Comida en la hierba. Jean Renoir. Ficha técnica. Crítica.




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Una encuesta realizada por el Instituto de Opinión Pública revela que los hombres han decidido seguir tomándose en serio a sí mismos. Yo no pienso hacerlo y decido ingresar resueltamente en el bando de los chiflados (Jean Renoir)



Ficha técnica:


Título original: Le déjeneur sur l'herbe
País: Francia
Año: 1959
Duración: 99 minutos

Dirección: Jean Renoir
Guión: Jean Renoir; colaboración artística: Jean Serge
Dirección de Fotografía: Georges Leclerc
Música: Joseph Kosma
Sonido: J. De Bretagne; sistema sonoro: Western Electric
Decorados: Marcel-Louis Dieulot
Montaje: Renée Lichtig
Efectos especiales: LAX

Vestuario: Monique Dunand
Maquillaje: Yvonne Fortuna

Dirección de producción: Ginette Courtois-Doynel
Compañías:   Compagnei Jean Renoir, Pathé Consortium Cinéma (PAC)                                    distribuidora: StudioCanal


Intérpretes:


Paul Meurisse: Etienne Alexis,
Blavette: Gaspard,
André Brunot: el cura,
Régine Blaes: Claire,
Marguerite Cassan: Mme Poignat,
Robert Chandeau: Laurent,
Jacques Danoville: Mr. Poignat,
Hélène Duc: Isabelle,
Paulette Dubost: Forestier,
Chislaine Dumont: Magda,
Jacqueline Fontel: Michelet
Miheline Gary: Madeleine,
Jean-Pierre Granval: Ritou,
Michel Herbault: Moutet,
Raymond Jourdan: Eustache,
Pierre Leproux: Bailly,
François Miège: Barthélemy,
Jacqueline Morane: Titine,
Ingrid Nordine: Condesa Marie-Charlotte Von Werner,
O'Brady: Rudolf,
Jean Claudio: Rousseau,
Fernand Sardou: Nino,
Catherine Rouvel: Nénette,


Sinopsis:


Etienne Alexis es un científico entregado al innovador estudio de la inseminación artificial, que defiende la fecundación fuera de la pareja, una innovación científica como una forma de superar la partenogénesis, un simple trastorno de las ideas adquiridas,  añadiendo el desprecio de la relación sexual. Su popularidad crece cuando se presenta a la candidatura a la presidencia de Europa y se promete con una rica condesa extranjera. Para celebrar su futuro matrimonio, Etienne decide celebrar un picnic en el campo rodeado de sus mejore amigos, donde los instruirá sobre los más novedosos avances de la ciencia. Cerca de allí pasean un pastor y su cabra. Éste, al tocar su flauta, invocará a una diosa que liberará la pasión entre los invitados y romperá el orden establecido.


Crítica:



El segundo hijo del pintor impresionista Pierre-Auguste Renoir, guionista, director y actor, precursor de la Nouvelle Vague, un cineasta que influyó especialmente en François Truffaut, autor de Nana, una adaptación de Émile Zola (1926), en cuya realización tuvo un enorme peso la influencia del autor de 'Esposas frívolas' (1922), Eric Von Stroheim. Su obra sufrió una evolución constante (realismo: La golfa (1931), una de las primeras películas sonoras; impresionista: 'Boudou salvado de las aguas' (1932); el compromiso político, influido por el Frente Popular, -colaboración con Jacques Prévert y Roger Blin -: La Marsellesa (1938), que abrirá el camino al  neorrealismo italiano ; su compromiso con la paz: La gran ilusión (1937). En 1940 huye de Europa y se nacionaliza norteamericano, realizando películas por encargo. A su vuelta a Francia en 1951 realiza algunas películas como Le carrosse d'or, (1955), French Cancan (1955) y Le dejeneur sur l'herbe (1959) entre otras. Sus  dificultades para llevar a cabo un proyecto, le obligarán a realizar trabajos para la televisión y orientar su actividad hacia la escritura, una biografía de su padre, y alguna obra de teatro y varias novelas. Vuelve a Estados Unidos y muere en Beverly Hills en 1979.

Le dejeneur sur l'herbe utiliza el famoso cuadro de Manet en el que vemos a dos mujeres desnudas sentadas junto a dos hombres vestidos, celebrando una fiesta campestre, que emula la obra con este nombre de Tiziano, para hacer una alegoría de la república francesa de la posguerra, desde una perspectiva de posmodernidad sólida, parafraseando a Zygmund Bauman, en un momento en que las creencias eran sólidas y Renoir distinguía con claridad las diferencias existentes entre su novia germana la Condesa Marie-Charlotte Von Werner, carente de interés por el mundo que la circunda, más allá de la formación paramilitar de sus scouts femeninas, pero premiada por la fortuna que la había colocado, desde su nacimiento, en el seno de los privilegiados, frente a los toscos campesinos que no entienden sus elucubraciones científicas, pero lo admiran precisamente por eso. Quien está a punto de ser elegido Presidente de la incipiente Europa, organiza una comida campestre, que un campesino que simboliza al Dios Pan, acompañado de una cabra, una réplica del sátiro que aparece siempre junto a la divinidad, en connivencia con Afrodita, organiza una orgía que trastoca desde los mismos principios de sus protagonistas hasta su lugar en el mundo nuevo que surge por capricho de los dioses. Una gamberrada populista en la que el cineasta, en el crepúsculo de su vida, decide sumergirse para integrarse en el bando de los chiflados.

Jean Renoir de muestra ser un buen hijo de su padre y su mirada sobre la naturaleza es colorista, pictórica, placentera, el locus amoenus de los poetas con tintes prosaicos que ponen los campesinos seguidos de recuas de niños mocosos y gritones, labradores ociosos, tumbados al sol, bebedores insaciables, mujeres sumisas, y 'galateas' con delantal que sólo piensan en cómo complacer a sus maridos. Una mirada divertida sobre la forma en que los burgueses, y antes los nobles, en la época del rococó, invadían con todo aquello que exige su comodidad la tranquilidad aldeana que tiene una forma distinta, acorde a su cultura e idiosincrasia, de disfrutar de la paz campestre. En este contexto, Nenette, que sólo busca un hijo, concebido mediante fecundación artificial, encuentra el amor de su vida, gracias a la intromisión de los dioses, en un hombre mucho mayor y más culto que ella. Un paréntesis en la obra de un director desengañado.


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