuando está padeciendo un insufrible bajón y añora los 'subidones', resultando encantador para las mujeres. Su sensibilidad y capacidad para la música, - a los tres años ya interpretaba a Mozart -, iban asociadas, según una creencia popular muy extendida, a un dominio especial de las matemáticas hecho al que Richard Gere se encarga de quitarle toda credibilidad.
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