Siete mujeres atrapadas. Ficha técnica.









Ficha técnica:


Título original: The House on Sorosity Row
País: USA.
Año: 1983.
Duración: 92 minutos.

Dirección:  Mark Rosman.
Guión: Mark Rosman.
Casting: Rene Eram, Richard Steir.
Dirección de Fotografía: Timothy Suhrstedt,
Música, compuesta y dirigida por Richard H.Band.
Edición: Jean-Marc Vasseur.
Director artístico: Vincent Peranio.
Diseño de efectos especiales y de maquillaje: Rob E.Holland.

Vestuario: Susan Perez Prichard.
Maquillaje y peluquería: Diana Mona.


Productores: Mark Rosman, John G.Ckark.
Productores ejecutivos: John Ponchock, W.Thomas McMahon.
Productor asociado: Alec Rabinowitz, Rene Eram.
Compañías: Vaw Productions


Intérpretes:

Kathry McNeil: Katherine.
Eileen Davidson: Vicki,
Janis Zido: Liz,
Lois Kelso Hunt: Mrs. Slater,
Christopher Lawrence: Dr.Beck,
Josi Draigie; Morgan,
Robin Meloy: Jeanie,
Harley Kozak: Diane,
Ellen Dorsher: Stevie,
Michael Kuhn: Peter,
Ruth Walsh: Madre,
Michael Sergio: Rick,
Charles Serio: Eric.


Sinopsis:


En una ciudad universitaria americana, siete muchachas ultiman los preparativos de la fiesta de graduación. Pero la dueña de la casa donde viven prohibe cualquier  tipo de fiesta, y con bastante brusquedad les pide que se marchen sin falta al día siguiente. Las chicas hacen caso omiso a las advertencias de la mujer y siguen adelante con los preparativos, dispuestas incluso a gastarle una broma como venganza por los malos ratos que les ha hecho pasar.  Cuando la mujer, muy enfadada, empieza a gritar y amenazarlas con su bastón de empuñadura metálica, una de las chicas saca una pistola.



Crítica:


El cine ofrece la posibilidad de hacer un buen ejercicio de campo de cómo va evolucionando la sociedad sin que apenas nos demos cuenta. Mark Rosman realiza su film en 1983, pero localiza temporalmente  su historia veinte años antes, en junio de 1961, concretamente el día 19, una fecha clave que da unicidad al relato y se convierte en la clave definitiva para poder interpretarlo.El cineasta bebe de muchas fuentes y el resultado es una película del subgénero slasher, muy influenciado por el giallo y las armas cortantes que usan sus asesinos, que ya había tenido gran rendimiento en películas anteriores de Carpenter, Craven y Cronenberg, que habían realizado obras icónicas que han ingresado en el imaginario colectivo mundial.

Mark Rosman más que poner el acento en la práctica en mayor o menor medida precoz del sexo en lugares alejados de la censura de los adultos, una cuestión de la que toma nota, incide en la arrogancia de la clase meda alta americana, la de las piscinas, que cree que con dinero se compra todo, incluso la voluntad y la sumisión de quien ha convertido su hogar en una residencia para unas cuantas 'señoritas' a las que si les sobra algo es altanería, falta de virtud, que hacen gala de falso valor. Estas cualidades lanzan a un grupo de siete residentes a recorrer los retorcidos  e intrincados caminos de la oscuridad del alma humana ignorantes de que viven en la chimenea de un volcán y de que sus caprichos son totalmente incompatibles con la tragedia que permanece latente que sólo emerge cuando cada una de ellas regresa a su hogar a pasar unas buenas vacaciones.En esta ocasión cruzarán una línea que desbaratará todos los proyectos de ellas y de sus familias.

En el año 2016 William Bent Bell hará una película, The boy, en la que por razones bien diferentes, una joven que huye de un pasado atroz que la persigue, se verá envuelta en un trance semejante, un film muy interesante que no se debe dejar de ver. Mark Rosman, de acuerdo con la tradición, salva a una chica del grupo, aquella a la que todavía le queda un poco de buena conciencia, y  que será la única que acabe sabiendo las causas de sus desdichas. Como hemos dicho al principio el cine es una buena crónica del tiempo que representa, y 'Siete mujeres atrapadas' nos muestra un grupo de chicas que bien podrían transitar por cualquier residencia actual, aunque la mayor parte de las estudiantes prefieren hoy los pisos compartidos con compañeros. Sin embargo, ellos, con la excepción del cantante que tiene una apariencia más formada, parecen chicos de colegio, con los cuerpos todavía sin formar, granos, gafas de mal gusto y calzones blancos tres tallas más grandes que las que necesitan.

Quien haya visto películas como 'Crudo' , un film de Julia  Ducournau (2016), o 'El sacrificio de un ciervo sagrado' de Yorgos Lanthimos  (2017) entenderá que existen pocas similitudes entre los millennials, que han tenido posibilidad de acceder a  estudios universitarios, y los estudiantes elitistas y muy minoritarios de mediados del siglo XX, cuyos excesos constituyen la base de mucho cine de terror norteamericano, ya sea slasher o splatter, en cuyo fuero interno anidan los rencores de quienes se han sentido maltratados y han sufrido grandes pérdidas (pensemos en Viernes 13) por culpa de la frivolidad  y el envancimiento de estos alegres grupos que los del lugar han sentido como un menosprecio. Estas siete chicas egocéntricas no advierten que alguien las observa y conoce su desvergonzada y amoral forma de comportarse.



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