El repostero de Berlín. Crítica




Imagen propiedad de Juanma Pastor, Tanja Fushberger y Rosa Labrandero



LAS INFINITAS FORMAS DE SENTIR AMOR Y SU DESEO DE RESUCITAR LO QUE SE QUISO INTENSAMENTE EN CADA PERSONA, EN CADA OBJETO, EN CADA LUGAR.



Ficha técnica, sinopsis, lo que se dice, cartel y fotografías. (Pinchad aquí).


Crítica.


Llega el verano y el cine francés y el llamado 'de los márgenes' por algunos, 'periférico' por otros, comparte cartelera con las grandes superproducciones que son las únicas que resisten el estío, un refugio para los más jóvenes que deben permanecer en las ciudades y una buena oportunidad para  los más mayores de conocer el cine que se hace fuera de Europa y Estados Unidos, y que nos permite aprehender las costumbres y la idiosincracia de otros pueblos con los que, incluso, compartimos el Mare Nostrum.  Este es el caso de 'El repostero de Berlín' un relato apasionante sobre el amor de dos hombres que se materializa físicamente en Berlín, una ciudad muchos años ocupada, en la que los hombres y las mujeres han aprendido a convivir. La simbiosis de la cultura oriental y la germana ha dado muy buenos frutos con películas como 'Al otro lado' de Fatih Akin (2007). También aquí los personajes cruzan de un lado a otro, como ocurría en la película del cineasta turco-alemán, detrás del amor, que adopta infinitas formas.

Si bien sigue siendo cierto el enunciado de Jean-Luc Godard de que hablar de cine americano es una redundancia, cuando se aproxima el tiempo de la canícula, tenemos la oportunidad de acceder a otras formas de hacer, que apenas tienen hueco en las programaciones de los multicines del centro de las ciudades, y  llega también una buena ocasión de conocer otras cinematografías. El film de  Ofir Raul Graizer no sólo nos introducirá, aunque no queramos, en una apasionante historia de amor, que nos atrapa no sólo con lo que se hace o se dice, sino con los intensos silencios que nos obligan a ponernos en la situación de este joven solitario, que ama lo que tiene, y no acepta la pérdida de lo que ha conseguido, e intenta recuperarlo  pisando la misma tierra que aquel a quien amó, poseyendo a las mismas personas que él poseyó y amándolas de la misma manera que él las amó. Su emoción profundamente contenida lo denuncia ante quienes más amaron a Oren: su madre y su esposa, o su esposa y su madre, que le ofrecen significativos fetiches del ausente, la ropa, la comida de la que él disfrutó y la visita a su habitación. Nadie habla, pero sus silencios son harto elocuentes.

El espectador aprenderá algo que no olvidará fácilmente: qué es una licencia Kosher, que deben exhibir todos los establecimientos que ofrecen comida. Una comida Kosher, término que significa "en forma", es aquella en cuya confección se han utilizado únicamente animales Kosher, sacrificados de forma adecuada, con un ritual específico; los animales deben ser puros (rumiantes y con la pezuña partida y los que residen en el agua, siempre que tengan dos aletas y escamas), y cualquier mezcla de carne, leche, jugo de uva o vino, preparada sin la supervisión de un judio o con utensilios inadecuados, está prohibida. No se puede tomar comida preparada por un extranjero sin la supervisión de un judío (Thomas no puede usar el horno). En cuanto a los utensilios, es muy importante que cada uno tenga destinado un solo tipo de alimentos y no toque alimentos de otro tipo. Por ejemplo, si un cuchillo es usado para cortar carne, luego no puede usarse para cortar queso, pues inmediatamente deja de ser considerado como utensilio kosher. (importante secuencia de la entrada de Thomas en el piso que le busca el hermano de Oren). Un aspecto interesante el film, no sólo porque nos da a conocer las grandes diferencias que existen entre los judíos, sino porque la licencia kosher se erige como un nuevo muro prohibitivo entre Thomas y Anat, una nueva forma de intransigencia que se apoya en la etnia y la religión y que permite que un ciudadano de a pie pueda 'expulsar' del país a otro ciudadano europeo. Un final abierto, deja también abierta la historia a la esperanza.

Recomendable este film realizado por un cineasta y chef que ha escrito un libro de cocina, y que sabe no sólo como endulzar la vista de su público y despertar su apetito sensual por la comida bien preparada, sino que sabe tratar con rigor y profundidad la soledad de quien ha perdido al ser querido.



Trailer en Youtube .

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