La habitación. Lenny Abrahamson.





Cartel, ficha técnica, sinopsis, críticas, trailer (pinchad aquí).



Comentario:


LA FICCIÓN ES SOLO UN REFLEJO DE LA REALIDAD


Cuando Lenny Abrahamson hizo 'La Habitación' no partía de cero, desgraciadamente. En 2008 saltó a la prensa los periódicos de todo el mundo una terrible noticia: Josef Fritzl, un ingeniero austriaco jubilado, que, como consecuencia del brutal hallazgo de lo que escondía bajo su cuidado jardín,  es conocido como 'el carnicero de Austria', un hombre de buena reputación que durante casi un cuarto de siglo mantuvo encerrada y violó sistemáticamente a su hija, con un resultado dramático: una descendencia numerosa, siete hijos, que fue ignorada por el resto de los ocupantes de la casa, un secreto difícil de guardar, cuando " uno murió poco después de nacer y fue incinerado por Fritzl, tres fueron educados como "nietos" y los otros tres permanecieron toda su vida, hasta hace pocos días, encerrados en el zulo de 60 metros cuadrados adjunto a la vivienda familiar. "(1) Ulrich Siedl, el autor de la trilogía del Paraíso del amor,la  fe y la esperanza) hizo en 2014 un documental que mostró esta realidad al mundo: "En el sótano'.

Mas, a pesar de que, en ocasiones no puedes evitar que una lágrima se deslice por tu mejilla, Lenny Abrahamson no busca conmover con argumentos banales ni fáciles sino que nos muestra nuestro lado oscuro desde el punto de vista de la inocencia de un niño: el ser humano se acostumbra a la rutina diaria, por mucho que ésta consista en vivir aprisionado en un agujero inmundo. E incluso puede acabar echando de menos a su torturador, al haber desarrollado durante su encierro lo que los expertos llaman el 'sindrome de Estocolmo', un sentimiento que experimenta Jack cuando vuelve a nacer, en un parto más terrible que aquel que lo trajo al mundo. Pero no sólo él, también la madre, una niña cuando fue secuestrada, han de pasar por una difícil adaptación a las nuevas circunstancias, por muy favorables que sean, y luchar con profundos prejuicios social, como aquel de que hace ostentación el padre de la chica que no acepta un nieto, producto de la violación  por parte de un ser extraño.

Es verdaderamente estremecedor el constatar empíricamente y debido a un caso tan dramático como el de los protagonistas, una mujer y su hijo, que sólo existe  para nosotros el mundo que percibimos, y el que a través de los medios de comunicación incorporamos como experiencias vicarias que no nos pertenecen. Lenny Abrahamson expone esta inquietante verdad a través del punto de vista de un niño de cinco años que jamás ha salido de un cuarto sin luz ni respiración, que nos atormenta con su relato escalofriante, tras enfrentarse al mundo exterior, fuera de las cuatro lúgubres paredes en las que ha vivido desde el primer día de su corta existencia : "He visto personas con diferentes caras y alturas y olores, hablando todos juntos. El mundo es como si todos los planetas de la TV estuvieran encendidos a la vez. Así que no sé hacia donde mirar y escuchar. Hay puertas y más puertas y detrás de todas las puertas hay otro dentro y otro fuera; pasan cosas y cosas y más cosas. No se paran nunca. Además, el mundo siempre está cambiando de brillantez y calor y hay microbios y gérmenes invisibles, flotando en todos lados. Cuando era pequeño sólo conocía cosas chiquitas, pero ahora que tengo cinco años, lo sé todo." 

Es muy duro contemplar esta realidad a través de los ojos de un niño que en ocasiones brillan en la oscuridad de un cuarto, al que Jack desea volver, una catarsis necesaria para alcanzar la curación. Una secuencia final inolvidable cierra esta película, que nos dice mucho de cada uno  de nosotros, de nuestras fobias, nuestras filias y la adquisición de la conciencia de que se ama sólo aquello que se conoce. Una película difícil de olvidar, que no teme penetrar lo más hondo que puede en nuestra psique, allá donde viven los monstruos.





(1) Josef Fritzl, un hombre dinámico, con un vicio perverso. www.elimparcial.es.


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