Calle lateral. Anthony Mann. Ficha técnica y crítica





Ficha técnica:


Título original Side Street
País: Estados Unidos
Año: 1950
Duración: 83 minutos

Dirección: Anthony Mann
Guión: Sydney Boehm
Dirección de Fotografía: Joseph Ruttenberg
Música: Lennie Hayton
Edición: Conrad A.Nervig
Dirección artística: Daniel B. Cathcart, Cedric Gibbons
Decorador del set: Edwin B.Willis

Departamento de maquillaje: Jack Dawn, Sydney Guilaroff


Productor: Sam Zimbalist
Compañías productoras: Metro Goldwin Mayer; distribución: Metro Goldwin Mayer .

Intérpretes:


Farley Granger: Jose Norson,
Cathy O'Donnell: Ellen Norson,
James Craig: Georgie Garsell,
Paul Kelly: Capitán Walter Anderson,
Jean Hagen: Harriet Sinton,
Paul Harvey: Emil Lorrison,
Edmon Ryan: Victor Backett,
Charles McGraw: Stanley Simon,
...


Sinopsis:



El cartero Joe Norson (Farley Granger) y su mujer (Cathy O'Donnell) esperan un hijo. Él desea una vida mejor para los suyos, pero carece de medios. En un acceso y sin pensarlo, roba un sobre con dinero en un despacho de su ruta de reparto, pensando que habría poco dinero pero se encuentra con $ 30.000. El dinero es producto de un chantaje de una banda de criminales. Joe usa parte del dinero para mejorar la vida familiar, pero, al final, se siente culpable e intenta devolverlo a los criminales.



Crítica:



Generalmente se presta poca atención al estilo del autor y los recursos materiales y lingüísticos de que se ha servido para la realización de su obra, de gran importancia en un lenguaje visual que se expresa, o se debe expresar, sobre todo, con imágenes, y de cuya disponibilidad depende el resultado de los esfuerzos del cineasta, tomando como referente a sí mismo, ya que el talento puede suplir la escasez o carencia de muchos de estos recursos que dependen, en gran medida, lo que no es un secreto para nadie, de la financiación. Side Street, un título que se ha traducido de forma literal más que literaria, 'Calle lateral', que hace referencia al lugar en que se inicia la acción y en el que concluye, no ha sido incluida en muchas listas de 'cine negro', elaboradas por críticos de prestigio como Noël Simsolo, ni ha sido tampoco citada por nadie en las que incorpora Wikipedia, lo cual dice mucho de la difusión que tuvo el film dentro y fuera de Estados Unidos.

Comienza con un travelling cenitalsobre la ciudad norteamericana de los negocios, que abre muchas películas del género noir, pero también de otros que no tienen que ver con persecuciones policiales, ni con historias relacionadas con el crimen de una u otra forma, un recurso que evoca el recorrido final de la cámara sobre los objetos acumulados por el 'Ciudadano Kane' de Orson Welles (1941). Y es que el film de Anthony Mann es muy difícil de clasificar: comienza con una descripción sencilla, amable y naïf de la ciudad de Nueva York, muy inspirada en Frank Capra, en la que sin desplazar la mirada del centro de la urbs norteamericana por excelencia, el down town de New York, una voz en off nos cuenta cuántas personas se casan y mueren cada día, y cuántas de ellas perecen por causas violentas. A continuación da paso a un trabajador precario, un cartero temporal sin uniforme, que contempla, como hacen a menudo los jubilados, la actividad febril de los que construyen un edificio, compartiendo con un policía los sueños de ambos para cuando llegue el día que mejore su suerte, ya por alcanzar el final de la vida laboral o por un golpe de la fortuna que cambie su suerte.

Si bien la secuencia que sigue a este preámbulo que presenta al principal protagonista, la ciudad en la que reside la bolsa de Wall Street, en cuyo interior unos pocos hombres deciden el futuro de gran parte de la humanidad, está protagonizada por una femme fatale que vive de la extorsión, y que es una pieza decisiva para la interpretación de la trama, terminada su función en la misma, desparece del mapa, y deja paso a dos protagonistas que parecen escapados de 'Qué bello es vivir' de Capra (no en balde Mann realizó un biopic de Glenn Miller en el que la música juega un papel central, 'Música y lágrimas', (1954)  protagonizada por James Stewart, un film cálido, amable, utópico, una Feel Good Movie, una verdadera joyita, que termina en tragedia con la muerte de quien junto a Cole Porter, se ha convertido en el representante del genuino 'ser' norteamericano). Unos personajes que se ven arrastrados a la tragedia por dejarse llevar, sin medir las consecuencias, por el deseo de salir de la miseria, poder pagar un médico a la parturienta sin tener que recurrir a la beneficencia.

El realizador no abandona este tono en ningún momento, mostrando a su protagonista, un hombre bueno que se arrepiente de haber tomado lo ajeno, pero que está rodeado del cinismo y la indiferencia de la gente, atrapado por su propia  carencia de maldad, caracterizado por un buenismo que no le ayuda, ni a él ni a su esposa a salir del lío en que se ha metido, acuciado por la necesidad. Un tipo de relato al que nos tiene acostumbrados Capra y que ha llegado hasta nuestros días en un título que ha convencido a los jueces de los Oscar y ha entusiasmado al público: Green Book  de Peter Farrelli. Esta es la línea que generalmente la crítica y el público apenas traspasa, deteniéndose en el foreground, el primer plano de la historia, sin adentrarse en el análisis de la capacidad del realizador para llegar a conmover a su público, con los recursos que su formación, su talento y los productores ponen a su disposición. Y en este aspecto no se entiende bien por qué opta por los 35 mm. que le obligan a constantes contrapicados que, a causa del rodaje en sets con techo, provoca la angustia que produce la claustrofobia, y la pobreza del atrezzo en la creación de significado y le obliga con frecuencia al uso de planos más o menos aberrantes; los espejos parecen haber sido colocados para ampliar estos espacios mas que para mostrar el alter ego de un hombre que no parece tener doble fondo.Con frecuencia amontona a los personajes en el encuadre, provocando el mismo agobio que arruinó 'La soga' (The Rope) de Alfred Hitchcock, empeñado en hacer su película con ocho planos secuencia, una decisión de la que se arrepintió tan pronto como observó el resultado.


Esta quizá sea la causa por la que el film del director de de 'El Cid' (1961) y 'La caída del imperio romano'  (1964), plagadas de inexactitudes históricas que no vienen al caso, haya pasado a la historia sin pena ni gloria, aunque no carezca de atractivo la posibilidad de ver una película más, y sobre todo si es olvidada, de un director de prestigio. Hoy la Filmoteca de Valencia la ha exhibido en el gran salón de su sede, lleno de espectadores. Un film que clasificamos como 'negro', a pesar de que no se ajusta a ninguna categoría de antemano, y que lo que lo caracteriza es la ubicación de su historia en un contexto de crisis y la consecutiva depauperación de la población como consecuencia de la caída de la bolsa de Wall Street , presente en el film,de 1929 y la Guerra Mundial que la siguió.

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